El 15 de Abril de 1938 el territorio republicano quedó dividido en dos zonas tras la toma de Vinaroz por las tropas del general Yagüe y la situación se volvió grave: militarmente el resultado era bastante claro a medio plazo. En Cataluña empezaron a aparecer los primeros síntomas de agotamiento: los continuos bombardeos sobre las ciudades, la constante llegada de refugiados, las cada vez más numerosas levas de soldados, el racionamiento, la inseguridad, el miedo … todo aquello que iba disminuyendo la moral de la retaguardia. Por eso la Prensa que se publicó en Cataluña y, de forma particular, en la ciudad de Barcelona jugó un papel fundamental para mantener y subir esta moral y esperanza en la victoria. La información sobre la guerra hacía tiempo que era controlada por la censura militar y esta censura debería favorecer el desarrollo de la propaganda, dificultando un exacto conocimiento de lo que ocurría en el frente. En ese sentido Negrín y el PCE reforzaron la idea de una guerra contra la colonización extranjera y por el derecho a construir una comunidad política nacional muy diversa. Pero también había de militarizar la retaguardia (y de ello se encargó el SIM, es decir, el PCE).
Por su parte, Franco no aprovechó la oportunidad de, dividido el frente tras la llegada de sus tropas al Mediterráneo, atacar por Barcelona a pesar del consejo de sus generales y, también, por el temor a la actitud que pudiese tomar el gobierno francés ante una posible entrada de las tropas en su territorio. Así fue como decidió empezar por una ofensiva en Valencia y esto dio paso a una idea del alto mando republicano que aprovechaba el hecho de que los ríos Segre y Ebro constituían una enorme frontera natural: cruzar el Ebro en una zona de escaso valor estratégico para poder avanzar y enlazar con el ejército de Levante. La idea, más política que estratégica, fue obra conjunta del general Vicente Rojo, jefe del Estado Mayor del Ejército, y del presidente del gobierno, Juan Negrín. Si la ofensiva tenía éxito se podría parar el ataque sobre Valencia, comenzando así una larga y dura resistencia. Pero, desgraciadamente, estas previsiones no coincidían con los planes del gobierno inglés y francés. A lo largo de toda la Batalla, ambos gobiernos consideraron que la Guerra en España tenía que acabar pronto y Franco debía ser quien ganase al final. El fin de la esperanza republicana vino con los Acuerdos de Múnich (28-29 de Septiembre de 1938): los checos tenían que abandonar el territorio de los Sudetes, que pasarían al gobierno del Tercer Reich alemán. De momento, la guerra en Europa se alejaba y al Ejército republicano tan solo le quedaba la moral y la resistencia. De esta manera volverían a juntarse las dos zonas republicanas y la Guerra podría prolongarse hasta un hipotético inicio del conflicto europeo que, como se sabe, llegaría el 1 de Septiembre de 1939, con la invasión de Polonia.
El día 26 de julio de 1938 toda la Prensa catalana dio la noticia del inicio de la ofensiva en las tierras del Ebro. Durante tres meses, sometida a una censura gubernamental por razones de guerra, además de otras censuras de los titulares de los diferentes diarios (sindicatos, partidos políticos, etc.) y en mitad de una situación de escasez de medios materiales y humanos, la Prensa fue informando sobre el desarrollo de la batalla.
¿Cómo llevó a cabo esta tarea informativa el diario LA HUMANITAT? No puede olvidarse que éste diario era afín al gobierno de la Generalitat, es decir, su línea de opinión venía definida por una clara y lógica defensa de los ideales catalanistas pero, también, y como ya he comentado antes, estaba controlado por la censura militar. Así pues: ¿sería posible compaginar la fidelidad a un ideal nacionalista catalán con el compromiso político republicano, en un momento tan crítico como el de 1938? ¿se podría mantener la moral y la esperanza de victoria en la retaguardia desde el comienzo de la batalla hasta el final?
Un repaso al tratamiento de las cabeceras nos proporciona una imagen interesante. De los 110 ejemplares publicados, y revisados, entre el 26 de Julio y el 16 de Noviembre de 1938, en un total de 28 aparecen informaciones referidas a la Batalla. De estos ejemplares, los dos periodos más destacados son el de la ofensiva inicial (9 cabeceras) y la fase final, que comenzó el 30 de Octubre, con 13 cabeceras. Las seis cabeceras restantes se distribuyen en diversos días y no aparecen menciones a la Batalla en 82 cabeceras (lo que no quiere decir que no se haga referencia a la misma en el interior, fundamentalmente, reproduciendo los comunicados oficiales de guerra emitidos por el Estado Mayor del Ejército). La forma de organizar estas cabeceras, así como de las páginas interiores, era muy diferente a la época actual: Mensajes cortos y significativos en letras grandes, en medio de un conjunto muy diverso de informaciones que, la mayoría de veces, acababan en la misma cabecera. La falta de espacio obligaba al linotipista a encontrar soluciones para resaltar lo que se consideraba verdaderamente importante.
¿Cómo eran presentados los soldados que combatían? Los integrantes del ejército republicano son llamados «soldados españoles» y «soldados de la República». También aparecen otras formas como «armas republicanas», «ejército popular de la República» o «ejército del Ebro». En un escaso número de ocasiones aparece la expresión «soldados catalanes». En la cabecera del día 12 de noviembre, se hace referencia a los veinte mil soldados catalanes que participaron en la Primera Guerra Mundial como voluntarios: «Cataluña, hoy como ayer, sigue oponiéndose a la opresión“. Por el contrario, los soldados del bando enemigo son siempre denominados como «soldados de la invasión», «tropas invasoras», «la facción», destacando en todo momento que hay tres ejércitos luchando con Franco o, también, pidiendo con contundencia: “fora els estrangers”
En cada uno de los ejemplares aparecía el «Comunicado Oficial de Guerra» y el texto de la noticia se construía en base al mismo. En los primeros días de ofensiva los términos son muy claros: «avance victorioso», «avance triunfal». Además, se daban los datos sobre el número de prisioneros que se habían hecho y del volumen de material de guerra capturado. Con respecto al enemigo, la evidente sorpresa inicial de este se transforma en expresiones como «fracaso de los facciosos», «la desmoralización del enemigo», «el enemigo huye». Sin embargo, la consulta a los comunicados oficiales de los dos bandos revela el fuerte control de la censura militar, ignorando algunos datos o maquillando los mismos. Tanto en los combates aéreos como los terrestres aparece una constante contradicción: los dos bandos manifiestan haber avanzado sus posiciones y, como mucho, se reconoce la resistencia del contrario. Los muertos y los heridos nunca aparecen. Tampoco se hace mención de los sufrimientos de los hombres. Eso queda para el enemigo, que es quien sufre la derrota.
La situación de avance inicial terminó muy pronto. El 29 de julio se completó el despliegue republicano y el 3 de agosto se inició la construcción de trincheras para defender el territorio conquistado. Tres días más tarde se inició la primera contraofensiva franquista. Durante los tres meses siguientes la dinámica militar será siempre la misma en términos generales: contraofensivas franquistas que se estrellaban una y otra contra el muro de las tropas republicanas. Así hasta el final. Pero no se trataba de informaciones manipuladas o tergiversadas. La realidad era que, efectivamente, el ejército republicano, en condiciones muy difíciles desde un punto de vista humano y material, estaba dando una lección de resistencia heroica. Esto no era ningún obstáculo para reconocer, aunque de forma sutil, que la ofensiva se había detenido. Por ejemplo, el día 30 de julio es interesante leer el texto del Comunicado Oficial de Guerra (en el que se reconoce la resistencia franquista) con lo que dice en las páginas interiores, donde se afirma: «los republicanos se encuentran cada día mejor desde un punto de vista político y moral «. También hay que decir que, un día antes, no aparece la noticia del inicio de la contraofensiva franquista y sí de los elogios de la prensa extranjera a la ofensiva republicana. Y así, con la estabilización del frente, comenzaron a aparecer, desde el 7 de agosto y de forma recurrente, todo un conjunto de expresiones que insistían en los mismos mensajes. Por ejemplo, en las páginas del diario se elogiaban el heroísmo, la resistencia y el brío de los soldados republicanos. Esto iba acompañado de la descripción de la superioridad en material de guerra del bando enemigo. Este heroísmo era la base de, según una expresión muy utilizada por los redactores, “el éxito de las operaciones» en poner freno a los contragolpes franquistas. Tampoco olvidaba mencionar el hecho de haber conseguido el objetivo principal de la ofensiva, es decir, de parar el avance sobre Valencia. Tal información dio origen a dos cabeceras, donde un artículo y un extenso comunicado del Estado Mayor del Ejército contaban con detalle el porqué de este éxito. El fracaso de los franquistas tuvo un lugar importante y un tratamiento especial en las páginas del diario, por ejemplo, al describir cómo una y otra vez se estrellaban contra la resistencia republicana y, así, el día 8 de septiembre aparece: «Los soldados de la República, con una épica resistencia incapacitan absolutamente la acción ofensiva de las fuerzas invasoras”. Y el 21 de agosto: «Sin avanzar un paso». «Acción heroica ininterrumpida de la República que desborda la contraofensiva franquista». Cuando faltaba muy poco para las conversaciones sobre la cuestión de los Sudetes, y en los ejemplares de los días 22, 23 y 24 de septiembre, podía leerse: «Todos los intentos de ataque son rechazados». «El enemigo sigue desangrándose «.» La heroica tenacidad de nuestros hombres en el Ebro «. «Nuestras tropas hacen pagar muy caro cada palmo de tierra». Buena parte de los tres meses de batalla transcurrieron en medio de una estabilidad en el frente. Y de esta estabilidad se informaba de forma muy breve y concisa: «Sigue la lucha en el Ebro». La falta de novedades destacables llevaba a informaciones sobre la actividad bélica en otros frentes, como los de Extremadura, Levante o Andalucía.
Las páginas de LA HUMANITAT, asimismo, se hicieron eco de la marcha de la situación internacional, en especial los problemas entre los gobiernos inglés y francés con el alemán. En numerosas ocasiones aparecieron informaciones relativas a los bombardeos de la aviación italo-alemana sobre las ciudades. Aunque pocos, también aparecieron comentarios sobre lo que algunos diarios extranjeros (fundamentalmente conservadores) decían sobre la ofensiva y la resistencia del ejército republicano. A medida que nos acercamos al final de la Batalla, una vez han desaparecido las esperanzas de que la Guerra en Europa lleve a un final diferente, los mensajes no caen en el derrotismo. Más bien al contrario: «El Ebro es el Marne de nuestra guerra»; «La facción no pasa»; «Cada jornada, una victoria»; «El esfuerzo admirable del ejército de la República».
En las páginas del diario no faltaron las noticias sobre la actuación de la aviación republicana. Como ya se sabe, la actividad de ésta fue muy importante en la Batalla del Ebro y, por ello, las referencias a los combates de «La Gloriosa» son casi constantes. Frente a los aviones italianos y alemanes, la aviación republicana partía con un escaso número de aparatos y una ayuda extranjera limitada a las compras realizadas al gobierno de la URSS que, además, estaban muy controladas por el «Comité de No Intervención». Por si no fuera suficiente, se tuvieron que incorporar pilotos voluntarios y mercenarios (franceses, estadounidenses e ingleses) hasta que pudieran ser reemplazados por jóvenes pilotos españoles, con edades comprendidas entre los 18 y 22 años, que tuvieron su bautismo de fuego en el Ebro. Pues bien, las informaciones siguen siempre la misma línea. En primer lugar, se resalta la inferioridad numérica republicana, aunque se insiste en su eficacia en los combates con expresiones como «señora del aire» y «alas victoriosas». Siempre se informa del número de aparatos enemigos derribados y, aunque admite la pérdida de aparatos republicanos, nunca aparece el número. Y, por último, las sucesivas derrotas del enemigo aparecen muy a menudo con el objetivo de desmitificar su supuesta eficacia a los combates aéreos.
Las páginas del diario suministraron siempre informaciones en torno la legitimidad de la causa republicana El periodo de estabilización del frente es pobre desde un punto de vista de informaciones sobre la Batalla y, al contrario, muy interesante desde un punto de vista de aquellas informaciones que tratan sobre las causas que han llevado a la guerra y, especialmente, de la filosofía del gobierno republicano: resistir hasta el final. Por ejemplo, el 9 de Agosto aparece el siguiente titular en páginas interiores: «Sea cual sea el final, está claro que la República no está al final de su resistencia». Firmados los acuerdos de Munich, en el ejemplar del 12 de Octubre, los titulares de un artículo: «El ejército de la República sabe por qué lucha» y, en caracteres más pequeños: «Significado y perspectiva de nuestra resistencia”. El 20 de Octubre se hace la siguiente afirmación: «El único bando legal es el republicano». Un día después se informa que «en la España franquista la moral se hunde».
La presencia y opiniones de los políticos acerca de la batalla del Ebro no fue un capítulo importante desde un punto de vista del número de informaciones aparecidas. Sí que es verdad que el primero en realizar un comentario elogioso a la ofensiva fue el Presidente Lluís Companys. Apareció publicado el 27 de julio y, al día siguiente, lo hizo Julio Álvarez del Vayo, ministro de Estado del gobierno republicano. El presidente y ministro de Defensa, Juan Negrín, junto con el general Rojo, hicieron también comentarios elogiosos el 19 de Agosto, justo cuando la ofensiva ya se había detenido. La retirada de las Brigadas Internacionales de la Guerra en España es otro momento en que vuelven a aparecer los políticos. La especial relevancia de los hechos lleva a que los días 26, 28 y 29 de Octubre aparezcan en la cabecera del diario las referencias a los discursos de Josep Tarradellas y Juan Negrín, así como de la «MANIFESTACIÓN ENTUSIASTA DEL PUEBLO DE CATALUÑA», presidida por Manuel Azaña, Lluís Companys y Juan Negrín.
Por su directa relación con la idea central de la ofensiva en el Ebro, los acontecimientos europeos tuvieron un especial protagonismo en el diario. Por ejemplo, en la cabecera del 25 de septiembre se informa de la creciente tensión en Checoslovaquia, debida a la reclamación que Hitler está haciendo del territorio de los Sudetes y, en el mismo ejemplar se informa del terrible castigo que está sufriendo el ejército franquista en el Ebro. Parece bastante clara la intencionalidad de establecer paralelismos entre la resistencia al totalitarismo que se está produciendo en dos lugares diferentes. Los días 30 de septiembre y 1 de octubre son especialmente críticos. La reunión en Múnich se ha acabado y las potencias europeas se han rendido a las exigencias de Hitler. La República ha perdido la esperanza del estallido de la guerra en Europa y, con ello, Franco tiene la victoria cada vez más cerca. De estas consideraciones no se informa, claro, pues sus consecuencias serían terribles para la moral del ejército y, especialmente, para la retaguardia. Sin embargo, Antoni Rovira i Virgili publicó el mismo 1 de Octubre un artículo titulado «El Acuerdo de Múnich», donde tras analizar la situación, anima a no ser pesimista ante el futuro inmediato. También y del mismo autor, pero en la línea de defensa de la catalanidad, el día 17 de Agosto de 1938 aparecía en la cabecera del diario un artículo con este título: «Cataluña y el Pacto de San Sebastián». En dicho escrito, hacia la mitad, aparece lo siguiente: «… que teníamos razón los que poníamos la cuestión de Cataluña en un lugar de primera fila y nos esforzábamos en asegurar la instauración de la autonomía catalana contra los posibles intentos de aplazamiento y de recorte… «. Y sigue más adelante: «El compromiso de San Sebastián no fue respetado del todo; pero su cumplimiento atenuado permitió encontrar soluciones transaccionales y viables como la constitución de la Generalitat y el Estatuto de Autonomía «. Finalmente, termina señalando el camino: «Para todo esto es necesaria hoy la victoria en la guerra (…) que seguramente habría sido evitada si el espíritu que los catalanes llevaron a San Sebastián hubiera prevalecido íntegramente desde el principio». Esta es una muestra representativa del eco que la cuestión catalanista tuvo en las páginas del diario, no sólo durante la ofensiva del Ebro sino también desde el inicio de la Guerra. Unas palabras del presidente Companys aparecidas el día 15 de junio de 1937 lo reflejan: «Cataluña ha hecho una valiosa aportación a la guerra y la paz pública con silenciosa abnegación». Como se puede intuir, el Presidente se está refiriendo a los tristes hechos de Mayo de 1937, remarcando más adelante su compromiso personal y del gobierno, así como del resto de pequeños partidos catalanes, con el gran problema que tiene la República, ganar la Guerra, cuestión sobre la que se siente optimista. El día 6 de septiembre de 1936, recién iniciada la Guerra, la cabecera del diario recoge el desfile de las columnas «Macià» y «Companys» con diferentes titulares: «en marcha, hacia las líneas de fuego»; «Apoteosis de banderas catalanas en Barcelona», «El desfile de las columnas Macià y Companys constituyó una manifestación ciudadana indescriptible». Y termina con unas palabras del President: «Combatientes que vais a Aragón: llevad a los hermanos de aquellas tierras nuestro corazón para amarlos y vuestra sangre para liberarlos». Es importante recordar que, al final de su discurso, el Presidente manifestó de forma clara y rotunda que los combatientes catalanes se identificaban con la República y con Cataluña.
De todo esto dio noticia el diario LA HUMANITAT: este compromiso con la tarea de informar de la guerra y, también, compromiso con el pasado de Cataluña. La guerra no fue obstáculo para recordar los hechos y personajes capitales de su Historia. Por ejemplo, el día 7 de septiembre de 1938, la cabecera ocupó buena parte de su espacio para recordar que la Diada estaba muy próxima. Por tal motivo, y eso se debe valorar si tenemos en cuenta la falta de recursos materiales, el día 11 de septiembre se publicará un ejemplar extraordinario, donde en grandes caracteres aparece escrito: «VISCA CATALUÑA, VISCA LA REPÚBLICA !!». Unos días más tarde, y coincidiendo con el cuarto aniversario de los hechos de Octubre, en la cabecera correspondiente puede leerse: «LOS SEIS DE OCTUBRE, JUSTIFICADOS POR LA HISTORIA»; «LOS SEIS DE OCTUBRE, SEMILLA DE VICTORIA». En unos momentos como aquellos, de resistencia frente a una situación de lenta derrota, estas palabras intentan hacer presente dos años históricos, 1934 y 1938, en los que se deben buscar caminos para mantener la esperanza. Tres días más tarde se informa de la decisión de retirar a los voluntarios internacionales y, por ello, el día 11 de Octubre, en una situación de clara inferioridad militar y de abandono de las potencias europeas, la Prensa catalana en general y LA HUMANITAT en particular, no renuncia a su posición junto a la República y su consigna de resistencia hasta el final cuando en sus páginas aparece: «el ejército de la República se llena de gloria». Cuando la ofensiva del Ebro se inició, un artículo de M. Rouret publicado el 1 de Agosto, señalaba que la clave del éxito había sido la colaboración de la población civil que se sentía invadida y amenazada por el totalitarismo. El 16 de Octubre, cuando quedaban pocos días para la retirada efectiva de las Brigadas Internacionales, el conseller Sbert declaraba: «Cada día es más fuerte la solidaridad entre el pueblo catalán y el Ejército». Afirmación importante y premonitoria del desenlace de la ofensiva, que exigiría, efectivamente, esta solidaridad.
El día 30 de Octubre el Ejército franquista inició su séptima contraofensiva en la Sierra de Cavalls. La gravedad y la relevancia de la situación exigieron su reflejo, de manera muy especial, en las cabeceras. Hasta el final de la ofensiva en esta última etapa, un total de trece veces aparecieron las noticias sobre lo que estaba sucediendo: el Ejército de la República estaba resistiendo heroicamente los ataques de un enemigo muy superior, es decir, el objetivo de mantener la moral en el límite, en la retaguardia, se debía conseguir por encima de cualquier otra cosa. «Tierras del Ebro, tierras de victoria»; «La facción no pasa»; «La eficiencia del Ejército Republicano. Se resiste al Ebro y se ataca al Segre y en Levante «,» En el Segre, en el Ebro y en Levante, las fuerzas de la República contienen los violentos ataques «; «Ni en el Ebro, ni en el Segre, el enemigo no pasa». El día 16 de noviembre se informa que se lucha con gran dureza en el Ebro y que «nuestros soldados resisten heroicamente y causan extraordinario número de bajas». Este mensaje no era falso: se estaba resistiendo con enorme valentía y heroísmo a unas fuerzas muy superiores en hombres y material. El «síndrome de las Termópilas», pero en las tierras del Ebro y el año 1938. Y la nota positiva: la valentía y el heroísmo debían restar claramente manifiestas. La derrota inminente, la destrucción, los muertos, los heridos, los prisioneros, el hambre, la sed, las lágrimas de los hombres, el desconsuelo, en definitiva, la cara amarga de la guerra no podía ni siquiera insinuarse. El 17 de Noviembre, también en la cabecera, aparece con grandes titulares: «ALCANZADOS LOS RESULTADOS TÁCTICOS PREVISTOS». Y, en letras más pequeñas, continúa: «El alto mando ha reintegrado a las antiguas posiciones del ejército del Ebro. La operación se ha efectuado en orden perfecto”. Dos días más tarde, en la cabecera, aparece la siguiente información: «Calma en los frentes de guerra». La Batalla del Ebro había terminado.
Durante la Primera Guerra Mundial las potencias en conflicto pusieron en marcha un fenómeno muy antiguo: el control de la información que origine y refuerce un tipo de respuesta, que dirija y manipule la opinión pública. ¿Con qué objeto? Las órdenes de aplicar una extrema dureza con los desertores fueron muy claras en esta última fase. Sostener la moral en los frentes de combate y en la retaguardia, neutralizar a los desafectos equidistantes y, también, desmoralizar al enemigo. Por ello se exigía un lenguaje capaz de manipular emociones y sentimientos y, de forma muy especial, de afrontar el horror de la guerra. Es decir: el ya conocido y desarrollado fenómeno de la propaganda de guerra. La Guerra Civil fue un escenario idóneo para el desarrollo de la propaganda donde intervinieron nuevos medios técnicos de comunicación (el cine sonoro, la radio), además de los ya tradicionales carteles, desfiles, actos y folletos. Y, de manera privilegiada, la Prensa escrita. Tal fue la importancia del fenómeno propagandístico en la Guerra Civil que, ambos bandos, crearon organismos encargados de llevarlos a cabo. En el caso de Cataluña, y desde el comienzo de la Guerra, el Gobierno de la Generalitat, viendo la necesidad y utilidad de la propaganda, dictó el 3 de Octubre de 1936 el «Decreto de Constitución del Comisariado de Propaganda», adscrito a la Presidencia y dirigido por un periodista y miembro de ERC, Jaume Miravitlles, quien convenció a Companys y Tarradellas de la importancia de intervenir de forma centralizada los medios de comunicación. Los objetivos son fáciles de entender: Promover la imagen de Cataluña y de la República en el exterior, mantener las señas de identidad catalanas, hacer campañas para mantener la moral en el interior, hacer propaganda en el frente y la retaguardia, desacreditar al enemigo, en suma. El Comisariado utilizó técnicas de publicidad y propaganda modernas y, tanto los responsables de radio como de prensa, debían velar por la información que se transmitía. La situación del Comisariado se debilitó cuando el gobierno republicano se instaló en Barcelona, de tal forma que poco a poco llegó a ser progubernamental y comunista. La Batalla del Ebro se localizó en una fase muy crítica dentro del desarrollo de la Guerra y en las relaciones entre el gobierno republicano y el gobierno de la Generalitat. Todo lo explicado anteriormente es una breve síntesis de un contenido que, por razones de espacio no puede exponerse en su totalidad. Ahora bien, sí que pueden extraerse algunas conclusiones sobre el papel que jugó el diario LA HUMANITAT como elemento de la propaganda desarrollada por Comisariado y, también, por el Gobierno Republicano.
A) Las páginas del periódico no reflejan las críticas que ya en aquel tiempo algunos oficiales de alta graduación republicanos hicieron a la idea de la ofensiva. Más bien al contrario, las páginas del diario están llenas de comentarios elogiosos. Tampoco se hace mención de cuestiones centrales, como la falta de coordinación con otros ejércitos como el de Levante o del Centro, a la ejecución de la ofensiva, sin olvidar el retraso de la aviación durante los primeros cinco días de ofensiva, así como el error de concentrar grandes formaciones de tropa a campo abierto ante la superioridad artillera y aérea de los franquistas.
B) El éxito inicial de la ofensiva quedó muy claro, pero la detención de la misma no se nombra, sino que se transforma mediante el término «resistencia», que durante tres meses ocultará el horror y los sufrimientos en el frente de combate: la desmoralización de los soldados y la violencia de los comisarios políticos hacia los desertores. En consonancia con unos criterios de propaganda de guerra, los términos que se repetirán de forma continuada serán siempre los mismos: heroísmo, valentía, eficacia… reforzados además por un hecho cierto: la superioridad material del ejército franquista que no sabe ni puede destruir este heroísmo. La retirada constante y ordenada, especialmente a partir del 1 de Noviembre, se transformará en las páginas del diario, y mediante la terminología propagandística adecuada, en una maniobra no forzada por las circunstancias, sino fruto de una decisión táctica preestablecida.
C) El diario LA HUMANITAT mantuvo una línea de profundización y claridad informativa en el trato de las cuestiones internacionales y su relación con el desarrollo de la Guerra Civil. Efectivamente, la descripción del complicado contexto internacional relativo a la situación en Europa se utilizó, mediante numerosas críticas al Comité de No Intervención, para insistir en la idea de que una victoria de los franquistas favorecía la debilidad frente Alemania. Y, al revés, la posición claramente favorable los intereses democráticos por parte del diario, constituye un argumento más a la idea de que había que parar el ascenso de los totalitarismos en Europa y en el resto del mundo. En este sentido, el diario LA HUMANITAT siguió la misma que otros diarios republicanos, como pueden ser el diario barcelonés “La Vanguardia” o “ABC”, publicado en Madrid…
D) A pesar de las constantes y graves tensiones entre el gobierno central y el gobierno catalán, las páginas de LA HUMANITAT mantuvieron, especialmente durante la ofensiva del Ebro, una imagen de unidad y colaboración. Esta actitud, es claramente propagandística. No podía ser de otra manera si tenemos en cuenta que el Comisariado de Propaganda debía ser fiel a sus compromisos, pero también que el gobierno central ejercía un estricto control sobre el conocimiento de estos problemas internos que debía tener la opinión pública. Pero, en cualquier caso, la referencia a la unidad de la República luchando contra el fascismo no desapareció nunca, también, como señal de coherencia con unos ideales democráticos.
E) Por ello, finalmente y por la misma razón de coherencia con los orígenes, el diario LA HUMANITAT tampoco renunció en ninguno de los tres meses de ofensiva a mantener la fidelidad a sus ideales y símbolos catalanistas. Junto al VISCA CATALUNYA !!, aparece siempre el VISCA LA REPUBLICA !! y, de forma regular, se recuerda el esfuerzo de los catalanes en esta guerra y en esta ofensiva: desde los soldados y la postura de colaboración del gobierno de la Generalitat hasta aquellos que hacen entrega de lo necesario para la lucha en la frente.
Ya han pasado ochenta y dos años desde que terminó la que es considerada como la más grande batalla de la Guerra Civil. Muchos, de uno y de otro bando quedaron en aquellas tierras para siempre defendiendo, de forma más o menos voluntaria, concepciones diferentes del mundo. Una de ellas, era defendida por el diario LA HUMANITAT, que nació en 1931 como un periódico catalanista con un proyecto republicano y revolucionario. El curso de los acontecimientos frustró esta idea inicial por razones de guerra y eso no puede obviarse. Si miramos el último ejemplar publicado, el día 24 de enero de 1939, observamos en la cabecera que esta línea aún se mantiene: «SE RESISTE BRAVAMENTE EN EL FRENTE DE CATALUÑA»; «¡¡POR LA LIBERTAD DE CATALUÑA!!; ENROLAROS EN LOS BATALLONES DE VOLUNTARIOS QUE ORGANIZA ESQUERRA REPUBLICANA DE CATALUNYA; CATALÁN: ESTATE ATENTO A LA LLAMADA DE LOS GOBERNANTES. ¡¡LA PATRIA NECESITA DE TI!!
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José Miguel Hernández López. Barcelona.
Colaborador, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 25 Agosto 2020.