Título original: El Gran Gatsby
Nacionalidad: Estados Unidos, Australia
Año: 2013
Dirección: Baz Luhrmann
Guión: Baz Luhrmann, Craig Pearce
Interpretación: Leonardo DiCaprio, Tobey Maguire, Carey Mulligan, Joel Edgerton, Isla Fisher,Elizabeth Debicki, Amitabh Bachchan, Jason Clarke, Adelaide Clemens, Max Cullen, Steve Bisley, Richard Carter, Vince Colosimo, Brendan Maclean, Kate Mulvany, Callan McAuliffe, Jack Thompson
Música: Craig Armstrong
Baz Luhrmann y Romeo + Julieta (1996), Baz Luhrmann y Moulin Rouge (2001), Baz Luhrmann y Australia (2008), y otro drama amoroso para completar la lista del director, productor y guionista de origen australiano: El Gran Gatsby (2013). Leonardo DiCaprio vuelve a escena, y la encantadora y frágil Carey Mulligan (Orgullo y Prejuicio, An Education) emerge como la figura dorada de esa época de esplendor norteamericana. Jazz, pelo a lo garçon, vestidos de brillo y flequillo, un desenfrenado frenesí que agita Nueva York, con sus coches y gente, y una alta sociedad de artificio; poder, dinero, en un pompa de ensueño que bombea, a punto de estallar, que se eleva frágil. Ante este panorama, ¿quién es ese tal Gatsby? La avaricia de este gentleman es de amor, bañada de esperanza. La “persona más positiva” que puedas conocer.
Gatsby (Leonardo DiCaprio) es el misterioso señor que habita en una casa-palacio de lujo en Long Island. Este nuevo rico bien podría haber sido un espía, un asesino o un príncipe, pues nadie conoce al anfitrión de las fiestas que celebra cada fin de semana. Más allá de la bahía, detrás de la insistente e ilusoria luz verde, Daisy (Carey Mulligan), un antiguo amor, y su marido, Tom Buchanan (Joel Edgerton), viven impasibles a su existencia. Nick Carraway (Tobey Maguire), aspirante a escritor, inmerso entonces en el loco —y próspero— mundo de Wall Street, es el nuevo vecino de Gatsby, y primo de Daisy, con el que establecerá una peculiar relación (él es narrador en primera persona del film).
Pero es difícil luchar contra la farsa, si esta se sustenta en un lujo, aunque este abandone la felicidad. Tom es conocido por sus escándalos amorosos, y la aquí implicada será Myrtle (Isla Fisher), la mujer de un mecánico de las afueras de la ciudad, George Wilson (Jason Clarke). El doctor T.S. Eckleburg es el Dios, atento al venir de los personajes, sobre un valle de cenizas, que nos habla de miseria, pobreza. Gatbsy idealiza el pasado, lo recrea, un ser nostálgico, enamorado de Daisy, que hará lo inimaginable por ella. Su plan conmueve, emociona, y cambia el rumbo de unos y otros, consciente o inconscientemente. Mas la codicia es un círculo vicioso que destroza y mancha las más buenas intenciones.
Salen a relucir temas como el racismo, antesala de lo que vendría en las décadas posteriores, con los años cincuenta y sesenta, la corrupción en las altas esferas, o la mujer en el entorno familiar (“Espero que sea tonta. Es lo mejor que una chica puede ser en el mundo”, le comenta Daisy a Nick, en referencia a su hija). También la irresponsabilidad, el exceso de la sociedad, que precederían al crack del 29, parece que, ante esta opulencia abrumadora, ha de llegar en cualquier momento inesperado. Se trata del período de entreguerras, que también viviría el mismo F. Scott Fitzgerald (This Side of Paradise, The Beautiful and Damned, Tender is the Night), autor de la novela, bien conocedor del ambiente social, del barullo de fiestas a lo Gatsby.
Estética colorista y ritmo al estilo de Romeo + Julieta y Moulin Rouge, cinco adaptaciones cinematográficas se han hecho de este libro de 1925. La primera, de 1926, muda, y dirigida por Herbert Brenor; otra más reciente (1974) es del director Jack Clayton, con Robert Redford y Mia Farrow, tomando como base un guión de Francis Ford Coppola (El Padrino I, II y III). El clásico jazz se mezcla con jazz más actual, rock alternativo o hip hop (Jay-Z, Beyoncé, Lana del Rey). El Gran Gatbsy resultó ganadora al Mejor Diseño de Vestuario y al Mejor Diseño de Producción en la ceremonia de los Óscar 2013. Enternecedora, nos adentra en la atmósfera de irrealidad de Fitzgerald, siendo un vívido reflejo de los veinte. Mágica fotografía, un buen elegido reparto y un vestuario que encandila. Una Midnight in Paris (Woody Allen, 2011), pero en la fabulosa New York. ¿Se puede repetir el pasado, “compañero”?
Cynthia Gómez. Madrid.
Colaboradora, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 28 Febrero 2016.