Las aventuras de Jeremiah Johnson – por Francesc Sánchez

Titulo original: Jeremiah Johnson
Nacionalidad: Estados Unidos
Año: 1972
Dirección: Sydney Pollack
Guión: John Milius, Edward Anhalt (Novela: Vardis Fisher)
Interpretación: Robert Redford, Will Geer, Allyn Ann McLerie, Stefan Gieraschi, Matt Clark, Delle Bolton, Josh Albee, Joaquín Martínez, Richard Angarola, Paul Benedict
Música: John Rubinstein, Tim McIntire

La película de Sydney Pollack nos cuenta la historia de un hombre que deja atrás la civilización para convertirse en un cazador autosuficiente en las Montañas Rocosas.

Jeremiah Johnson abandona la guerra y el ejército para adentrarse en las Montañas Rocosas, un inmenso territorio de frontera de unos Estados Unidos en formación, donde el hombre blanco aún no ha sometido a los pueblos nativos y a la propia naturaleza. La forma de vida elegida por nuestro protagonista es la del cazador autosuficiente que llevará a cabo un proceso de aprendizaje con la ayuda de otro cazador más veterano y su propia determinación. Jeremiah lleva a cabo intercambios con los indios crow y se hace cargo de un niño, que ha perdido a su familia después de un ataque, y una joven india de la tribu de los cabezas lisas, que se ha convertido en su esposa por un malentendido. La convivencia lleva a estos tres a entenderse y ha convertirse en una familia. Este idílico cuadro se romperá en pedazos cuando la civilización del hombre blanco hace acto de presencia para pedir la ayuda de Jeremiah con unas «familias cristianas» que se han quedado atrapadas en las montañas.

Los Estados Unidos se hicieron sobre la marcha después que las trece colonias inglesas frente al Atlántico se independizaran por las armas de la metrópoli. Desde entonces el hombre blanco se adentró en los territorios del oeste cada vez más extensos para buscar mejores oportunidades. Son los territorios de frontera a los que empezaron a llegar primero los pioneros, cazadores, comerciantes, y después los colonos, que terminaron por desplazar por la fuerza a sus habitantes originarios y finalmentel a recluirlos en reservas indias. El territorio de limites imprecisos en el que se mueve Jeremiah, aún con múltiples espacios en blanco en los mapas en los que perderse, es el del departamento de Colorado. En la película se hace referencia a la guerra de Estados Unidos con México y eso nos sitúa en entre los años 1846 y 1848, momento en que el incipiente gigante del norte se queda amplios territorios mexicanos (Texas, Nuevo México y California). Quedan definidos, por lo dicho hasta ahora, dos tipos de grupos humanos que a veces se intercambian los papeles: el de los aventureros que aprenden sobre la marcha, del que Jeremiah es un arquetipo, y el de los colonos que quieren traer «la civilización» y no saben donde se meten. Mientras los aventureros han decidido abandonar la civilización y vivir en libertad en las montañas, manteniendo en lo posible buenas relaciones con los indios, los colonos han llegado para reproducir en muchos casos ese mundo que dejaron atrás. En cuanto a los indios no permanecen cerrados al intrusismo del hombre blanco, comercian con éstos, e incluso adquieren algunas tribus el cristianismo, pero marcan claramente los limites. Algo que no evitará la extinción de su forma de vida, haciendo valido el argumento que dice que cuando entran en contacto dos culturas la más débil termina sucumbiendo.

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Sydney Pollack nos muestra una película de aventuras, con una contundente crítica a la civilización del hombre blanco, haciendo un alegato por la vida sencilla y acorde con la naturaleza, realizada en la década de los setenta, un momento en el que el país estaba viviendo un cambio cultural que cuestionaba todo, que en la década los ochenta -muy fructífera por otro lado en buen cine- se fue diluyendo en el consumismo, y en las décadas siguientes desapareció casi por completo, transformándose en un cine más individualista y moralista. Robert Redford, protagonista en otros filmes de Pollack como son Los tres días del Cóndor o Memorias de África, probablemente en Jeremiah Johnson tiene su mejor papel. La fotografía de Duke Callaghan nos muestra en todo momento esplendidos paisajes, la música de Tim McIntire y John Rubinstein es acertada, y el guión de John Milius (Apocalipsis Now o Conan el Bárbaro), basado en la novela Mountain Man de Vardis Fisher, es efectivo. Quién quiera verla puede encontrar una asociación de esta historia de Jeremiah Johnson con Walden de Henry David Thoreau, que empezaba de esta forma:

«Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida… para no darme cuenta, en el momento de morir, que no había vivido.»

Dos décadas después de Jeremiah Johnson aparecería Bailando con Lobos de Kevin Costner, filme también notable, en el que hay más de un punto de encuentro con la película de Pollack, pero ya es otra historia. Por lo dicho hasta ahora solo puedo decir que quién quiera ver una buena película de aventuras de las que ya no se hacen tienen en Jeremiah Johnson una buena elección.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 22 Noviembre 2014.