Se levantan la mayoría de sanciones contra Irán – por Francesc Sánchez

En la noche del pasado sábado, 16 de enero, el Organismo Internacional de la Energía Atómica confirmaba que Irán había reducido substancialmente su programa nuclear, siempre para fines civiles y pacíficos según la República Islámica, sospechoso y encaminado hacia la creación de una bomba atómica según Estados Unidos. Este hecho ha hecho posible el levantamiento de la mayoría de sanciones sobre Irán por parte de las Naciones Unidas, Estados Unidos, y la Unión Europea.

El programa nuclear iraní en ciencia cierta no lo inició la República Islámica de Irán si no el gobierno de Mohammand Reza Pahleví con cooperación estadounidense hace más de sesenta años en un contexto de guerra fría. La República Islámica de Irán intentó continuar dicho programa nuclear infructíferamente durante décadas, en un contexto de franca enemistad con los Estados Unidos, animadversión que se inicia con la toma de rehenes en la embajada en Teherán de este país en 1979, y la demonización de como “gran satán” de Estados Unidos por parte del ayatola Jomeini. Los atentados del 11 de Septiembre de 2001 sobre Estados Unidos llevan al presidente George W. Bush a declarar una guerra sin cuartel contra el terrorismo internacional, y a declarar a Irán dentro del “eje del mal”. Los Estados Unidos en el año 2003 acusan falsamente al Iraq de Sadam Husein de tener armas de destrucción masiva y mantener relaciones con el terrorismo internacional invadiendo el país y destruyendo el estado baazista. Este es el nuevo contexto en el que la República Islámica, liderada por Mahmud Ahmadineyad, lleva poco después a poner más énfasis en su programa nuclear construyendo toda una serie de instalaciones y poniendo en marcha miles de centrifugadoras para enriquecer uranio. Este proceso es el adecuado para obtener el uranio necesario para la construcción del combustible para centrales nucleares de uso civil que pueden proporcionar electricidad, pero también llevado hasta su límite para la obtención del uranio suficientemente enriquecido útil para la construcción de una bomba atómica, que además de los miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, poseen Corea del Norte, Israel, Pakistán y la India, sin que se hayan establecido sanciones contra estos tres últimos países.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas entre 2006 y 2010 aprueba una serie de resoluciones que permiten a los Estados Unidos y la Unión Europea mantener una serie de sanciones sobre Irán en materia de comercio, transacciones financieras, y la prohibición de transferir material militar. Por lo que respecta a la Unión Europea esto supuso de facto la cancelación de compra de petróleo iraní (al menos unos 500.000 barriles de crudo diario) por parte de los países europeos. España que en el año 2011 llegó a importar 7.493.000 toneladas de petróleo iraní canceló sus contratos y tuvo que encontrar el crudo en otras latitudes. Por lo que respecta a los Estados Unidos se estableció la prohibición también de la compra de petróleo iraní y la inversión en la industria iraní de hidrocarburos. Las sanciones estadounidenses prohibían todo tipo de negocio a empresas, entidades o individuos de Estados Unidos con la República de Irán, pero también ponían énfasis en la disuasión de realizar negocios con Irán tanto a empresas, entidades e individuos no estadounidenses. Finalmente los Estados Unidos congelaron toda una serie de activos financieros de Irán en cuentas bancarias valorados en casi cien mil millones de euros.

El levantamiento de la mayoría de sanciones, pues se mantienen parcialmente las que afectan a Estados Unidos relativas al comercio, sitúa nuevamente como se ha dicho a la República Islámica en el mercado internacional. Cabe preguntarse en qué medida el levantamiento de las sanciones va a repercutir positivamente a la economía iraní: de un lado se argumenta que el bajo precio del barril de petróleo no va a aportar demasiado, no obstante cada barril nuevo exportado a los países europeos va a proporcionar beneficios a los iraníes. La segunda argumentación es la efectividad misma que han tenido las sanciones sobre Irán: ciertamente el mercado de los Estados Unidos y la Unión Europea permaneció cerrado pero Irán seguía vendiendo casi un millón de barriles de crudo al día a China, India, Japón y Corea del Sur.

La reconducción del programa nuclear iraní para fines pacíficos, y el levantamiento de la mayoría de sanciones, es un tanto a favor para el presidente Barak Obama, pero este hecho está asociado a una realidad regional en materia de seguridad precaria y peligrosa. Desde la ascensión del Estado Islámico en Siria e Iraq, y la creación de dos alianzas para combatirlo desde el aire, una liderada por Washington y otra por Moscú, muestran cada vez más que la participación de los actores regionales en una intervención terrestre es necesaria. De esta forma a pesar de Israel y Arabia Saudita el levantamiento de las sanciones contra Irán cobra un nuevo significado encaminado hacía la buena dirección.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 22 Enero 2016.