Centenares de miles de emigrantes forzados huyen de zonas en conflicto a través del flanco sudeste de Europa. Primero fueron los ahogados en el Mediterráneo que se dirigían a la isla de Sicilia desde Libia, ahora son los miles que llegan a las islas griegas, que están atravesando los Balcanes para llegar a las populosas urbes europeas. La guerra civil en Siria, la desaparición del estado en Libia, y los conflictos olvidados del África Subsahariana, dejan como única alternativa a la muerte o a los campos de refugiados la huida hacia el continente europeo.
La Unión Europea tiene entre sus principios más elementales la defensa de los derechos humanos y la libre circulación de personas, sin embargo la inexistencia de una política exterior común y una política de asistencia migratoria y de asilo compartida, la ha desbordado frente a este verdadero éxodo. El ministro de Defensa italiano, Paolo Gentiloni, va más lejos y acusa al resto de países europeo de egoístas, por su falta de solidaridad, y afirma que se está poniendo en tela de juicio los acuerdos Schengen (libre circulación de personas en el territorio de la Unión Europea). Italia en el mes de Noviembre del pasado año puso fin a la misión de rescate Mare Nostrum cuando la Unión Europea retiró los fondos (esta misión costaba mensualmente nueve millones de euros). La misión llegó a salvar 155.000 personas de las aguas del Mediterráneo. La Operación Tritón la ha suplantado con un coste de 3 millones de euros cumpliendo con las mismas funciones pero con muchos menos medios. Para paliar esto Organizaciones No Gubernamentales como Médicos sin Fronteras han fletado barcos para rescatar a los náufragos.
Desde principios de año se ha abierto otra ruta para alcanzar el continente europeo a través de las islas griegas. Entre Enero y finales de Julio han llegado 124.000 personas (en el último mes llegaron 50.000) a las islas de Lesbos, Quíos, Kos, Samos y Leros. Las islas griegas son el primer paso de un ruta hacía los países del centro y el norte de Europa que pasa por la propia Grecia continental (no olvidemos sus dificultades financieras), Macedonia, Serbia y Hungría. En Macedonia se han vivido momentos dramáticos cuando el ejército empezó a dispersar a los emigrantes con material antidisturbios. La respuesta húngara, país también de transito, ha sido la de construir una gran alambrada para impedir el paso de todos aquellos indocumentados que procedan de los Balcanes. Similar ha sido la respuesta del Reino Unido y Francia, donde también hay concentradas miles de personas que quieren llegar a la isla. De hecho es lo mismo que España hizo hace años con la construcción de dos grandes vallas en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
El desastre en Oriente Medio
La guerra civil en Siria ha fracturado el país entre las fuerzas gubernamentales, el Estado Islámico, Al Nusra, los milicianos kurdos, y lo que queda del Ejército Libre de Siria. El conflicto en cuatro años ha matado a más de 200.000 personas y ha arrojado más de 4.000.000 de refugiados de una población desplazada de más de 10.000.000. La mayoría de sirios que han huido del país se encuentra en campos de refugiados en Turquía, El Líbano y Jordania. El millón largo de sirios en Turquía está encajonado en la guerra que Estambul ha emprendido tanto contra el Estado Islámico como contra las milicias kurdas. El Líbano y Jordania están al límite.
Iraq, país también despedazado, en este caso entre las fuerzas gubernamentales, las milicias kurdas y el Estado Islámico, arroja la cifra de más de 3 millones de desplazados (principalmente de las regiones de Al Anbar, Nínive, y Saladino, en manos del Estado Islámico), que mayoritariamente se han dirigido hacia Bagdad, pero que también han iniciado la larga marcha hacia fuera de la región. El desastre en Oriente Medio debe mucho a la transformación de la revuelta en guerra civil en Siria, a la financiación y suministro de armamento a las milicias islamistas, pero sobre todo a la destrucción del estado iraquí por la alianza liderada por Washington que en el 2003 que liquidó al régimen de Sadam Hussein.
El vacío de poder en Libia
En el momento en que la revuelta en Libia se transformó en una guerra civil una coalición internacional, eminentemente occidental, hizo cumplir la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en la que se autorizaba la adopción de de «todas las medidas necesarias para proteger a los civiles y las zonas pobladas por civiles que estén bajo amenaza de ataque». La OTAN en un primer momento se hizo cargo del bloqueo naval contra Libia y más tarde del resto de operaciones punitivas. Occidente liquidó el régimen de Muamar Gadafi pero no se responsabilizó del país dejándolo a su suerte.
En Libia lo que queda del estado, por llamarlo de alguna manera, está dividido entre dos facciones que parten de facto el país entre la región de la Tripolitana y la Cirenaica. Este vacío de poder ha permitido la formación de grupos simpatizantes con el Estado Islámico y la proliferación de mafias de trata de personas que facilitan el transito hasta las costas europeas bajo un precio acordado. Todos aquellos que huyen de los conflictos olvidados del África sahariana y subsahariana (principalmente Eritrea, Somalia, Sudán, Malí, República Centro-Africana), y también tanto los sirios como los propios libios, están eligiendo la ruta a través de Libia para lanzarse al mar en embarcaciones precarias tratando de alcanzar la isla de Sicilia y el resto de costas italianas, encontrado en muchos casos la muerte ahogados en el mar.
La mayor crisis humanitaria
Esta crisis humanitaria es la mayor en el territorio europeo desde las guerras yugoslavas de la pasada década de los noventa: los conflictos en los Balcanes arrojaron más de 50.000 muertes y más de un millón de desplazados. De hecho la actual crisis que vive Oriente Medio y el continente africano, en la que Europa empieza a recibir las consecuencias, solo es comparable a la última contienda mundial.
ACNUR (la Agencia de la ONU para los Refugiados) afirma que en lo que llevamos de año «más de 225.000 refugiados e inmigrantes han llegado a través del Mediterráneo». Miles de ellos han muerto ahogados. Esta misma organización haciendo referencia a la islas griegas afirma que «muchos necesitan asistencia médica urgente, agua, comida, cobijo e información. Todos llegan exhaustos. Las infraestructuras de recepción, los servicios y los procedimientos de registro están saturados y muy lejos de cubrir las necesidades reales».
Hace veintiséis años que los berlineses derribaron el muro que separaba el sector occidental del oriental, la República Federal Alemana de la República Democrática Alemana. Lo llamaron el telón de acero que separaba físicamente a los europeos entre la esfera de influencia estadounidense y la soviética, entre el occidente capitalista y el oriente comunista. Hoy Hungría, Bulgaria, Grecia, España, Francia y el Reino Unido levantan nuevas alambradas para proteger a los europeos de los inmigrantes pobres y los desahuciados por la guerra.
Por estas razones expuestas en este artículo podemos hablar de crisis migratoria, para Europa, pero para los que huyen, es más apropiado hablar de una autentica crisis humanitaria, que para los que ya han muerto en el Mediterráneo es una autentica catástrofe.
Vale la pena aclarar dos conceptos. El primero es el de refugiado que hace referencia a aquellas personas que han huido de su país porque temen por su vida por razones política, étnicas o religiosas. Los inmigrantes sirios entrarían dentro de esta categoría porque pueden perder la vida por la guerra en cualquier momento. Luego tenemos al inmigrante por razones económicas que es aquel que parte de su país hacía otro por no tener expectativas de ningún tipo. La distinción muchas veces es relativa porque los inmigrantes por razones económicas pueden también morir de hambre o enfermedades en sus países de origen que además en ocasiones sufren conflictos armados. Sin embargo, los refugiados puede acogerse a su estatuto y tienen derecho al asilo. El destino que desean la mayoría de inmigrantes es Alemania: este año acogerá a 800.000. En este país en las últimas semanas han habido tanto ataques a algunos albergues atribuidos a grupos de neonazis como protestas contra la canciller Ángela Merkel por acoger a los refugiados pero desatender a su propia población.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 27 Agosto 2015.
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