El camino hacia la desescalada escolar – por Silvia Company de Castro

¿Es realmente posible una desescalada fuera de riesgo en el ámbito educativo? ¿Cuándo y cómo serán los pasos que determinen el protocolo de actuación? ¿No sería mejor esperar hasta septiembre? Son algunas de las preguntas que revolotean sobre nuestras cabezas últimamente entre clase y clase virtual. Y es que, la posibilidad de regresar a las aulas a partir de la fase dos ha abierto un acalorado debate en el que por mucho que se revisen minuciosamente los pros y los contras, parece que no hay manera de disipar las dudas. Al menos, no del todo.

Mientras todavía algunos territorios españoles esta semana daban sus primeros pasos por la ansiada fase 1, algunos países europeos (como Alemania, Bélgica, Francia, entre otros) establecieron las pautas de su regreso a las aulas hacía unas semanas atrás. Dado a la existencia de diferencias contextuales (esto es, primordialmente entre los recursos económicos) que de alguna forma u otra limitan a cada país a la hora de explorar opciones y tomar decisiones, ligado estrechamente al carácter desigual con el que ha sacudido el COVID-19 en Europa, difícilmente es posible encontrar una receta universal reutilizable que garantice el éxito de esta desescalada escolar.  

No obstante, pese a estas diferencias territoriales entre los países que han puesto en marcha la vuelta a las aulas, también ha habido una mirada convergente: maximizar las medidas de higiene y seguridad. Dentro de esta máxima, encontramos, además, cinco ingredientes comunes y básicos:

-Mantener la distancia social, estrictas reglas de higiene y llevar mascarilla a partir de secundaria dentro del colegio (aunque en Alemania no es obligatorio dentro de clase).

-Controles de temperatura al entrar al colegio.

-La desescalada escolar es gradual con el objetivo de que todos los cursos se reincorporen a las aulas entre finales de mayo y principios de junio.

-Clases reducidas con un máximo de 15 alumnos por clase (exceptuando el caso de Bélgica que cuentan con un máximo de 10 alumnos por clase)

-Para garantizar estos grupos reducidos, el horario tan solo consta de la impartición de materias troncales (como es el caso de Alemania) o la combinación de clases presenciales y clases virtuales (como es el caso de Francia).

Mientras tanto en España, que actualmente ya cuenta con algunos territorios en fase 2 y que desde el próximo lunes día 1 de junio incrementará su número, esta nueva realidad se define más bien por ser una realidad aún ignorada por muchos de nosotros; llena de sombras, vapor e incertidumbre. Pues no solo se desconoce cuáles serán esas pautas que definan nuestra fórmula de regreso a las aulas, sino que además existen serias dudas sobre cómo se afrontará la gran carencia de recursos que la comunidad educativa ha venido arrastrando y lidiando desde hace tiempo y que ahora con la actual pandemia se ha puesto más que en evidencia. Nada nuevo, para muchos de nosotros, desde luego.

Mapa de transición a la nueva normalidad – La Moncloa

Si bien todavía no hay ni siquiera una luz vaga que nos marque el camino a seguir y la última palabra la tendrán las CCAA (que decidirán el cuándo y el cómo de esta desescalada escolar), el pasado 10 de mayo la OMS lanzó las siguientes estrategias, a modo de orientación, para la reapertura de los colegios. Así pues, parece ser que estas estrategias junto a las pautas seguidas por otros territorios europeos que ya han encaminado su regreso a las aulas quizá puedan funcionar como espejo donde acudir en un futuro próximo.

Rutinas diarias propuestas por la OMS: Higiene y limpieza ambiental para limitar la exposición:

• Educar a todos en la escuela sobre la prevención de COVID-19, esto incluye higiene de manos apropiada y frecuente, higiene respiratoria, uso de mascarillas si es obligatorio, síntomas de COVID-19 y qué hacer si se siente enfermo. Saludos sin contacto también deben ser aconsejados.

• Crear un horario para la higiene frecuente de las manos, especialmente para los niños pequeños y proporcione suficiente cantidad de alcohol o jabón a base de alcohol y agua limpia en las entradas de la escuela y en toda la escuela.

• Programar una limpieza regular del entorno escolar diariamente, incluidos los inodoros, con agua y jabón / detergente y desinfectante. Limpiar y desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia, como manijas de puertas, escritorios, juguetes, suministros, interruptores de luz, marcos de puertas, equipos de juego, material didáctico utilizado por niños y cubiertas de libros.

• Evaluar qué se puede hacer para limitar el riesgo de exposición o contacto físico directo, en clases de educación física, deportes u otras actividades físicas y jugar en parques infantiles, áreas húmedas y vestuarios.

• Aumente la frecuencia de la limpieza en el gimnasio y las instalaciones deportivas y los vestuarios, proporcionar estaciones de higiene de manos en las entradas y salidas, establezca la circulación unidireccional de los estudiantes a través de las instalaciones y limite el número de personas permitidas en el vestuario al mismo tiempo.

• Poner en práctica medidas de higiene respiratoria y de manos y distanciamiento físico en el transporte, como los autobuses escolares, y consejos para los estudiantes que viajan de manera segura desde y hacia la escuela, incluidos aquellos que usan el transporte público. Solo 1 niño por asiento y al menos 1 metro de distancia en los autobuses escolares, si es posible. Esto puede llevar a la necesidad de aumentar el número de autobuses escolares por escuela. Si es posible, las ventanas del autobús deben mantenerse abiertas.

• Desarrollar una política escolar sobre el uso de una máscara o una cubierta facial de acuerdo con la orientación nacional o local. Si un niño o el personal de la escuela están enfermos, él / ella no debe ir a la escuela.

En cuanto a la carencia de recursos a la que previamente hacíamos referencia, la Ministra de Educación y Formación Profesional Isabel Celaá, en la comparecencia del pasado jueves día 21 de mayo, aseguraba que España ha demostrado tener “un buen sistema educativo. Los profesionales de la educación han sido capaces de dar una respuesta inmediata a un cambio disruptivo como pasar literalmente de la noche a la mañana, casi exclusivamente presencial a una educación a distancia y en línea”. Sin embargo, pese al positivismo inicial de su intervención, más tarde admitía que es más que palpable que la presente situación ha dejado al descubierto necesidades que el sistema educativo está desde hace tiempo requiriendo: “esta extraordinaria prueba de estrés a la que se ha visto sometido el sistema educativo ha puesto de manifiesto las necesidades de modernización que tiene para alcanzar los niveles de excelencia y de equidad de un servicio público y esencial para asegurar el desarrollo personal, económico y la convivencia democrática”. En esta línea, Celaá indicaba que el sistema educativo necesitará tomar, por lo tanto, “profundas reformas” para garantizar una modernización. Las cuales concretizaba en 10 puntos:

  1. Reforma de currículo, el cual según Celáa, ha descrito como “de contenido enciclopédico y excesivo detallado y (la crisis deja evidente) la necesidad de modernizarlo”.
  2. Modernizar la profesión docente para impulsar la innovación curricular y didáctica. 
  3. La apuesta por la digitalización que se ha demostrado clave.
  4.  Aumentar las tasas de escolarización y titulación.
  5.  Garantizar una educación asentada en valores cívicos que inviten a la reflexión y pensamiento crítico
  6.  Personalización por la educación y tratar la diversidad
  7.  Reforzar la educación infantil
  8. Mejorar la participación de la comunidad educativa, en la organización, el Gobierno, el funcionamiento de los centros.
  9. Mejorar la autonomía pedagógica y organizativa de los centros para que un currículo moderno y profesional innovadores pueda desarrollar proyectos educativos y compartirlos en redes educativas de mayor impacto.
  10. Trabajar en Innovación y Desarrollo (I+D).

Parece pues que la presente pandemia ha ido abriendo a su paso muchos interrogantes y dejado asimismo el peso de una carga, cuyo efecto recaerá no solo de manera inmediata sino más bien a largo término. Esperemos pues, que tal efecto junto a las palabras cargadas de buenas intenciones no caiga en saco roto. Y es que, si hay algo que podemos extraer en claro de todo lo que estamos viviendo es que, más allá de la opinión gestada sobre cómo se está llevando esta situación, ha llegado el día de la autocrítica, del cambio. Quizá sea este y no otro el momento idóneo para reflexionar cuál es la educación que queremos. De olvidarnos de aquello que fuimos y de plantearnos la vuelta a las aulas más bien como una (de)construcción de aquella realidad que dejamos el pasado mes de marzo. En definitiva, quizá sea ya hora de que, de una vez por todas, en palabras de Howard Gardner [1] “reconozcamos y alimentemos toda la variedad de inteligencias humanas y todas las combinaciones de inteligencias” de nuestros estudiantes.

Anotación:

  • Howard Gardner: Inteligencias Múltiples. La teoría en la práctica. Paidós.

Silvia Company de Castro. Barcelona.
Colaboradora, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 30 Mayo 2020.