La última enfermedad de Franco – por Pelai Pagès

Estábamos en el año 1974, Franco había tenido la primera enfermedad grave y había sido substituido por el que por entonces era Príncipe de Asturias, Juan Carlos de Borbón. Las perspectivas de que la dictadura franquista no duraría mucho tiempo eran claras. El régimen -pese a la represión que seguía llevando a cabo- hacia aguas por todas partes y se hallaba en crisis. En la carta que yo mismo escribí a Juan Andrade y a su compañera María Teresa, el día 1 de agosto de 1974, después de mi primer viaje a Paris, les intentaba describir la situación que se estaba viviendo en el Estado español, y les decía:

“La situación en España, agitada durante unos días por la enfermedad de Franco, parece que está tendiendo a estabilizarse. Supongo que estaréis informados de que se está hablando ya de posfranquismo, de una etapa decisiva en la continuidad o ruptura definitiva del régimen. No hay nada claro, puesto que existen dentro del propio régimen varias alternativas antagónicas entre sí, sobre las posibles soluciones de continuidad. Por una parte, existe la oficial, personalizada en el actual “Jefe del Estado en funciones”, Juan Carlos, que supondría la reinstauración monárquica en su vertiente más progresista. Hay bastantes grupos de la oposición o semi-oposición que ven en Juan Carlos una garantía para agilizar de una manera rápida la reinstauración democrática en España. Creo que “Cambio 16” representa bastante bien esta tendencia. Sin embargo, se dice que Juan Carlos, al jugar la baza democrática –instaurando una monarquía parlamentaria- prescindiría de las “cabezas pensantes y ejecutivas” del régimen actual, y cambiaría, evidentemente, la actual Constitución. Esta es la causa por la que se ha alzado una nueva candidatura para la Sucesión: la del Duque de Cádiz, nieto mayor de Alfonso XIII, casado con la nieta de Franco. Según dicen, la propia mujer de Franco, “doña Carmen Polo”, ha hecho lo indecible para que se cambie el nombre del sucesor oficial, pero sin resultados positivos. Quien le ha parado en sus ambiciones sería el presidente del gobierno, Arias Navarro, el cual, dicen también, controla actualmente la situación. Como podéis ver todo se sabe a nivel de rumores.

Lo único cierto es que las movilizaciones políticas que se han llevado a cabo estos días, ante una eventual muerte de Franco, sólo han alcanzado a los diversos grupos de la clase dominante. A la oposición la ha cogido desprevenida. Y en parte es natural. Todo ello se ha producido cuando mucha gente hace ya vacaciones y se hace enormemente difícil mantener relaciones y contactos de base. Yo supongo, sin embargo, que sí se habrán mantenido contactos de “alto nivel”. Hoy mismo acabo de leer en el periódico que Carrillo había convocado una rueda de prensa en París para dar cuenta de la constitución de una “Junta Democrática”, y que estaba acompañado nada menos que por Calvo Serer. Si el “óbito” de Franco se produce durante este verano –y puede suceder cualquier día- es difícil que se produzca una reacción popular contundente y eficaz; aunque no hay que olvidar que en este último mes se ha demostrado suficientemente donde puede llegar una acción de masas decidida: las diversas huelgas de Navarra y el País Vasco, y sobre todo la huelga general en el Bajo Llobregat –donde pararon más de 20.000 obreros durante tres días- son ejemplos patentes. Por otra parte, no hay que olvidar el fantasma permanente de la crisis económica, que en España se presenta mucho más agudizada. Han subido ya bastantes precios de productos básicos y para los próximos días de agosto hay anunciadas nuevas subidas de pan, aceite, café, azúcar, etc. En fin, como podéis ver, la situación está muy complicada y políticamente nadie tiene una alternativa clara para salir de ella. Últimamente también se han producido bastantes detenciones, lo cual parece querernos recordar que la represión de momento es la única que no se ha marchado de vacaciones”. 

Todo esto lo escribía prácticamente un año y tres meses antes de la muerte de Franco, cuando se inició oficialmente una transición que se fue nada modélica y que nos llevó a esta “monarquía parlamentaria” que aún sufrimos, día sí día también. ¿Hasta cuándo?

Pelai Pagès Blanch es profesor de Historia Contemporánea de la Universitat de Barcelona especializado en la Segunda República Española, la Guerra Civil, el Franquismo y la Transición.

El artículo fue publicado originariamente en catalán en el blog de Pelai Pagès y puede consultarse a través de este enlace. La publicación en este periódico cuenta con la autorización del autor.

Redacción. Memoria. El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 14 Octubre 2021.