Hoy domingo ha vuelto a salir Pedro Sánchez por televisión para anunciarnos una decisión importante: el Estado de Alarma se va a prorrogar 15 días más. Es decir, hasta el 11 de abril. El procedimiento que establece el artículo 116 de la Constitución es que esta prórroga debe ser aprobada por mayoría en el Congreso de los Diputados. Pedro Sánchez volvió a decir que «lo peor está por llegar». Pedro Sánchez utilizó de nuevo metáfora de «la ola que se nos viene encima» para que «estemos preparados». Ante una pregunta sobre si el Gobierno había previsto ampliar el confinamiento prohibiendo cualquier tipo de trabajo no esencial, Pedro Sánchez afirmo que «España es el país de Europa que ha tomado las medidas más drásticas». Fernando López Miras, el presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia, no está de acuerdo y ha ordenado el cierre de toda la actividad económica no esencial en su comunidad con el propósito de frenar la propagación del virus. Decisión que ha sido desautorizada por el Ministerio de Sanidad. Vale la pena apuntar que Quim Torra pidió lo mismo al Gobierno Central para Cataluña mientras López Miras lo ha ordenado directamente. Probablemente va a quedar en nada, pero mañana veremos si López Miras va más allá de sus palabras. En cualquier caso, esta disociación entre el requerimiento de Pedro Sánchez de que «nos quedemos en casa» y la obligatoriedad de muchos para acudir a su puesto de trabajo cada vez va a ser más difícil de mantener. El Gobierno en Italia, el país que nos lleva entre una y dos semanas en la propagación del virus, un espejo en el mirarnos, finalmente ha decidido prohibir cualquier tipo de trabajo que no sea esencial.
Hoy quiero introducir el concepto de la carga viral. Cuando un sujeto se infecta con el virus se introduce en su organismo un número determinado de virus. La infección puede ser de un número mayor o menor de virus: esta es la carga viral. Si el organismo infectado tiene una carga viral elevada el sujeto tendrá más posibilidades desarrollar la enfermedad. El hecho de estar infectado no presupone que el sujeto no pueda elevar su carga viral. Es decir, la exposición continua a nuevas infecciones elevará su carga viral habiendo más posibilidades de desarrollar la enfermedad. Es ahí cuando «el hecho de quedarnos en casa» cobra una nueva dimensión: quedándonos en casa evitaremos infectarnos, y en caso de estar infectados evitaremos propagar el virus, pero también evitaremos que nuestra carga viral se incremente con nuevas re-infecciones.
Durante la cuarentena tendremos mucho tiempo para pensar. Tanto en como era nuestra vista antes de la llegada del virus como durante su llegada. Hay quién piensa ya como será la vida cuando hayamos superado el virus. Habrá que con mejor o peor voluntad nos va a intentar convencer que cambiemos nuestros hábitos sociales y de nuestra propia vida. Cuando en realidad nada de lo que hacíamos antes ha provocado la aparición virus, y en cuanto a su propagación, la única diferencia, e importante, con las plagas medievales es que hoy las distancias son más cortas y la movilidad de las personas es mucho más fácil, y por lo tanto es también más fácil la propagación de virus y enfermedades. Es probable que el turismo masivo tal como lo conocemos, sobre todo hacía destinos cada vez más alejados y exóticos, merezca un replanteamiento. Probablemente lo que sí va quedando claro sea la poca preparación de los Estados para hacer frente a este tipo de situaciones. Tanto en el interior de cada país como en la cooperación internacional. Todos sabían que podía pasar, pero hasta que la muerte ha llegado no se han puesto a actuar. Habrá quién ante nuevas amenazas biológicas llegue a proponer que nuestra vida sea una cuarentena de por vida, o que todos nuestros movimientos sean vigilados y registrados, todo por nuestra propia seguridad. Sinceramente a mi esa vida no me parece atractiva. Yo espero que haya muchos que propongan que los Estados dispongan de un sistema sanitario público robusto para todos, que invierta suficientemente en investigación, y que sus profesionales dispongan de la protección adecuada, como también que cada cual sea más responsable de su vida y la de los demás.
Hoy el número de muertos en este país fue de 487. España tiene 28.769 casos positivos, 2.575 recuperadas, y 1.772 personas fallecidas.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 22 Marzo 2020.