La lengua española es una herramienta muy útil y precisa para describir y explicar cualquier realidad que merezca que le dediquemos unas líneas, unos párrafos, que pueden armar un artículo periodístico, en el que denunciemos una situación, y al mismo tiempo nos ayude a reflexionar sobre lo que hemos escrito. Las palabras son muy importantes y para definir las que forman el título del artículo, que hacen referencia a los hechos que se iniciaron en Israel el pasado 7 de octubre de 2023 y continúan hasta hoy en Palestina, en el contexto de un conflicto que se inició desde la partición de esta tierra en 1947 y la fundación del Estado judío en 1948, pero siendo uno de los episodios más graves y por lo tanto de gran trascendencia desde entonces, recurro al diccionario de la Real Academia Española para arrojar luz a las tinieblas del analfabetismo que nos quieren imponer.
El término de guerra se define por 1. desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias, 2. lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación, 3. pugna, 4. lucha o combate, aunque sea en sentido moral, 5. oposición de una cosa con otra. La guerra que hoy se desarrolla en la Franja de Gaza es muy extraña, porque efectivamente existe una pugna, hay una lucha armada, pero no se ha roto la paz entre dos o más potencias, porque si bien el Estado de Israel puede considerarse una potencia, Hamás no lo puede, y tampoco existe una lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación, porque Palestina al no disponer de Estado no es una nación. A diferencia de lo que sí sucede en la Guerra de Ucrania donde se enfrentan dos ejércitos fuertemente armados con centenares de miles de soldados en un inmenso campo de batalla con un frente claramente delimitado, en la guerra de la Franja de Gaza sólo existe un ejército, el israelí, una maquinaria de guerra que se enfrenta a unos milicianos que se camuflan y escoden entre las ruinas y la población civil. Es lo que se conoce como una guerra asimétrica que antiguamente era conocida como la guerra de guerrillas. Esto hace justificar al Estado de Israel el castigo colectivo para todos los palestinos con la muerte de innumerables civiles de los que responsabiliza a Hamás.
El segundo término es el de genocidio, que es un nombre que queda definido por exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad. El Estado de Israel, y parte de su sociedad civil, después de los atentados terroristas del 7 de octubre de 2023 que produjeron 1.200 muertes y 200 secuestrados, señalaron que, desde el Holocausto, el caso de genocidio más emblemático y reconocido en la historia contemporánea, y que de hecho es de donde procede el término, en el que fueron exterminados más de 6 millones de judíos, no habían recibido un daño semejante. No creo que sea preciso indicar que los judíos muertos en el Holocausto no eran israelíes porque Israel no existía aún como Estado, ni que el hecho de ser judío sea sinónimo de israelí, porque hay muchos judíos que no son israelíes, por mucho que el Estado de Israel sea un Estado judío, y otorgue la nacionalidad israelí a todos los judíos que quieran establecerse en este país. En cuanto a la respuesta israelí a estos atentados que persigue la erradicación de Hamás de la Franja de Gaza que han provocado en seis meses la muerte de más de 30.000 palestinos, la destrucción de la mayoría de los edificios de viviendas, el desplazamiento forzoso de un millón de personas, y la privación de las necesidades más básicas como son la atención médica, la educación para los niños y jóvenes, el alimento y el agua, la izquierda europea la califica de genocidio.
El último término al que hago referencia en el título es el de impunidad que, según la Real Academia Española, es un nombre que nos remite a la cualidad de impune, que a su vez es un adjetivo que significa que queda sin castigo, sinónimo de inmune, libre, exento, e inulto. Por lo dicho hasta ahora los palestinos después de los atentados no quedaron impunes y han pagado multiplicado por treinta el daño que infringieron sobre los israelíes. Sin embargo, el Estado de Israel que es el que ha provocado estas muertes, no sólo entre los milicianos de Hamás, sino entre la población civil palestina, hasta el momento ha quedado impune. Los palestinos no han podido devolver el golpe. No ha habido tampoco ninguna instancia superior o conjunto de potencias, muy notoriamente a diferencia de lo que sí ha sucedido con Rusia después de la invasión del 24 de febrero de 2022, por no hablar de la entrega de armamento y ayudas económicas al régimen de Kiev, que haya sancionado al Estado de Israel en ningún momento. De hecho, los Estados occidentales, aunque ahora algunos se lleven las manos la cabeza por la respuesta israelí, y lo mismo suceda con muchos de sus simpatizantes en la sociedad civil, afirmaron que Israel tiene el derecho a defenderse. Hemos llegado a tal grado de surrealismo que los Estados Unidos mientras facilitan bombas a Israel, al mismo tiempo lanzan desde el aire paquetes de alimentos a los palestinos. Por todo esto, afirmo, que el Estado de Israel tiene impunidad para cometer sus crímenes.
Podemos aceptar que los atentados de Hamás, y otras facciones palestinas, buscaban infligir el máximo daño posible entre los civiles israelíes, y estos eran conscientes que iba a haber una respuesta contundente en contra de ellos, y también hacía los civiles que viven en la Franja de Gaza. Pero calificarlos de genocidio seria lo mismo que calificar como tal todos y cada uno de los atentados terroristas islamistas, que indudablemente buscan hacer el máximo daño posible, que hemos recibido los occidentales desde el 11 de Septiembre de 2001. No creo que el Estado de Israel, que en su momento fue para muchos un bote salvavidas después del Holocausto, y también, en mi opinión, un error histórico como argumenté en otro artículo, en vísperas de los veinte años del 11 de Marzo, el atentado terrorista más grande que ha sufrido España y Europa, nos pueda dar lecciones morales sobre el presente, cuando su respuesta contra los palestinos es premeditada y desproporcionada, afirmando que es para erradicar a Hamás de la Franja de Gaza, cuando sistemáticamente infringe un daño en un pueblo, matándolo a base de bombas, balas, hambre y sed, obligándolo a desplazarse y a amontonarse, que desde una perspectiva histórica de larga duración, encaja terriblemente con la definición de genocidio.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 10 Marzo 2024.