¿Controladores del Subconsciente? – Rafael Pérez Ortolá

Entre un sinfín de adelantos y progresos, demasiadas veces cuestionables, nos toca vivir en unas sociedades en las que abundan los RETROCESOS, los empeoramientos. La situación Argentina, Iraq, Cuba, Bolivia, los terrorismos y la pérdida de criterios, sólo por citar algunos, a título de ejemplos.

Extralimitados beneficios bancarios, desdén ante los riesgos laborales, agresiones al trabajador con los contratos basura, por citar otro tipo de ejemplos.

Por aquí o por donde pueden intentan presentarnos una realidad subyacente, que circula por debajo de las evidencias. Pretendidos economicismos, pseudovalores, politiqueros, se ofrecen a pensar por nosotros. Y es que nosotros no debemos darnos cuenta del aposento donde radica la gran verdad social e individual, ¡cómo se originan en terrenos del subconsciente! En realidad esas profundidades las inventan ellos mismos. Según los dominadores, no llegamos a entenderlos.

En el caso de arquetipos, sensaciones y todo el SUBCONSCIENTE, el comentario anterior sobra. Está de más porque nadie puede llegar tan hondo. Intentar alcanzar una ligera aproximación, resulta tan complejo, que nuestro entorno ya no plantea su estudio a fondo. Podemos añadir las actitudes indolentes, si no despectivas, que nos invaden cuando se trata de profundizar en aspectos de la persona humana.

Por añadidura, es imposible instalarse en el subconsciente, a nadie le resulta factible eso. Tampoco se lo puede uno configurar, los esquemas más simples saltan destrozados. Queda una base tan lábil que no permite estructurar nada irrefutable sobre ella. Pues bien, sin instalación en eso, sin configuración y sin proyecto firme, no puede surgir verdad sobre el subconsciente. Son condiciones indispensables.

Llegados a este punto, el PSICOANÁLISIS intenta mediar con los impulsos ocultos en la mentalidad de las personas. Cuando su intención intenta facilitar la recuperación de un enfermo y se lleva a cabo con todos los requisitos profesionales, constituirá un punto de apoyo, tanto más valioso cuanto la psicología de las personas tiene pocos puntos firmes para agarrarse. En ese campo se funciona con sensaciones, impulsos, creencias y todo eso suena a esencias muy volátiles.

En esta tesitura, uno se plantea que hay cosas en la vida, tan íntimas, tan peculiares, que nadie podrá alcanzarlas en niveles suficientemente objetivos. ¡Menos mal! Y la celebración por nuestra parte refleja el hartazgo al que nos llevaron tanta manipulación o engaños. Por lo menos, a este NÚCLEO VITAL es imposible acceder con garantías. Eso quizá nos conserve la humanidad de cada uno. Si pudieran nos la quitaban, eso está clarísimo. Yo lo llamaría RESERVA HUMANA y que dure.

¿Qué ocurre?

Desde Freud, la exageración propia de los estudiosos del psicoanálisis radica en el pensamiento de que ellos dominan algunas de las esencias. Así, la libido, los sueños, la madre castradora y una ristra de interpretaciones. Simplemente con el discurrir del tiempo se evidencia la limitación de dichos asertos. Como intentos de curaciones, estudio o apoyo a las personas, me parecen loables. ¡Tantas son las materias que usamos y no las conocemos bien! ¿Todas?

Lo que me parece GRAVE MANIPULACIÓN es la situación de todo este entramado cuando se ofrece sin filtro adecuado a la población, esta no tiene porque conocer esos entresijos del subconsciente y los estudios sobre el mismo. Se quiere hacer ver una doble orientación, con el psicoanálisis se LIBERA a las mentes, o bien en el otro extremo, se las CONTROLA. Yo añadiría ¡Qué más quisieran ellos! No tienen respuestas tajantes, no se puede dar como concluyente una situación de por sí problemática.

A todo aquel que le colocan un uniforme, ropaje, ideológico o técnico, parece que le atrae el término subconsciente. Ellos son los verdaderos conscientes y el resto van deambulando por terrenos desconocidos. Veamos, veamos…en diferentes profesiones o cargos públicos.

Es bueno difundir a todas las personas esta situación desmitificadora. Quizá de esta manera evitemos las fauces voraces de estos personajes. ¡NO existe ese control como tal!

Si algo bueno tienen estos tiempos tan denostados es el acceso, hasta excesivo, a las fuentes del conocimiento. Pero esto exige esfuerzo y por lo tanto voluntad de realizarlo. Cada persona puede ABRIRSE al CONOCIMIENTO. Esa sí será una buena tendencia cultural digna de todas las promociones.

Los ciudadanos hemos de convencernos y pellizcarnos si fuera menester para mantener viva esa AUTONOMÍA PERSONAL tan necesaria. Desde las cátedras, universidades, medios de comunicación y cuantos útiles podamos dedicar a ello, hemos de proclamar muy nítidamente como SE ACABARON los GURÚS intocables, hechiceros, oráculos y todo ese tipo de entes. Hay que estimular a la gente en esa línea.

Luego, cada uno verá, porque una simple ojeada nos permite apreciar como existen demasiados aprendices de esas brujerías. Si por el contrario vamos a dejarles libre el campo, no vayamos a quejarnos a toro pasado.

Ahí está la clave, es irreversible la llegada de una nueva tendencia, aquella de la LIBRE ASOCIACIÓN de personas cultas. Ese es el camino clásico que siempre olvidamos. Muy antiguo, pero hay que hacerlo valer, de lo contrario nos quitarán la tentación de ser libres.

Entre otros, desenmascaremos a los que pretenden dominar el subconsciente. Las grandes incógnitas, lo son porque no conseguimos alcanzarlas. Por lo tanto, menos lobos, menos dominadores del bien y del mal y más respeto a las modestas interpretaciones de un ciudadano cualquiera.

Rafael Pérez Ortolá. Vitoria.
Colaborador, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona. 4 Noviembre 2003.