La Primavera Árabe en Egipto: ¿y ahora qué? – por Jordi Sánchez

Celebrations in Tahrir Square after Omar Soliman's statement that concerns Mubarak's resignation - Wikimedia Commons

¿Cuando hablamos de Primavera Árabe, a qué nos estamos refiriendo? ¿Qué implicaciones políticas tiene, que objetivos perseguía? Para empezar a desarrollar este artículo, primero tenemos que hablar sobre el concepto “Primavera Árabe”, pues el uso de esta terminología, conlleva unas connotaciones que no podemos obviar.

El término Primavera Árabe, fue usado por los medios de comunicación para definir las revueltas llevadas a cabo en distintos países árabes, a lo largo del invierno-primavera del 2011. Los países implicados fueron: Túnez, Egipto, Livia, Siria, Marruecos,… cada uno a mayor o menos escala. El término primavera, acota la acción en el tiempo, y el uso de árabes, lo enmarca en los protagonistas. ¿Pero el uso es acertado? Actualmente las protestas en los países árabes siguen en pie, como es el caso de la guerra civil de Siria, en cambio otras han sido brutalmente reprimidas como es el caso de Egipto, pero siguen en la clandestinidad. Por tanto, cerrar el tiempo en primavera, puede ser injusto. Como es injusto hablar de árabes, pues en las protestas participaron otros actores de diferentes etnias. Pero el término es muy poético.

Otros autores hablan del “Despertar árabe”. Una terminología claramente paternalista, pues es defender el modelo liberal como el cénit de la política, y todas aquellas sociedades que no sean liberales, están “dormidas”. es, personalmente, una falta de respeto. Otra palabra que se usa es la “Nahda” o el Renacimiento Árabe. Uso que se utiliza sobre todo en el ambiente cultural (literario) del siglo XIX árabe, y que se ha intentado recuperar, para definir los procesos del 2011. Personalmente uso el término Primavera Árabe, a pesar que soy consciente como he expuesto que requiere matices, el uso del término pienso que va a gusto del consumidor.

¿Pero, es una revuelta o una revolución? Entramos en un mar de interpretaciones de conceptos sobre revuelta o revolución. A mí, personalmente, me gusta definirlo de la siguiente manera: una revuelta es aquella acción de protesta social que reclama un cambio estructural pero no sistémico de la sociedad. En cambio, una revolución, es aquella protesta social que reclama un cambio sistémico. ¿En Egipto que es lo que se vivió en el 2011? En mi opinión, el 2011, marcó el inicio, en muchos países árabes, de una revolución liberal, como las vividas en Europa a lo largo del siglo XIX-XX.

Actualmente Egipto no es un estado liberal con la dictadura del general Al-Sisi, pero digo que la revolución de Tahrir en 2011 es liberal por las reclamaciones de los movimientos de protestas como el ¡Kifaya! (¡Basta!). Una de las principales reclamaciones que se pedían al gobierno de Mubarak era la democratización del país, entre otras muchas, como el fin de la corrupción, instaurar un sistema económico justo, ya que la situación se había convertido en insostenible. Autores como Alaa al-Aswany, acababa todos sus artículos de prensa con una mima frase siempre: “la democracia es la solución”. Se exigía al gobierno de Mubarak, como digo, la democratización del país. Cambiar el tipo de sistema que había en Egipto, había un intento de una auténtica revolución. Y realmente a corto plazo se logró, pues el régimen personalista de Mubarak cayó por presión popular.

Este episodio para Egipto logró unas elecciones democráticas en el 2012 con un resultado sorpréndete para muchos analistas, pero no arabistas. Los analistas políticos se sorprendieron del resultado de igual modo que les “piyó” desprevenidos la Primavera Árabe, pues días atrás afirmaban que los musulmanes no están preparados ni deseaban una democracia. Esos analistas no tuvieron palabras para definir el 2011, y tampoco para los resultados del 2012. Los arabistas, ya advertían desde el 2007 que la situación en Egipto empezaba a ser insostenible, y que el país era un auténtico polvorín, donde la tensión aumentaba a cada mes que pasaba, hasta desembocar en el 2011 en una revolución, precedida por el asesinato del joven Jaled Said, y del triunfo de la revolución tunecina. Dos elementos que dieron el coraje a la población para salir en contra de Mubarak.

El resultado de las elecciones de 2012 fue la clara victoria de los Hermanos Musulmanes, el islam político, o islamismo. ¿Por qué ganaron? Los ciudadanos europeos que seguíamos la revolución egipcia, veíamos una clara intención progresista para la revolución, sin vínculos religiosos, o al menos eso era lo que nos mostraban en las televisiones y periódicos. La realidad era bien distinta. Esos jóvenes con tejanos occidentales eran actores de la revolución egipcia pero no protagonistas. Los Hermanos Musulmanes llevaban durante muchos años creando un tejido social muy fuerte en Egipto. Se ocupaban de la educación y la sanidad. De muchas necesidades básicas que el gobierno e Mubarak no ofrecía a los barrios más humildes. Por tanto, el islam político, llegaba allí donde no llegaba el gobierno, creando un estado social, y como no, fidelizando votantes.

El resultado fue evidente en las elecciones del 2012. Los años de esfuerzo de los Hermanos Musulmanes se vieron recompensados. No soy para nada afín al islam político ni a los Hermanos Musulmanes, pero sería irrespetuoso negar la increíble tarea que llevaron y llevan a cabo. Un claro ejemplo: en Egipto cada año 500.000 personas se contagian de Hepatitis C, las familias más humildes que son el 75% no puede hacer frente a los gastos médicos, y son las clínicas islámicas, dirigidas por los Hermanos Musulmanes, las que dan la cobertura médica. Este es un ejemplo, encontramos centenares, como organizar buses para escolarizar niños, etc.

La victoria de este grupo político en el 2012 fue visto con recelo por las élites liberales de Egipto y por EEUU y la UE. El candidato ganador fue Mohamed Morsi, que cometió un error político que precipitó su caída y la llegada del general Al-Sisi. El error fue entablar negociaciones con Irán, con la intención de poner fin a la guerra abierta entre sunís y chíis iniciada en la década de los ochenta. Ese error, a mi entender, precipitó la caída de los Hermanos Musulmanes.

El 3 de julio de 2013 el general Al-Sisi perpetró un golpe de estado e inició una política de persecución y exterminio contra los Hermanos Musulmanes y todo opositor a su gobierno. Días posteriores al golpe de estado, en la plaza de Rabaa (el Cairo) había una concentración de miles de ciudadanos protestando en contra del golpe de estado. La respuesta del gobierno fue de represión brutal, cobrándose 817 muertes y 4.000 heridos. Ese episodio se le conoce como la Masacre de Rabaa. Así iniciaba Al-Sisi su etapa en el poder, con una demostración de intenciones que a día de hoy sigue.

¿Cómo podemos evaluar este periplo? La etapa de los Hermanos Musulmanes, se le bautizó como el invierno islamista, con la connotación de ser un proceso de regresión en la revolución liberal. Personalmente, pienso que el uso de ese término poético de “invierno islamista” no es adecuado y menos con las connotaciones que conlleva. Alaa Al Aswany, que defendía en 2010 la instauración de un sistema democrático, y finalizaba todos sus artículos, como he dicho antes, con la frase: “la democracia es la solución”, legitimó y legitima al general Al-Sisi, debido a sus discrepancias con los Hermanos Musulmanes. ¿Pero no es eso la democracia? Dar la oportunidad a diferentes facciones políticas para gobernar? Pienso que la victoria del islam política, es la victoria de unas elecciones democráticas en 2012. Y la élite liberal egipcia, simplemente es hipócrita, entre ellos, el señor Alaa al Aswany.

De todas formas, la revolución liberal en Egipto acabad de empezar, actualmente si se encuentra en un punto de estancamiento con la dictadura de Al-Sisi, pero el 2011 solo es una fecha que marca un inicio de un largo proceso, como lo fue en Francia el 1789 o en España el 1808 o 1812, eso ya va a gustos. Y España hasta hace pocos años vivía en una dictadura que de liberal tenía bien poco. Por tanto, hemos de ser justos en el análisis, las revoluciones liberales son lentas y con momentos de gran avance y otros de involución. Egipto, vive ahora un proceso involutivo, pero que a la larga caerá pues la población egipcia que logró una victoria, solo está a la espera de su momento, como cuando el regreso de Fernando VII a España. En Egipto, el sistema ha decapitado a su líder para poder seguir viviendo, pero el proceso ya se ha abierto, y tiene una fecha de inicio del 2011, solo tenemos que ser pacientes, ya que durará muchos años, como en Europa.

Jordi Sánchez Callado. Barcelona.
Colaborador, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 29 Abril 2015.