
El 24 de febrero se cumplieron tres años de guerra en Europa. Cómo hicimos con el primer año de guerra y el segundo aquí ofrecemos un nuevo informe. Durante este año el frente de guerra se ha mantenido virtualmente estático, pero en la guerra los ucranianos llevaron a cabo un golpe de efecto en el territorio ruso en la región de Kursk, y sobre todo entraron en acción masivamente el uso de drones, y los misiles de medio alcance, estando muy cerca de escalar más el conflicto con el uso de un misil hipersónico de largo alcance por parte de Rusia. Todas estas acciones se fueron incrementando poco antes, y también poco después, de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. La victoria de Donald Trump y su plan de paz está marcando este conflicto hacía, una vez más, territorio desconocido.
Hechos significativos en el último año de guerra:
- El frente de la guerra durante este año a simple vista parece estático, si comparamos los mapas de los años anteriores, todo parece haberse detenido, aunque los combates continúan, y el Ejército ucraniano lejos de avanzar retrocede. Rusia tiene en su poder las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón, Zaporiyia, y Crimea, amenazando muy seriamente la ciudad de Odesa. Si el Ejército ruso llegara a conquistar esta ciudad Ucrania perdería su salida al Mar Negro, y por lo tanto sus exportaciones y abastecimiento quedarían neutralizados.
- En el mes de agosto el Ejército ucraniano puso en marcha una ofensiva dentro del territorio ruso en la región de Kursk. Esta conquista ucraniana, que no encontró apenas resistencia por parte del Ejército ruso, llegó a ocupar un territorio de 1.290 kilómetros cuadrados y 100 asentamientos, pequeñas localidades, incluida la ciudad de Sudzha. El objetivo era triple: provocar un traslado de tropas rusas desde el frente del Donbás, tener algo con lo que negociar en el futuro proceso de paz, y el efecto propagandístico. Sin embargo, el Ejército ruso no movió sus tropas y se limitó a contener a las fuerzas ucranianas.
- El 17 de noviembre Joe Biden autorizó al Ejército ucraniano el lanzamiento de sus misiles de medio alcance del tipo ATACMS con un alcance máximo de 300 kilómetros. Pocos días después el Reino Unido y Francia dieron también el permiso a los ucranianos para utilizar sus misiles Storm Shadow de un alcance máximo de 250 kilómetros. Ucrania los ha usado contra objetivos militares, pero también energéticos.
- La respuesta del Ejército ruso llegó el 21 de noviembre con el lanzamiento por primera vez en esta guerra de un misil de largo alcance experimental del tipo ICBM denominado RS-26 Rubezh sobre un objetivo en la ciudad de Dnipro. La característica de este misil, diseñado para llevar varias ojivas nucleares, es la furtividad que provoca su rapidez hipersónica y capacidad de maniobra. El misil lanzado desde un emplazamiento en Astracan a 1.000 kilómetros del objetivo destruyó el objetivo en Dnipro sólo con su carga cinética. El denominado Oreshnik fue un mensaje no sólo para Ucrania sino para sus aliados.
- La utilización masiva de drones por parte del Ejército ucraniano en el mes de diciembre llegó incluso a la ciudad de Kazán a más de 1.000 kilómetros del emplazamiento de lanzamiento. El Ejército ruso los lanza contra todo tipo de objetivos alcanza incluso Kiev. La sistematización del uso de los drones por parte de los dos bandos, lentos y con limitaciones, pero baratos y de gran alcance, ha dejado en evidencia que este de armamento cumple su función destructiva, pero también psicológica en las poblaciones que los sufren.
- La guerra que ha entablado Israel contra Hamás en la Franja de Gaza, Hezbolá en el Líbano, y el intercambio de misiles con Irán, y finalmente el derrocamiento del régimen de Bashar Al-Assad en Siria, por su contundencia y muerte sobre los palestinos, durante este pasado año, ha desplazado en gran medida en el foco mediático de la Guerra de Ucrania.
- En el momento en que escribo este informe Donald Trump ha suspendido la ayuda militar a Ucrania y ha ordenado a sus servicios de inteligencia que dejen de colaborar con el Ejército ucraniano. Existe un proceso de paz en marcha por iniciativa de Donald Trump, explicado en otro artículo, que podría desembocar en un alto el fuego, pero también, en un momento de suspensión de la ayuda, en una oportunidad para Rusia para conquistar nuevos territorios.
Consecuencias significativas:
- Las sanciones sobre Rusia de los Estados Unidos y de la Unión Europea este año han seguido vigentes pero el régimen de Putin sigue sin colapsar y parece intacto: no ha habido protestas significativas ni se ha sabido de ningún intento de golpe de Estado. En función de los datos que ofrece el CREA (Centre for Research on Energy and Clean Air) Rusia ha obtenido más de 834.000 millones de euros por la venta de hidrocarburos y carbón desde que se inició el conflicto, de los cuales 206.000 millones corresponden a la Unión Europea. Rusia ha obtenido menos desde que se inició el conflicto por haber diversificado sus clientes y depender de intermediarios, pero el volumen de lo aportado es constante
- Si exceptuamos la conquista de la porción del territorio de Kursk que ha conquistado el Ejército ucraniano, podemos comprobar como el Ejército ruso en sus avances lentos pero constantes mantiene lo conquistado y lleva la iniciativa. Las cifras de muertes en ambos bandos son un secreto de Estado, pero indudablemente, si mantenemos que Ucrania dispone de menor población en edad militar, podemos afirmar que el Ejército ucraniano puede estar en dificultades para mantener por mucho más tiempo el frente en la guerra. Por lo tanto, el tiempo juega a favor de Rusia. Si la guerra finalizará hoy mismo difícilmente podríamos afirmar que Ucrania la ha ganado, y por el contrario podríamos decir más fácilmente que Rusia, aunque con un gran coste humano, es la vencedora.
- La victoria electoral de Donald Trump en las elecciones presidenciales lo ha cambiado todo. Durante la presidencia de Joe Biden los Estados Unidos han aportado todo tipo de armamento e inteligencia a los ucranianos, pero Donald Trump ha manifestado que quiere terminar con el conflicto, y sus acciones parecen darle la razón, cuando ha suspendido la ayuda militar y de inteligencia. Esto ha acorralado al régimen de Kiev liderado por Zelenski, que después de una sonada discusión en el Despacho Oval de la Casa Blanca, y un intento de obtener todo tipo de apoyos en sus aliados europeos, parece que quiere aceptar el plan de paz promovido por Donald Trump, que contempla la cesión de la mitad de sus tierras raras a cambio, en palabras de Zelenski, de la ansiada garantía de seguridad por parte de los Estados Unidos.
- El conflicto tiene una derivada europea con respecto a Ucrania y de un mayor alcance de la propia seguridad frente a Rusia que los lideres europeos quieren mantener a toda costa. Desde el principio los lideres europeos de los Estados más fuertes han apoyado militar y financieramente al régimen de Kiev, y ahora con el cambio de orientación en Washington, han manifestado que quieren formar parte de la paz. Sin embargo, los lideres europeos no aceptan el plan de Donald Trump, manteniendo su apoyo militar a Zelenski, y en el caso del Reino Unido y Francia, manifestando que estarían dispuestos a enviar tropas a Ucrania. El inconvenientemente es que este envío de tropas podría no contar con la cobertura de los Estados Unidos, y Rusia contraria al mismo, podría atacar no sólo a éstas sino también objetivos dentro del territorio de estos Estados.
- La sintonía entre Donald Trump y Vladimir Putin, al menos hasta este momento, ha llegado a tal extremo que más allá de la paz que quieren compartir en Ucrania, y del ninguneo de Zelenski y los Estados Europeos, contempla la colaboración industrial y económica, para explotar las tierras raras y minerales tanto en Ucrania como en Rusia. La compra de los gasoductos Nordstream, saboteados por los occidentales, por parte de Estados Unidos, podría llevarnos a la paradoja de que Rusia volvería a ofrecer la misma cantidad de hidrocarburos que ofrecía antes de la guerra a Europa, pero esta vez controlado por los norteamericanos.
- Finalmente, lo que queda en evidencia, más allá de la guerra en Ucrania, es que contrariamente a lo que nos ha enseñado la historia de estos últimos 80 años, los Estados Unidos y los Estados europeos, que forman parte de la seguridad colectiva que ofrece la OTAN, no comparten la política en un conflicto en el propio territorio europeo. Donald Trump ha insistido además una y otra vez en que los Estados europeos deben aumentar su gasto en defensa si quieren contar con la defensa de los Estados Unidos. El vicepresidente V. D. Vance en la Conferencia de Seguridad de Múnich llegó a afirmar que los Estados Unidos podrían retirar sus soldados del territorio europeo. Esto, cómo es fácil de entender, va más allá de la guerra de Ucrania y repercute en la seguridad de los Estados europeos.
Poco más vamos a comentar. Tan sólo que hemos mantenido siempre en esta publicación desde que empezó la guerra, que ésta jamás debió iniciarse, y que debe de terminar cuanto antes mejor de la mejor de las formas. De no hacerlo, las consecuencias, cómo hemos afirmado en más de una ocasión, podrían ser terribles y no sólo para los ucranianos y rusos sino para el resto de los europeos, y también del resto del mundo.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 6 Marzo 2025.