Primer caso de contagio de ébola en España

María Teresa Romero se ha convertido en la primera infectada por ébola fuera de África. Esta auxiliar de enfermería trabajó en el equipo que atendió al misionero Manuel García Viejo, quien falleció de ébola el pasado 26 de septiembre en el hospital Carlos III de Madrid, y también a Miguel Pajares, fallecido el 12 de agosto. Las dos pruebas realizadas confirman el contagio, por lo que se ha despertado la alarma en todos los países ante la posibilidad de que se extienda el virus.

La última tarea de la sanitaria Romero fue limpiar la habitación donde había fallecido García Viejo en el complejo hospitalario La Paz-Carlos III. Después, se fue de vacaciones a Galicia, teniendo que vigilar su temperatura dos veces al día para evitar riesgos y avisar en caso de algo anormal. Comenzó a sentirse mal a los pocos días, aunque pudo presentarse a las oposiciones para consolidar la plaza de auxiliar en la Comunidad de Madrid el pasado 27 de septiembre junto con otras 20.000 personas, lo que desató la alarma al conocer su diagnóstico. – leer más

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En los sucesivos días se han ido realizando pruebas a posibles infectados que tuvieron relación con la afectada o con los misioneros fallecidos. Ayer, el Hospital La Paz-Carlos III decidió mantener en observación a una enfermera del centro que estaba atendiendo a la auxiliar de enfermería infectada por el virus del ébola y que también pertenecía al equipo que atendió a los misioneros repatriados a España también infectados. Por lo tanto, con el ingreso de esta enfermera serían seis las personas ingresadas en el hospital: María Teresa Romero, la primera infectada fuera de África, y su marido (por precaución al haberse encontrado expuesto al contagio), una enfermera que trabajaba en la planta donde se encuentra aislada María Teresa y que también pertenecía al equipo que atendió a los misioneros fallecidos, así como una auxiliar de enfermería que los atendió. Además, otra enfermera que estuvo expuesta al virus del ébola también se encuentra en observación por precaución (no presenta síntomas), al igual que un ingeniero español procedente de Nigeria que da negativo en las pruebas realizadas.

Otro caso que ha supuesto un revuelo mediático ha sido el perro del matrimonio. Excalibur, la mascota de ambos, ha sido sacrificada según los responsables de Sanidad “por riesgo potencial de contagio”, aunque protectoras de animales como “Villa Pepa” denunciaban la situación reclamando que se pusiera al perro en cuarentena para evitar riesgos y salvar así la vida del animal.

Debido al miedo al contagio y a la aparición de nuevos casos, se ha creado una situación de alarma social. Por ello, cabe recordar de forma breve las vías de contagio del virus, que se transmite entre humanos mediante «contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados», según recuerda la OMS en un comunicado. Es necesario tocar directamente heces, orina, sudor, saliva, fluidos sexuales o sangre para estar expuesto a un contagio. Es decir, que no se contagia por el aire, como por ejemplo el virus de la gripe, por lo que el riesgo de contagio es mínimo (pero no imposible).

Tras la repatriación de los dos misioneros el protocolo de actuación frente al ébola parecía estar claro. Con la aparición de este caso de demuestra que no era así y que existieron fallos en el sistema. Ahora bien, ¿qué medidas se tomaron desde el hospital Carlos III, el mejor preparado para estos casos?

Dentro de la medidas necesarias se incluyeron precauciones de contacto y de transmisión aérea, es decir, el paciente debía permanecer en aislamiento estricto y para su transporte se utilizaba una ambulancia especialmente preparada cuyo personal debía portar un equipo de protección personal adecuado. Además, los encargados de su tratamiento y supervisión debían llevar trajes especiales para prevenir el contagio, que tenían que ser puestos y quitados en salas esterilizadas con extrema precaución, y que tras su uso, debían incinerarse. En este sentido y tras la investigación que se está realizando, la opción que se baraja es un contagio al quitarse el tercer traje de protección, ya que la sanitaria ha comentado que le parece que se tocó la cara con un guante. Sin embargo, los trabajadores del hospital denuncian que no se han seguido los protocolos adecuados, ya que los trajes con los que se ha atendido a los dos sacerdotes españoles infectados por ébola no cumplían con los requerimientos de seguridad necesarios. Según sus palabras, la normativa marca que para un caso como el de esta enfermedad es necesario utilizar una indumentaria de nivel 4, es decir, completamente impermeable y con respiración autónoma. La vestimenta empleada para atender tanto a Miguel Pajares como a Manuel García Viejo era únicamente de nivel 2. Además, señalan que los viajes en ambulancia con María Teresa se realizaron sin protección, únicamente con guantes y mascarilla, así como el aislamiento dentro del hospital no se realizó del mejor modo: “Los restos de trajes utilizados con los misioneros eran transportados en el mismo ascensor que utilizaba el personal sanitario”.

Por lo tanto, se plantea un clima de desconcierto en el que se reclaman responsabilidad por el fallo del sistema. La ministra de Sanidad, Ana Mato, es la máxima responsable ante el suceso, por lo que desde la oposición y desde la calle se pide su dimisión. Sin embargo, desde el Gobierno insisten en que se ha creado «un comité de seguimiento» y que sus instrucciones son «dar toda la información que se pueda dar». Sus objetivos son atender a las personas contagiadas, vigilar a las personas que han tenido contacto con los infectados, investigar por qué se ha producido el contagio y explicar la situación a la opinión pública. Por su parte, Ana Mato repite que «el Gobierno está actuando con transparencia y coordinación para responder con responsabilidad al caso de contagio del virus de ébola”.

En cuanto a la posible relación de este caso con los recortes efectuados en Sanidad, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha tachado de «irresponsabilidad» las afirmaciones de Pedro Sánchez: “Es irresponsable decir que es por culpa de los recortes. No ha habido ningún recorte para este tipo de situaciones. Me parece que no se hace justicia a todos los profesionales, perfectamente capacitados y en quienes debemos confiar”.

Lo cierto es que existe un gran miedo al contagio en nuestro país, a pesar de como hemos visto, que las formas de contagio dificultan la expansión del virus. Desde Europa se exigen responsabilidades y un informe detallado para saber qué pasó y evitar así que casos como el de la sanitaria se repitan, pero no se descarta que en otros países que también efectuaron repatriaciones surjan nuevos focos. Además, medios internacionales como el New York Times o telediarios de todos los rincones se han hecho eco de la noticia, porque, recordemos, supone el primer caso fuera de África. Se trata por tanto de una alerta global que recuerda a otras como la de la gripe A.

Haciendo hincapié en esto último, existe un sector poblacional que se pregunta por qué este revuelo mediático si tenemos en cuenta que el ébola lleva existiendo desde 1976 en el continente africano. Algunos medios aseguran que tres empresas norteamericanas que actualmente desarrollan tratamientos contra el ébola han experimentado una fuerte revalorización bursátil (de unos 1.100 millones de euros en conjunto) desde que, en enero pasado, se produjeron los primeros casos en Guinea del que ya es el brote más mortífero de la historia de este virus, que de momento ha matado a 3.338 personas, según el último recuento de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata de las estadounidenses Chimerix y BioCryst y la canadiense Tekmira, que entre las tres han aumentado su capitalización en lo que va de año en cerca de 1.400 millones de dólares (los citados 1.100 millones de euros) por el alza de sus cotizaciones. Esto recuerda al conocido Tamiflú de la gripe A, cuyas dosis quedaron obsoletas.

Sin embargo, aunque algunos sectores aseguren que se está exagerando en exceso la situación de alarma, este brote de ébola es el más mortífero de la historia del virus a pesar de que su incidencia en Occidente es mínima. En la actualidad, la enferma gallega evoluciona favorablemente y no existen más casos positivos de ébola en nuestras fronteras, pero el protocolo sigue vigente para evitar riesgos y minimizar los problemas que pueda suponer la expansión de la epidemia africana que, recordemos, ha terminado con la vida de casi 3.400 personas.

Elena Rodríguez Flores. Madrid.
Redactora, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 8 Octubre 2014.