Respuesta de los sanitarios ante el ébola – por Francisca Bernal

Los profesionales sanitarios y no sanitarios muestran su enojo ante la opinión pública por la deficiente gestión que se está llevando a cabo a raíz del contagio de la auxiliar de clínica con el virus del Ébola.

Todo parece indicar que el detonante ha sido las palabras que ha lanzado el Consejero de Salud de la Comunidad de Madrid en referencia a la falta de pericia por parte de la trabajadora sanitaria en la colocación de un traje de aislamiento; por otra parte también se ha indicado que la técnico sanitario habría mentido en referencia a su estado de salud.

Los comentarios han ahondado en los profesionales que vienen aguantando los improperios de sus superiores hace años.

Desde que comenzó la crisis económica en España, se ha ido desmantelando poco a poco la sanidad española, otrora reconocida internacionalmente. Los trabajadores han sido vilipendiados con adjetivos como vagos, peseteros; haciendo hincapié siempre en demostrar ante la opinión pública nuestro afán de dinero y fiestas.

Con todo ello, la actitud de los profesionales siempre ha estado en hacer su trabajo con esmero y destreza. Las trabas que han ido poniendo las autoridades se han visto superadas por la vocación innata de sus trabajadores.

Ante la falta de estímulos y apoyos de nuestros gobernantes, hemos salido adelante con la fuerza que te da el pertenecer al estamento de trabajadores de la salud. Estos señores no han tenido en cuenta los fundamentos que nos rigen en todo momento y para que quede claro éstos son innegables a nuestra condición de persona.

El corazón, las manos, la cabeza, el alma, la habilidad, la ciencia, la solidaridad, la humanidad, el respeto, la honestidad, la responsabilidad son ejes que nos llevan a realizar nuestro trabajo diario. Son pilares tan fuertemente anclados en nuestro ser que difícilmente pueden hacer mella en nuestro cuerpo y alma.

Como enfermera que soy y vocacional por los cuatro costados cuando leo estas injurias, estas canalladas vertidas en nuestra profesión sólo me queda decir que la sanidad de nuestro país funciona porque hay personas que realizan su trabajo correctamente, que se esmeran cada día en cuidar de las personas que no lo pueden hacer por sí solas. Que nos formamos con nuestro dinero, con nuestra falta de tiempo porque en nuestra sanidad la formación que se da la mayoría de las veces es a costa del trabajador.

Sinceramente, lo que está sucediendo en Madrid ralla la maldad propia de los que se quieren salvar a costa de vender a uno de los suyos, al más débil que no se puede defender. En vez de incidir y explicar los errores de un protocolo mal diseñado, de vender una situación irreal de operatividad ante el mundo que no la tenemos porque sencillamente hemos desmantelado media sanidad y no contamos ni con el presupuesto ni con los medios necesarios para hacer frente a estas contingencias, vierten la bilis en los que mantienen la sanidad en sus más altos niveles de profesionalidad a pesar de los recortes y hachazos derramados a las arcas públicas.

Deberían ser más honestos, más responsables, más respetuosos, más solidarios, más humanos. Es extraño pensar que todos estos adjetivos son características que tenemos los profesionales sanitarios y nuestros gobernantes ¿qué singularidades arrastran? De momento sólo se han fundamentado la inoperancia, la falta de respeto, el apego al sillón, la nula dignidad.

Tan solo decir que hay una persona que de manera vocacional se enfrentó a una situación de riesgo por la que no estaba preparada no por falta de pericia sino por falta de medios, formación y apoyo de sus superiores. Desde aquí mandarle mi aliento y el de miles de profesionales que estamos en esa habitación de aislamiento del Carlos III.

Francisca Bernal Pérez. Viladecans. Barcelona.
Colaboradora, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 10 Octubre 2014.

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