Geopolítica en África: conclusiones – por Francesc Sánchez

En esta sesión hemos visto las cifras macroeconómicas para la región del África Subsahariana, cuales son los productos que exporta y los que importa, que países son sus clientes y cuales son sus proveedores. Hemos visto un caso específico como el de China porque en pocos años se ha convertido en el principal cliente, pero también proveedor de esta importante región en el mundo. China ha incluido al continente africano en su Nueva Ruta de la Seda a través de inversiones y prestamos hacia la mayoría de países africanos para la construcción de infraestructuras, como son carreteras, líneas de ferrocarril, puertos y aeropuertos: todo indica que para poder llevar fácilmente sus productos al continente pero también para extraer todo aquello que le interesa, y aunque no interfiere políticamente en estos países, todo indica que si la deuda contraída no es pagada, puede apoderarse de regiones enteras de estos países.

Si dejamos el caso de China a un lado, comprobamos por los flujos comerciales que lo que entendemos por Occidente, Estados Unidos y Europa, sigue siendo un importante socio que extrae todo tipo de materias primas y combustibles. Las cifras son importantes, pero no son colosales: África ofrece petróleo, gas, uranio, coltán, y toda una serie de minerales, y otras materias primas, pero comparando estas cifras con otras regiones del mundo no son las más importantes. Da la sensación de que el continente es explotado a fuego lento, progresivamente, pero no de una forma intensiva. Hay países como Nigeria, y los de la cornisa del Mediterráneo que ofrecen una importante producción en hidrocarburos, el Níger también de uranio, el Congo en coltán, pero globalmente hay muchos países en los que no hay tanta actividad. Esta sensación me lleva a pensar que se quiere conservar este continente para el futuro. Y en este futuro incierto dependerá tanto de las potencias como de los gobiernos locales que esta explotación se haga a través de acuerdos que permitan desarrollar el continente o volvamos a repetir situaciones que ya conocemos por la historia y nuestro presente.

En un mundo globalizado en el que interactúan nuevas potencias, como China, y algunas no tan nuevas como Rusia, que quieren desbancar a los Estados Unidos y los países europeos en los mercados y en las regiones productoras de materias primas y combustibles cabe la posibilidad, como sucedió con los europeos durante la puja de África en el siglo XIX y el siglo XX, y durante la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que colisionen en distintas regiones, como es el caso del continente africano. La inestabilidad de muchos Estados africanos, los conflictos armados no resueltos, y distorsión de los grupos yihadistas, muy real, pueden interpretarse como la enfermedad africana pero también como síntomas de esta lucha por los recursos.

Por mi parte ya está todo dicho. Ahora si queréis podemos hacer un debate.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 14 Diciembre 2021.