Título original: Dark places
Nacionalidad: Reino Unido
Año: 2015
Dirección: Gilles Paquet-Brenner
Guión: Gilles Paquet-Brenner (novela: Gilliam Flynn)
Interpretación: Charlize Theron, Nicholas Hoult, Chloë Grace Moretz, Christina Hendricks, Tye Sheridan, Corey Stoll, Drea de Matteo, Azure Parsons, Andrea Roth, Dora Madison Burge, Sterling Jerins, Laura Cayouette, Shannon Kook, Glenn Morshower, Addy Miller
Música: BT, Gregory Tripi
El francés Gilles Paquet-Brenner (Las cosas bellas, La llave de Sarah) nos trae un thriller dramático, con Charlize Theron (Monster, En tierra de hombres) como la protagonista, en un intento por adaptar la famosa novela de Gilliam Flynn a la gran pantalla. Lenta, aunque no monótona, utiliza el tiempo a su antojo, trasladándonos de un presente a un pasado más esclarecedor, crucial para resolver los entresijos de la trama presentada.
Libby Day (Charlize Theron) pierde a su familia con ocho años de edad, cuando se produce una cruel masacre en su casa de Kansas. Su hermano mayor Ben (Corey Stoll) es declarado culpable, después de que Libby testificara en su contra. El encuentro con “Kill Club”, una sociedad secreta dedicada a la resolución de crímenes, veinticinco años después, le hace cuestionarse los hechos vividos aquel fatídico día. ¿Ben es realmente el culpable de todo aquello? ¿Quién más podría estar implicado? ¿Realmente ella dijo la verdad en el juicio? ¿Por qué su hermano no se defendió de sus cargos en su momento?
Charlize Theron interpreta bien su personaje, si bien no es el más destacado de su carrera, con su retrato de chica atormentada, procedente de la clase baja, mientras que la actuación de Chloë Grace Moretz (Carrie, Kick-Ass) es de recalcar, una joven odiosa, pero cautivadora, muy creíble. Christina Hendricks (Mad Men, Firefly) o Nicholas Hoult (Un niño grande, Memorias de un zombie adolescente) brindan frescura y naturalidad, aunque nada especial, como el resto del reparto de la película, que bien podría haber contado con alguna que otra figura de más renombre, en especial, en los papeles de Ben o de los padres de Libby Day. En ese sentido, parece más un telefilme de bajo presupuesto, que una gran producción cinematográfica.
Lugares oscuros se aprovecha del momento actual, sumergiéndolo en hechos remotos, y el conjunto nos guía a un desenlace marcado por unos minutos de gran tensión. Todas las preguntas parecen encontrar sus respuestas, en un juego por engañar al espectador, ayudándose de malentendidos y prejuicios. El transcurrir lo marca un ritmo pausado, sin resultar tedioso, que tiende a frecuentar a un narrador en primera persona, y donde se echa en falta un buen acompañamiento musical, en especial, cuando la intriga y el sentimentalismo están en su punto más álgido. Eso sí, la fotografía, de Barry Ackroyd, no es del todo criticable, y trata de cuidarse, pero a no ser el foco de atención.
El satanismo se hace un hueco en el film, al retroceder a los años ochenta, y a la moda de practicar rituales de adoración a Satán, por parte de los jóvenes de la época, al igual que tienen presencia el tráfico de drogas, el maltrato a la mujer o la pederastia. Poco se profundiza en estas cuestiones, no obstante, como también se relega al “Kill Club”, que no deja de ser una frivolización de la muerte, un grupo que personas que se divierte a consta de los crímenes acontecidos en el país, que pronto pasa a ocupar un segundo plano en la cinta. Curiosa es, además, la visión de negocio que se plantea en torno al asesinato de la familia Day, pues Libby vive gracias a las donaciones que recibe a lo largo de los años, sacando provecho económico de su propia tragedia familiar.
Bien conducida, con guión del mismo director, esta intriga teñida de drama consigue dejar un buen sabor en la boca, pese a que el final llegue a ser algo inverosímil, en su intento por desenredar esos lugares oscuros, y dar un giro completo al relato. Thriller ausente de acción, por cierto, algo insólito, y que hubiera encajado bien en una Charlize Theron acostumbrada al género (Mad Max: Furia en la carretera, Aeon Flux). La supera la reciente Gone Girl (David Fincher), también basada en uno de los libros del mismo autor, más dinámica, capaz de generar más angustia e incertidumbre, y que juega más y mejor con el factor credibilidad. Teniendo en cuenta lo que se proyecta últimamente en los cines, ¿por qué no darle una oportunidad? No te llegará a decepcionar. Muy recomendable.
Cynthia Gómez. Madrid.
Colaboradora, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 24 Agosto 2015.