Escenario de guerra en Yemen

Sana'a from the roof - Wikimedia Commons

El avance de los Huthi desde el norte del Yemen hacia las ciudades más pobladas del sur ha llevado a Arabia Saudita a intervenir militarmente en el país. Una coalición liderada por Riad y secundada en mayor o menor medida por los Emiratos Árabes, Kuwait, Qatar, Jordania, Turquía, Marruecos, Egipto y Pakistán ha empezado a bombardear desde el aire las posiciones de los Huthi.

Esta intervención armada que cuenta tácitamente con el respaldo de Washington se produce por un lado en un país roto en pedazos (la región del noroestee dominada por los Huthi, la central llena de miembros de Al Qaeda de la Península Arábiga, y el resto por ahora en manos de las tropas leales al presidente Al-Hadi), y por otro en el mismo tiempo que en Iraq el ejército regular iraquí y las milicias chiítas han tomado la ciudad de Tikrit hasta entonces en manos del Estado Islámico.

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Los atentados contra las mezquitas

El pasado 20 de marzo dos atentados perpetrados por suicidas con explosivos mataron a 154 personas y dejaron heridas a 350 más en las mezquitas chiítas de Badr y Al Hashush en Saná, la capital del país tomada desde el mes de enero por los Huthi. La operación en la que murió el iman Murtada al Mohadwari, líder espiritual de los Huthi, fue reivindicada por una franquicia yemení del Estado Islámico. El conflicto ya existía antes de estos atentados pero éstos fueron el detonante del despliegue de las milicias de los Huthi hacía el resto provincias del país, amenazando al presidente Abd Rabbuh Mansur al-Hadi y su gobierno refugiado en Aden, e internacionalizando el conflicto del todo con los bombardeos de la fuerza aérea de Arabia Saudita sobre las posiciones de los Huthi.

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La revuelta que terminó de romper Yemen

Yemen también tuvo su revuelta. En el 2011 la población yemení salió a las calles para revolverse contra el presidente Ali Abdullah Saleh, en el poder, primero de la República del Yemen (conocida como el Yemen del Norte) desde 1978, y después del Yemen reunificado desde 1990. Saleh trató de permanecer en el poder durante todo el año hasta que en el mes de noviembre renunció al cargo, y un par de meses después tomó un avión hacia los Estados Unidos.

Desde entonces progresivamente el país ha dejado de mantener su unidad virtualmente rompiéndose en pedazos. Confesionalmente se pueden hacer dos distinciones entre los árabes sunníes que habitan sobre todo dos tercios del país en el centro y este, y los árabes chiítas zaiditas que habitan el oeste. Los zaiditas comúnmente conocidos como los Huthi toman su nombre del Hussein Badr al Din al Huti, líder de un alzamiento en el 2004 que buscaba autonomía para la provincia Sa’ada, y que fue asesinado por los soldados yemeníes. Los Huthi se unieron a las protestas contra el presidente Saleh y aprovecharon el vacío de poder para extenderse militarmente por varias provincias. Este vacío de poder también fue aprovechado por Al Qaeda de la Península Arábiga que ya tenía presencia en el país desde hacía una década.

Múltiples escenarios de guerra

Dos líneas de argumentación complementarias definen la guerra civil en el Yemen y la internacionalización del conflicto que está a las puertas de invasión terrestre por parte del ejército saudí. La primera de ellas es la que define a los Huthi como hermanos de los iraníes, siendo equiparados por muchos como una especie del Hezbolla libanés en el Yemen, y por lo tanto clasificados por el régimen de Arabia Saudita como una amenaza en su frontera sur. La segunda línea de argumentación la encontramos en Iraq donde el peso de la guerra contra el Estado Islámico lo está llevando el ejército regular iraquí y las milicias chiítas armadas por Irán. Mientras Arabia Saudita en el Yemen combate a los chiítas zaiditas en Iraq las milicias chiítas apoyadas por Irán combaten a los sunníes sin que Arabia Saudita mueva pieza contra el Estado Islámico. Washington en estos momentos está dando su visto bueno tanto a Irán en Iraq como Arabia Saudita en el Yemen. Este pulso soterrado entre Irán y Arabia Saudita en estos días cobra mayor importancia por las negociaciones de Irán con la comunidad internacional por su programa de energía nuclear.

El doble conflicto en Iraq y en el Yemen se suma a la sangrante guerra civil en Siria donde las tropas regulares sirias hacen la guerra al lado de Hezbolla (teniendo el apoyo principalmente de Irán pero también político Rusia en el caso del régimen de Bashar al Asad) contra un Estado Islámico que recibe apoyos aún por definir oficialmente. La presencia del Estado Islámico en Libia (otro país roto en pedazos) y en todo el Sahel (por si faltaba algo Boko Haram en Nigeria se ha declarado vasallo del Estado Islámico), sumados a los últimos atentados en Túnez y en los países europeos extienden esta endiablada guerra cada vez en más frentes.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 1 Abril 2015.