El desorden mundial en un mundo multipolar agresivo – por Francesc Sánchez

En los últimos años han proliferado los estudios de Geopolítica para explicar la situación del mundo y los equilibrios de poder que en el existen, normalmente constituidos por los Estados y sus respectivas alianzas, pero también por organizaciones económicas internacionales y organizaciones para-estatales. Pero esto ya lo hacia la historia desde hace mundo tiempo. La historia del tiempo presente de 1945 en adelante nos permite comprender el pasado pero también el momento presente. Desde la implosión de la Unión Soviética, después de unos años en que la hegemonía de los Estados Unidos parecía indiscutible, la ascensión de otros Estados con sus respectivas alianzas y otros actores para-estatales han impugnado este paradigma. El mundo que hoy tenemos es pues un mundo cada vez más multipolar pero no está claro todavía que estemos ante un nuevo orden mundial. En el momento en que estas estructuras entran en fricción puede derivarse la competencia comercial pero también los conflictos armados. El conflicto palestino-israelí, la Guerra de Ucrania, y la competencia con China son quizá los tres focos de conflictividad más importantes del presente que expresan un mundo agresivo.

Este artículo fue la base para mi ponencia para el Grupo de Trabajo de Guerra y Geopolítica coordinado por Federico Aznar Fernández-Montesinos del V Congreso Internacional del ICCA, titulado “Democracia, Política y Administraciones Inteligentes en Tiempos Críticos”, celebrado entre los días 20 y 22 de noviembre en la Facultad de Ciencia Política y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.

Palabras clave: Geopolítica, Orden mundial, Mundo multipolar, Conflictos armados, Estados Unidos, Unión Soviética, Israel, Palestina, Irán, Rusia, Ucrania, China, G7, G20, BRICS, Energía, Transporte de energía, Rutas comerciales.

1. Introducción

El 24 de febrero de 2022 los europeos descubrimos que el fantasma de la guerra que habían sufrido nuestros abuelos había regresado de nuevo. Ya quedan muy pocos entre nosotros -si exceptuamos a aquellos que vivieron en Yugoslavia- que hayan vivido las consecuencias más dañinas de una guerra en forma de bombardeos, falta de alimentos y suministros básicos, y la muerte de seres queridos. La Guerra de Ucrania ha traído todo esto de nuevo en un país que hasta 1991 formaba parte como república de una Unión Soviética que voluntariamente decidió desaparecer. Y este es el hecho, el del derrumbe a mazazos del Muro de Berlín en 1989 por parte de los alemanes, y el de la desaparición de la Unión Soviética dos años después, que para el historiador Eric Hobsbawm, cerraba el siglo XX de manera abrupta [1] porque aquello que se inició en 1914 con la Gran Guerra, y que en 1945 con la victoria de los aliados sobre las fuerzas del Eje, que estableció un nuevo orden mundial, enfrentado desde entonces a los Estados Unidos y la Unión Soviética en una larga Guerra Fría en todos los niveles, bajo del terror nuclear de la MAD (Destrucción Mutua Asegurada), se cerraba inesperadamente entre 1989 y 1991 con la desaparición del bloque soviético. En ese momento Occidente interpreta que ha vencido finalmente a su viejo adversario, y hay quien, como el politólogo Francis Fukuyama, que llegaron a sentenciar el final de la historia y a pronosticar que la democracia liberal se impondría en todo el mundo [2]. Pero ese nuevo orden mundial, por mucho que los Estados Unidos crearon una gran coalición para echar al Ejército iraquí de Sadam Husein de Kuwait en la Guerra del Golfo en 1991, y bombardearan Yugoslavia a través de la OTAN en 1999 para derrotar a los serbios [3], no se llevó a cabo, sino que fue el inicio del desorden. Podemos aceptar la certeza que, como en su momento sucedía -y sigue sucediendo- con las armas nucleares, la globalización económica impide un conflicto armado mundial porque la interdependencia económica lo hace inviable, pero lejos de los pronósticos del citado politólogo ni la democracia liberal se ha impuesto en todo el mundo ni los conflictos armados han desaparecido. De hecho, hoy existen potencias con regímenes autoritarios que demuestran que el capitalismo es posible sin democracia, los conflictos armados se han incrementado desde que empezó el siglo XXI, y el propio sistema democrático es cuestionado en muchos países occidentales.

El 11 de septiembre de 2001 los Estados Unidos fueron golpeados en su propio territorio y descubrieron que eran tanto vulnerables como odiados [4]. Washington desaprovechó una vez más la ocasión para promover un nuevo orden mundial acordado por todos, y decidió resolver sus asuntos yendo a la guerra, primero contra el Afganistán de los talibanes, encontrando un importante apoyo, y luego contra el Estado de Iraq, encontrando menos apoyo, y de paso rompiendo Europa. Mientras en el primer caso Estados Unidos aplicaba una respuesta militar a un Estado afgano que había acogido y protegido a los miembros de la organización Alqaeda, responsable de los atentados en Nueva York y en Washington, implicando a la OTAN para ocupar el país y reconstruirlo después de una serie de bombardeos [5], encontrando un gran apoyo en la comunidad internacional, incluido el de la Rusia liderada por Vladimir Putin, en el segundo caso, los Estados Unidos aplicaron una acción militar preventiva unilateral a través de la invasión de un país y la destrucción de un Estado al margen de la legalidad internacional, después de acusar -cómo se descubrió después- en falso al régimen de Sadam Husein de posesión de armas de destrucción masiva y protección de terroristas [6], encontrando un apoyo internacional mucho menor. Siendo esto ya de por si importante no es menos importante, por lo que a Europa respecta, la ruptura que se produjo entre la vieja Europa liderada por Francia y Alemania, que se opuso a la guerra, y la nueva liderada por el Reino Unido, España, Polonia, y otros países, que apoyaron a los Estados Unidos enviando contingentes militares posteriormente legalizados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas [7].

Desde entonces hasta nuestros días podemos establecer una clara continuidad de conflictos armados, en los que tendríamos que agregar el movimiento tectónico que significó la Revuelta Árabe [8], que terminó en algunos casos en guerras civiles -y multinacionales- como la de Siria, en la que se establecieron dos alianzas diferentes para combatir al Estado Islámico, una liderada por Rusia que apoyaba al régimen sirio de Bashar Al Asad, y otra liderada por los Estados Unidos que apoyaba a las fuerzas rebeldes, y la destrucción de Estados como el de Libia, promovida por Francia y el Reino Unido, territorio en el que finalmente se implantó también el Estado Islámico, y desde el que se desestabilizó todo el Sahel [9]. El restablecimiento de Rusia como Estado por parte de Putin [10], primero cercano a Occidente y finalmente hostil, no solo por la Guerra de Ucrania sino también con su intervención militar en Georgia, Siria [11], y en multitud de países africanos a través de fuerzas mercenarias [12], y la ascensión de China como fabrica del mundo después de poner en marcha un plan de modernización económica muy ambicioso bajo el sendero que inició Deng Xiaoping [13], y que continúa en nuestros días Xi Jinping, con una expansión económica a través de iniciativas comerciales como la Nueva Ruta de la Seda [14], y también un incremento del presupuesto militar, que duda cabe que han tenido y siguen teniendo una gran incidencia.

En el mapa pueden verse las líneas de ferrocarril, los oleoductos, gasoductos, puertos y centrales eléctricas – Landkarte / Grafik: Chinas Belt and Road-Initiative – eine Übersicht der wichtigsten Projekte in Asien, Afrika und Europa, Stand 2018 – Wikimedia Commons

Hoy el mundo no es aquel de 1945 que se acordó en Yalta [15], ni tampoco el de la Carta de la Fundación de las Naciones Unidas [16], con su flamante Declaración Universal de los Derechos Humanos [17], que permitieron la emancipación de los países que en su momento fueron colonias de los Imperios europeos. Ni tampoco es aquel, cómo hemos expresado antes, el de 1991 con el fin de la Guerra Fría. Hoy tenemos un mundo en el que Occidente a duras penas mantiene su hegemonía, en el que viejos adversarios y nuevas organizaciones económicas como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) [18], la cuestionan abiertamente, y desde diferentes polos de poder como españoles, europeos, y occidentales, se nos emplaza a un enfrentamiento.

2. Un conflicto eterno

Mientras escribo este texto un viejo conflicto, el de israelíes y palestinos, ha entrado en una nueva dimensión. Hace poco más de un año las milicias palestinas de la Franja de Gaza lideradas por Hamás cortaron las alambradas y asestaron un duro golpe a la sociedad israelí asesinando a más de un millar de civiles y tomando como rehenes centenares [19]. La consecuencia directa llegó de la mano del gobierno de Benjamín Netanyahu con el bombardeo sistemático de la Franja de Gaza: el objetivo declarado fue la erradicación de Hamás de este territorio, incluidos sus líderes, aunque se encontraran en otros países, y el que prueban los hechos, la aniquilación del pueblo palestino provocando, hasta el momento, no menos de 41.909 muertes directas [20], y probablemente 100.000 más de indirectas, dando la sensación que la comunidad internacional aprueba esta interpretación del «derecho a defenderse» de Israel, o se encuentra impotente porque los Estados Unidos le apoya completamente. En el momento en que la milicia libanesa de Hezbolá empezó a lanzar cohetes hacia territorio israelí se abrió un nuevo frente en el conflicto, esta vez en el Líbano, en el que el Estado de Israel en los últimos meses ha sido implacable: primero inició una campaña de bombardeos selectivos sobre este país, que ha provocado hasta hoy más de 3.000 muertes, luego puso en marcha una operación de inteligencia haciendo estallar miles de dispositivos de envió de mensajes que utilizaban los milicianos, y finalmente decretó la eliminación de la cúpula de Hezbolá, incluido su líder Hasán Nasralá [21]. Por si faltaba algo los huties del Yemen empezaron también a lanzar cohetes hacia Israel, y atacar buques mercantes en el Mar Rojo poniendo en riesgo el comercio internacional. Pero lo más importante en este conflicto, manteniendo la muerte de los civiles, por su dimensión regional y potencialidad de desgracia, es el paso adelante que ha dado la República de Irán: los iraníes frente a todo lo explicado hasta ahora respondieron a los ataques de sus aliados regionales con el lanzamiento de centenares de misiles de medio alcance hacía bases militares israelíes en dos ocasiones [22]. Estos misiles fueron interceptados en su mayoría por el sistema de defensa Cúpula de Hierro, y, por lo poco que ha trascendido apenas produjeron víctimas mortales, pero han demostrado que Irán tiene la capacidad de golpear a Israel si se lo propone: la cuestión en sí quiere hacerlo.

Los planes de Israel, más allá de su guerra contra sus enemigos, si hemos de hacer caso a los discursos de Benjamin Netanyahu en la Asamblea General de Naciones Unidas tienen una dimensión geopolítica importante: el Primer Ministro israelí ha planteado un plan muy ambicioso para impulsar una ruta energética y logística desde el Golfo Pérsico hasta Israel para hacer de intermediario en el comercio de hidrocarburos y mercancías entre Asia y Europa. De materializarse este plan, que Benjamin Netanyahu bautizó como la Bendición, sería una competencia directa a la Nueva Ruta de la Seda promovida por China. Sin embargo, la ruta israelí estaría amenazada por la existencia de la República Islámica y sus aliados regionales, polo de poder que el líder israelí ha llamado la Maldición: Benjamin Netanyahu quiere que los Estados árabes y la comunidad internacional elijan entre la Bendición y la Maldición [23], sin que Israel llegué a la paz con sus enemigos, con el consecuente riesgo del inicio de una guerra regional de grandes dimensiones y de larga duración, que pondría en riesgo el abastecimiento de hidrocarburos a nivel mundial.

Mapa aparecido en redes sociales del proyecto de la Bendición.

Esta fase del conflicto entre israelíes y palestinos, israelíes y árabes, israelíes y persas, forma parte del conflicto que se inició con la fundación del Estado de Israel en 1948, y que por su longevidad nos podría servir de termómetro para medir la temperatura del mundo provocada por los conflictos armados: en su inicio las dos grandes superpotencias por acción u omisión avalaron la creación de este Estado en Oriente Medio después de que la Asamblea General de Naciones Unidas promoviera en 1947 la partición de Palestina [24]. Los Estados Unidos durante la Guerra Fría, y muy específicamente después de la Guerra de los Seis Días de 1956, dieron todo su apoyo a Israel, mientras la Unión Soviética hacia lo propio con los Estados árabes socialistas. Tras la implosión soviética y con una sensación de que el mundo podría haber empezado a caminar hacia un lugar mejor, se estuvo cerca de encontrar una solución al conflicto con los Acuerdos de Oslo de 1993, pero ya decididamente después del 11 de septiembre de 2001 con la decisión de George W. Bush de ir a la guerra, y con la substitución en el lado palestino de Al Fatah por Hamás, y en el lado de Israel de la ascensión al poder de Ariel Sharon del Partido Kadima, asistimos a un recrudecimiento del conflicto, hasta llegar a nuestros días, con el gobierno de Benjamin Netanyahu por el Partido Likud, en los que finalmente la República de Irán, ha dado un paso adelante como potencia regional. Si afirmamos que los iraníes son aliados de la Rusia restituida que lidera Vladimir Putin, que inició la Guerra de Ucrania el 24 de febrero de 2022, en la que Estados Unidos y sus aliados apoyan al régimen de Kiev, y que China, cómo hemos dicho tiene sus propias rutas comerciales y energéticas que se oponen a las planteadas por Israel, podemos hacernos una idea de la peligrosidad y complejidad que tenemos en el mundo en estos momentos.

3. El desvanecimiento de un sueño europeo

La guerra en Europa lo ha cambiado todo. Pese a que la inteligencia estadounidense afirmaba que Rusia se estaba preparando para la invasión de Ucrania y la iba a llevar a cabo, casi nadie en los medios académicos y en los medios de comunicación pensó que Putin iba a dar este paso. Todo empezó con movimientos militares muy rápidos pero la resistencia ucraniana, asistida por los Estados occidentales de la OTAN que han proporcionado todo tipo de armamento, alejaron al Ejército ruso de Kiev. Sin embargo, en dos años y medio de conflicto Rusia ha ocupado Crimea y las provincias de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, que después de un referéndum, respaldado por el Parlamento ruso, se han unido a Rusia. Mientras el Ejército ruso sigue avanzando diariamente el Ejército ucraniano cada vez le es más difícil no solo recuperar el territorio ocupado sino mantener sus posiciones [25] [26].

Más allá del escenario bélico ha quedado en evidencia que los Estados que componen la Unión Europea, que mantenían buenas relaciones con Rusia hasta el año 2014, frente a la que ahora consideran su amenaza más importante son incapaces de mantener en marcha esta guerra por si mismos y probablemente de defenderse si fuera necesario: ni disponen de una estructura militar que ofrezca una seguridad colectiva ajena a la OTAN, ni disponen de las capacidades militares y de armamentos propios, haciéndose dependientes totalmente de los Estados Unidos y su industria militar.

Llegados aquí vale la pena plantearse cómo se ha llegado a esta situación, por lo menos con lo que respecta a Ucrania y la relación con Rusia, y para ello debemos retroceder en el tiempo hasta la revuelta de 2014 en Kiev que derrocó al gobierno de Víktor Yanukóvich. El presidente ucraniano decidió no apoyar un acuerdo comercial con la Unión Europea y en cambio apoyar otro acuerdo similar con Rusia: esta revuelta que los ucranianos bautizaron como el Maidán, y que apoyó desenfadadamente la Unión Europea y los Estados Unidos, fue interpretada por Rusia como un golpe de Estado, la que rápidamente pasó a ocupar militarmente la Península de Crimea, donde se encuentra Sebastopol, su base naval más importante en el Mar Negro. En un efecto reflejo las regiones del Este del país habitadas por ucranianos-rusos se insubordinaron y con la respuesta militar del gobierno de Kiev se inició un conflicto civil, que enfrentó a dos bandos apoyados respectivamente por Occidente y Rusia, que después del fracaso de los Acuerdos de Minsk 1 y 2, la re-construcción y modernización del Ejército ucraniano, y la solicitud de aceptación de Ucrania en la OTAN, fueron la justificación que utilizó Putin para ordenar la invasión por parte de Rusia del 24 de febrero de 2022.

Hay dos argumentos de peso que vale la pena tener en cuenta. Rusia antes de la guerra siempre había dicho que quería una Ucrania neutral, quedando entre dos grandes mundos, beneficiada o no de esta situación, y que si la ha invadido ha sido para garantizar su propia seguridad, quedando ahora sí el territorio separado en dos partes enfrentadas. Esto nos lleva al mundo de las esferas de influencia que durante la Guerra Fría mantenía tanto Estados Unidos como la Unión Soviética, y que en el caso de Ucrania, con una Rusia restituida, los occidentales no habrían respetado. El otro argumento es muy poderoso: cualquier Estado debe poder decidir libremente cuales son tanto sus alianzas como su política internacional. Sin embargo, esto tras los hechos de Kiev y sus consecuencias, incluida el inicio de la guerra guerra civil y el inicio de la guerra con Rusia, que finalmente trajeron la ilegalización de todos los partidos de izquierdas o pro-rusos [27] [28] [29], y sus respectivas injerencias exteriores en todo el país, no podemos decir que fuera algo genuinamente limpio y democrático.

Si retrocedemos aún más en el tiempo además nos encontramos con que los gobiernos ucranianos y los rusos, después de la Revolución Naranja entre 2004 y 2005, habían tenido sus diferencias por el precio del gas procedente de Rusia, hecho que llevó al escamoteo de éste por parte de los ucranianos y al corte del suministro por parte de Rusia: este gas es el que llegaba a Europa a través de gasoductos que pasan por Ucrania, y que frente a estos conflictos llevó a los alemanes y rusos a la construcción de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 bajo el Mar Báltico [30]. Un día antes de la invasión una Alemania bajo presiones estadounidenses decidió que no iba a aceptar gas a través del primer gasoducto y que no iba poner en funcionamiento el segundo. Meses después del inició de la guerra alguien saboteó estas infraestructuras, y Alemania, y otros Estados dependientes en energía, pasaron a depender de fuentes de suministro alternativas a un precio muy superior, entre ellas las procedentes de los Estados Unidos. Lo paradójico es que Europa occidental sigue abasteciéndose de gas ruso a través de intermediarios pero a un precio también muy superior.

Gasoductos existentes y proyectados – Samuel Bailey – Wikimedia Commons

Para entender y resolver el conflicto en Ucrania la clave energética es fundamental. Porque si bien el origen político del conflicto se encuentra ya en la disolución de la Unión Soviética y en un periodo lleno de dificultades en Rusia [31], más preocupada por resolver sus problemas internos, pero decididamente intervencionista en su área de influencia una vez que Putin restituyó el Estado ruso, el origen del problema geoestrátegico, más allá de la propia seguridad de Rusia y de los Estados que integran la OTAN, se encuentra en la energía y su transporte: una fuente de ingresos inagotable para Rusia y una fuente de energía asumible durante mucho tiempo para la industria y el consumo particular de los países europeos.

4. El enfrentamiento hacia el que nos convocan

La Guerra de Ucrania, cómo decíamos, ha demostrado que la Unión Europea depende militarmente de los Estados Unidos, y en gran medida, también, de sus fuentes de energía. Sin embargo, la historia no termina aquí. Manteniendo el conflicto en Oriente Medio en su curso en el que los países que forman parte de la Unión Europea, ni la propia Unión Europea, hayan decidido hacer nada efectivo para neutralizar o contener el conflicto por lo que respecta hacía los palestinos y los libaneses -los que han recibido un daño muy elevado-, y al menos públicamente, tampoco no hayan hecho tampoco nada efectivo con el enfrentamiento entre Israel e Irán, estando en riesgo el suministro de hidrocarburos si se produce finalmente una guerra abierta y total, los Estados Unidos desde hace mucho tienen puesta su mirada en China [32]. Un país con el que la Unión Europea tiene muy buenas relaciones comerciales, pero que es competidor económico directo de los Estados Unidos. En un mundo globalizado los Estados pueden aplicar políticas proteccionistas pero estas mismas políticas pueden ir en contra de las empresas multinacionales porque se le puede aplicar a ellas también políticas proteccionistas desde esos otros Estados. Si añadimos que numerosas empresas tecnológicas de matriz estadounidense fabrican sus productos, o componentes de los mismos, en China, y además añadimos que muchos de los componentes necesarios para este tipo de empresas que no están en China pero sí se fabrican en China y compran en China, puede parecer un trabalenguas, pero el daño puede muy importante.

Manteniendo esta tensión económica entre ambos países desde hace mucho se nos está señalando que la conflictividad pudiera llegar a ser también militar: siguiendo estas advertencias China querría apoderarse de la isla de Taiwan, un Estado no reconocido internacionalmente, un territorio insular al que se fueron los lideres nacionalistas entre 1945 y 1949 cuando perdieron la guerra civil frente a los comunistas de Mao Zedong [33], que dispone de plantas de fabricación de alta tecnología, y que es aliado regional de los Estados Unidos. Se nos explica que China quiere apoderarse de todo el Mar de la China Meridional amenazando el tráfico marítimo, las fuentes de energía, y los Estados de Japón, Corea del Sur, y Filipinas, que son aliados de los Estados Unidos, y en los que hay bases militares dispuestas a defenderlos. Frente a esta verdadera Guerra Fría entre los Estados Unidos y China se convoca a que Europa entré en este escenario conflictivo como aliada de los Estados Unidos y sus aliados regionales, tanto militarmente, como adversario comercial, a costa de sus buenas relaciones comerciales con China. Este apoyo europeo a la causa norteamericana sería a cambio de que Estados Unidos siga apoyando al gobierno de Kiev en la Guerra de Ucrania, y lo que es más importante, la propia defensa de Europa frente a sus enemigos.

Mapa de las reivindicaciones en el mar de la China Meridional – Wikimedia Commons

Este enfrentamiento de Estados Unidos con China al que se quiere incorporar a Europa además se hace en un momento en que buena parte del mundo que antes no había contando a la hora de tomar decisiones haya impugnado la hasta ahora hegemonía occidental en el mundo. La organización de los BRICS de la que forman parte tanto China como Rusia también cuenta como miembros a países como la India, Brasil Sudáfrica, y en el último encuentro se ha ampliado [34] a Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, e Irán, como Estados de pleno derecho, y a Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán, y Vietnam, como socios. Esto es lo mismo que decir que buena parte de la población y de la economía mundial están buscando sus propias alianzas para tomar sus propias decisiones [35]. Los Estados más industrializados de la Unión Europea forman a su vez parte del G7 [36] y el G20 [37], que vino ampliar este grupo de encuentro después de la crisis financiera del 2007-2008 con Estados no occidentales, algunos de lo cuales forman parte del BRICS. España no forma parte del G7 pero es invitada permanente del G20.

Podemos verlo de dos formas diferentes: un enfrentamiento militar de Occidente con China con estas alianzas parece impensable, pero de producirse finalmente, traduciendo las alianzas económicas en militares, podría implicar a buena parte la humanidad.

5. Volver a la senda de la sensatez

Si retrocedemos al año 1945, el momento en que finalizó la Segunda Guerra Mundial, todos sabemos que Europa occidental le debe mucho al desembarco aliado en Normandía del 6 de Junio de 1944, casi tanto como a la Gran Guerra Patriótica de contraataque que pusieron en marcha los soviéticos hasta llegar a Berlín, y al plan de recuperación económica conocido como el Plan Marshall, que fue vital para la reconstrucción tanto material como política, social, y económica del continente [38]. Nuestro país, España, no participó en la Segunda Guerra Mundial, y por lo tanto no la sufrió, pero tampoco obtuvo el beneficio político y económico con la llegada de la democracia y la reconstrucción del país, que aún estaba afectado por las penurias económicas y vitales de una larga postguerra, que siguió a la Guerra Civil, bajo la dictadura de Francisco Franco, que durante el conflicto mundial fue aliada, y no solo ideológica, de los regímenes nacionalsocialista alemán y fascista italiano. En la Europa liberada la propia estrategia estadounidense de la creación de la OTAN y la aceptación de la Comunidad Económica Europea por los Estados Unidos, promovida por Francia y Alemania, se llevó a cabo bajo ese contexto. Una unión que interesaba a los Estados Unidos para unir a sus aliados durante la Guerra Fría. Esto también tuvo su incidencia en España cuando los Estados Unidos de Dwight Eisenhower y Francisco Franco establecieron los Pactos de Madrid en 1953 por los que se establecían un conjunto de bases militares [39]. Que duda cabe, que la unión de los europeos, ahora bajo la Unión Europea, fue y sigue siendo, el mayor éxito europeo en el pasado siglo XX y lo que llevamos de siglo XXI, del que España después de democratizarse y de integrarse en la OTAN [40] se ha beneficiado enormemente.

El dictador, Francisco Franco, y el presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, en la base estadounidense de Torrejón, durante la visita del presidente estadounidense a España en 1959 – Wikimedia Commons

Pero una vez que desapareció la amenaza de la Unión Soviética y que Europa ha demostrado que puede administrarse por si misma el peso de los Estados Unidos no puede seguir siendo ser el mismo. Y precisamente cuando la Unión Europea se convirtió en un coloso económico competitivo con los Estados Unidos, y que podría haber llevado a cabo su propia política internacional, diferente a la de Washington cómo pudimos comprobar con la postura de Francia y Alemania durante la Guerra de Iraq, llegó la Guerra de Ucrania y una Europa no ya independiente sino autónoma se ha vuelto una utopía. De hecho me atrevería a decir que hoy la Unión Europea no tiene ningún proyecto de futuro más allá de su propia existencia, que por la situación descrita hasta ahora, bajo complicaciones económicas y la ascensión de formaciones políticas nacionalistas que cuestionan el poder actual de la Unión Europea, sin ofrecer ninguna alternativa de conjunto más allá de sus demandas nacionales, no la tiene tampoco garantizada. Y esto nos pueden retrotraer a escenarios de conflictividad entre los diferentes Estados europeos que todos considerábamos superados.

El regreso de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos después de las últimas elecciones del pasado 5 de noviembre puede que haga variar en gran medida la respuesta a las problemáticas expuestas y por lo tanto a la política internacional promovida por Washington. Sobre todo en lo que respecta a la Guerra de Ucrania, la política hacia la Unión Europea y la OTAN, y también hacia China, que puede enfatizarse. Donald Trump en más de una ocasión ha afirmado que no es partidario de la OTAN, pero al mismo tiempo también ha afirmado que desea enfrentarse a China, y sabe que incluso en un enfrentamiento comercial, necesita cualquier tipo de apoyo para llevarlo a cabo. En Oriente Medio si hemos de hacer caso a sus declaraciones, acogidas calurosamente por Benjamin Netanyahu, todo puede empeorar. Todo lo expuesto sigue en marcha, sigue funcionando, pero este último factor aporta un importante grado de imprevisibilidad e incertidumbre.

Hubo un momento en que los europeos decidimos guardar nuestras armas y entendernos, empezar a hablar y desterrar el enfrentamiento del continente para siempre, hoy ese pensamiento se ha visto impugnado con la Guerra de Ucrania, y la dependencia sobre unos Estados Unidos que tienen sus propios intereses en el mundo. Un cambio en la política internacional de los Estados Unidos adverso hacía la Unión Europea en un primer momento podría perjudicar los intereses de la Unión Europea, pero más tarde podría ser una oportunidad. Todo dependerá de que como ciudadanos, porque vivimos en democracia, analicemos los hechos expuestos en esta ponencia, entre muchos más, y nos replanteemos que futuro compartido queremos, y que papel en el mundo deseamos tener.

Anotaciones:

  1. Hobsbawm, Eric (2010) Guerra y paz en el siglo XXI. Crítica. Biblioteca de Bolsillo. Barcelona. Páginas 11-26.
  2. Fukuyama, Francis (2015) ¿El fin de la historia? Y otros ensayos. Alianza Editorial Madrid. Página 14.
  3. Veiga, Francisco (2011) La fabrica de las fronteras. Guerras de secesión yugoslavas 1991-2001. Alianza Editorial. Madrid. Páginas 302-317.
  4. Sánchez, Francesc (2018) 17 años del 11S. El Inconformista Digital. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2018/09/11/17-anos-del-11s-por-francesc-sanchez/
  5. Lo hizo a través de la Operación Resolute Support (Afganistán). Puede consultarse el papel de las fuerzas españolas en el Ministerio de Defensa. Disponible en web: https://www.defensa.gob.es/misiones/en_exterior/historico/listado/afganistan.html
  6. Fisk, Robert (2015). La gran guerra por la civilización. La conquista de Oriente Próximo. Editorial Crítica. Memoria Crítica. Barcelona. Páginas 1126-1295.
  7. España participó con la operación Asistencia a Irak. Disponible en web: https://www.defensa.gob.es/misiones/en_exterior/historico/listado/asistencia-irak.html
  8. Segura, Antoni (2013) Estados Unidos, el Islam, y el nuevo orden mundial. De la crisis de los rehenes a la Primavera Árabe. Alianza Editorial. Madrid.
  9. Sánchez, Francesc (2017) La revuelta árabe XIV, y fin. El Inconformista Digital. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2017/06/29/la-revuelta-arabe-xiv-y-fin-por-francesc-sanchez/
  10. Poch de Feliu, Rafael (2018) Entender la Rusia de Putin. De la humillación al restablecimiento. Akal. A fondo. Madrid.
  11. Sánchez, Francesc (2015) La nueva política exterior rusa. El Inconformista Digital. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2015/10/18/la-nueva-politica-exterior-rusa-por-francesc-sanchez/
  12. Sánchez, Francesc (2024) Los wagnerianos en África. El inconformista Digital. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2024/05/11/los-wagnerianos-en-africa-por-francesc-sanchez/
  13. Poch de Feliu, Rafael (2009) La actualidad de china. Un mundo en crisis, una sociedad en gestación. Crítica Barcelona. Páginas 23, 23, 35, 45-47.
  14. Frankopan, Peter (2019) Las Nuevas Rutas de la Seda. Presente y futuro del mundo. Crítica. Barcelona.
  15. La Conferencia de Yalta. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2020/10/22/la-conferencia-de-yalta/
  16. Carta de las Naciones Unidas. Disponible en web: https://www.un.org/es/about-us/un-charter
  17. La Declaración Universal de Derechos Humanos. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2020/06/30/la-declaracion-universal-de-derechos-humanos/
  18. Página web de los BRICS. Disponible en web: https://infobrics.org/
  19. Sánchez, Francesc (2023) Cuando los bárbaros cruzaron la alambrada todos volvimos a acordarnos de los palestinos. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2023/10/11/cuando-los-barbaros-cruzaron-la-alambrada-todos-volvimos-a-acordarnos-de-los-palestinos-por-francesc-sanchez/
  20. El dato es ofrecido por Radio Televisión Española para el 7 de octubre en un extensa y detallada infografía. Disponible en web: https://www.rtve.es/noticias/20241005/muertes-palestinos-victimas-guerra-gaza-israel/16274312.shtml
  21. Sánchez, Francesc (2024) Israel asesina al líder de Hezbolá mientras amenaza con expandir el conflicto. El Inconformista Digital. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2024/09/28/israel-intenta-asesinar-al-lider-de-hezbola-mientras-amenaza-con-expandir-el-conflicto-por-francesc-sanchez/
  22. Sánchez, Francesc (2024) Irán responde a Israel con un ataque con misiles. El Inconformista Digital. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2024/10/03/iran-responde-a-israel-con-un-ataque-con-misiles-por-francesc-sanchez/
  23. Sánchez, Francesc (2024) La bendición y la maldición de Benjamin Netanyahu. El Inconformista Digital. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2024/10/08/la-bendicion-y-la-maldicion-de-benjamin-netanyahu-por-francesc-sanchez/
  24. La Resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas (Plan de partición de Palestina). Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2020/09/14/la-resolucion-181-de-la-asamblea-general-de-naciones-unidas-plan-de-particion-de-palestina/
  25. Sánchez, Francesc (2023) Parte de un año de guerra en Europa. El Inconformista Digital. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2023/04/10/parte-de-un-ano-de-guerra-en-europa-por-francesc-sanchez/
  26. Sánchez, Francesc (2024) Parte de dos años de guerra en Europa. El Inconformista Digital. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2024/03/03/parte-de-dos-anos-de-guerra-en-europa-por-francesc-sanchez/
  27. Ucrania prohíbe a los partidos comunistas presentarse a las elecciones. Europapress. Disponible en web: https://www.europapress.es/internacional/noticia-ucrania-prohibe-partidos-comunistas-presentarse-elecciones-20150725045729.html
  28. Zelenski suspende la actividad de al menos 11 partidos políticos en Ucrania. Euronews. Disponible en web: https://es.euronews.com/2022/03/20/zelenski-suspende-la-actividad-de-al-menos-11-partidos-politicos-en-ucrania
  29. Ucrania prohíbe el Partido de las Regiones del depuesto presidente Viktor Yanukovich. Europapress. Disponible en web: https://www.europapress.es/internacional/noticia-ucrania-prohibe-partido-regiones-depuesto-presidente-viktor-yanukovich-20230221171354.html
  30. Sánchez, Francesc (2022) Las claves energéticas, y por lo tanto económicas, en la Guerra de Ucrania. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2022/12/22/las-claves-energeticas-y-por-lo-tanto-economicas-en-la-guerra-de-ucrania-por-francesc-sanchez/
  31. Poch de Feliu, Rafael (2003) La gran transición. Rusia, 1985-2002. Crítica. Memoria Crítica. Barcelona.
  32. Niblett, Robert (2024): La nueva Guerra Fría: Cómo la disputa entre EEUU y China dará forma a nuestro siglo. RBA. Barcelona.
  33. Gernet, Jacques (2024) El mundo Chino. Crítica. Libros de historia. Barcelona. Páginas. 564-567.
  34. BRICS Summit. Kazan 22-24 Octubre. Disponible en web: https://infobrics.org/
  35. Sánchez, Francesc (2024) La cumbre de los BRICS en Kazán. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2024/10/30/la-cumbre-de-los-brics-en-kazan-por-francesc-sanchez/
  36. La acción de Francia en el G7. Francia Diplomacia. Disponible en web: https://www.diplomatie.gouv.fr/es/politica-exterior/cumbres-y-desafios-globales/la-accion-de-francia-en-el-g7/
  37. G20 Brasil 2024. Disponible en web: https://www.g20.org/es
  38. Judt, Tony (2006) Postguerra. Una historia de Europa desde 1945. Taurus. Madrid.
  39. Sánchez, Francesc (2020) Antecedentes de una integración. El Inconformista Digital. Disponible en web: https://www.elinconformistadigital.com/2020/12/12/antecedentes-de-una-integracion-por-francesc-sanchez/
  40. Sánchez Lobera, Francesc (2020) El proceso de integración de España en la OTAN. Tesis doctoral. Universitat de Barcelona. Disponible en web: https://www.tdx.cat/handle/10803/670230

Bibliografía

Tesis doctoral:

  • Sánchez Lobera, Francesc (2020) El proceso de integración de España en la OTAN. Director: Pelai Pagès. Universitat de Barcelona. Disponible en el web de TDX (Tesisi doctorals en xarxa): https://www.tdx.cat/handle/10803/670230

Páginas web:

  • BRICS: https://infobrics.org/
  • BRICS Summit Kazan: https://brics-russia2024.ru/en/
  • El Inconformista Digital: https://www.elinconformistadigital.com
  • Euronews: https://es.euronews.com
  • Europa Press: https://www.europapress.es
  • Francia Diplomacia: https://www.diplomatie.gouv.fr/es/
  • G20 Brasil 2024. Página web: https://www.g20.org/es
  • Ministerio de Defensa: https://www.defensa.gob.es/misiones/en_exterior
  • Naciones Unidas: https://www.un.org
  • Radio Televisión Española: http://www.rtve.es

Libros:

  • Ayestaran, Mikel (2017) Oriente Medio, Oriente roto. Tras las huellas de una herida abierta. Ediciones Península. Odiseo. Barcelona.
  • Ayestaran, Mikel (2018) Las cenizas del califato. De las garras de Estado Islámico a la supervivencia. Ediciones Península. Odiseo. Barcelona.
  • Ayestaran, Mikel (2021) Jerusalén, santa y cautiva. Desde el corazón de la Ciudad Vieja a la eternidad. Ediciones Península. Odiseo. Barcelona.
  • Aznar, Federico (2024) La guerra. Teoría para los conflictos del siglo XXI. Ediciones de Intervención Cultural. Madrid.
  • Fisk, Robert (2009). La era del guerrero. Ediciones Destino. Imago Mundi. Barcelona.
  • Fisk, Robert (2015). La gran guerra por la civilización. La conquista de Oriente Próximo. Editorial Crítica. Memoria Crítica. Barcelona.
  • Fontana, Josep (2013). Por el bien del imperio. Una historia del mundo desde 1945. Ediciones Pasado y Presente. Barcelona.
  • Fontana, Josep (2017) El siglo de la revolución. Una historia del mundo desde 1914. Crítica. Barcelona.
  • Frankopan, Peter (2019) Las Nuevas Rutas de la Seda. Presente y futuro del mundo. Crítica. Barcelona.
  • Frankopan, Peter (2020) El corazón del mundo. Una nueva historia universal. Crítica. Barcelona.
  • Fukuyama, Francis (2015) ¿El fin de la historia? Y otros ensayos. Alianza Editorial Madrid.
  • Gernet, Jacques (2024) El mundo Chino. Crítica. Libros de historia. Barcelona. Páginas.
  • Gutiérrez de Terán, Ignacio (2024) Hezbolá. El laberinto de Oriente Medio. Los Libros de la Catarata. Madrid.
  • Khalidi, Rashid (2023). Palestina. Cien años de colonialismo y resistencia. Capitán Swing Libros. Madrid.
  • Haski, Pierre (2024) Una tierra dos veces prometida. Israel-Palestina: un siglo de conflicto. Deusto. Barcelona.
  • Hobsbawm, Eric (2010) Guerra y paz en el siglo XXI. Crítica. Biblioteca de Bolsillo. Barcelona.
  • Hobsbawm, Eric (2010) Historia del siglo XX. 1914-1991. Ediciones Crítica. Barcelona.
  • Hobsbawm, Eric (2012) Entrevista sobre el siglo XXI. Al cuidado de Antonio Polito. Crítica. Biblioteca de Bolsillo. Barcelona.
  • Judt, Tony (2006) Postguerra. Una historia de Europa desde 1945. Taurus. Madrid.
  • Niblett, Robert (2024): La nueva Guerra Fría: Cómo la disputa entre EEUU y China dará forma a nuestro siglo. RBA. Barcelona.
  • Poch de Feliu, Rafael (2003) La gran transición. Rusia, 1985-2002. Crítica. Memoria Crítica. Barcelona.
  • Poch de Feliu, Rafael (2009) La actualidad de china. Un mundo en crisis, una sociedad en gestación. Crítica Barcelona.
  • Poch de Feliu, Rafael (2018) Entender la Rusia de Putin. De la humillación al restablecimiento. Akal. A fondo. Madrid.
  • Sebag Montefiore. Simon (2012) Jerusalén. La biografía. Crítica. Barcelona.
  • Segura, Antoni (2001) Más allá del Islam: política y conflictos actuales en el mundo musulmán. Alianza Editorial.
  • Segura, Antoni (2004) Señores y vasallos del siglo XXI: una explicación de los conflictos internacionales. Alianza Editorial. Madrid.
  • Segura, Antoni (2013) Estados Unidos, el Islam, y el nuevo orden mundial. De la crisis de los rehenes a la Primavera Árabe. Alianza Editorial. Madrid.
  • Todd, Enmanuelle (2024) La derrota de occidente. Akal. A fondo. Madrid.
  • Veiga, Francisco (2011) La fabrica de las fronteras. Guerras de secesión yugoslavas 1991-2001. Alianza Editorial. Madrid.
  • Veiga, Francisco (2012) El retorno de Eurasia 1991-2011. Veinte años del nuevo espacio geoestratégico que abrió paso al siglo XXI. Ediciones Península. Barcelona.
  • Veiga, Francisco (2015) El desequilibrio como orden. Una historia de la Posguerra Fría. 1990-2008. Alianza Editorial. Madrid.
  • Veiga, Francisco (2022) Ucrania 22. La guerra programada. Alianza Editorial. Madrid.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 1 Diciembre 2024.