En las periferias del sistema podemos encontrar otras coordenadas de vida, otros códigos sociales y nos permiten imaginar multitud de alternativas. La Baja Casamance, a 700 km de Dakar, se conoce como «le granier du Senegal». Se sitúa al sur del Senegal, junto a la frontera con Guinea Bissau. Esta zona semi tropical esta bañada por el rio Casamance que ocupa toda la región. La región es mayormente rural y queda muy alejada de Dakar. En esta zona esta habitada por los joola, una etnia que mantiene muy viva su cultura tradicional.
Los jóvenes casamanceses están bien al día de las tendencias musicales y culturales, en las discotecas locales bailan desde el mbalax (estilo de música muy popular en Dakar) hasta hits de Rihanna, pero el sustrato cultural de la zona, en general de tradición joola, construye formas de vida alejadas del trendding topic europeo.
La juventud es una etapa importante en la tradición joola. Esta empieza desde bien pequeños y se acaba hacia los treinta años aproximadamente o cuando el joven contrae matrimonio, en tal caso dejara de hacer las tareas correspondientes a la juventud para dedicarse a la familia. La vida juvenil va evolucionando a través de fases bien marcadas en las cuales los individuos irán adquiriendo responsabilidades y autoridad en el pueblo. Aunque el colectivo juvenil agrupa edades bien diferentes, todos sus participantes se consideran de la “jeneusse” (juventud) y participan por igual en la mayoría de ceremonias y fiestas. No es extraño ver a niños bailando los hits del verano en los locales juveniles.
Todas las generaciones están organizadas como una sola asamblea. La asamblea está dirigida por los jóvenes de mayor edad (Huulodje), estos dinamizan las reuniones y las diferentes ceremonias y fiestas, pero las edades menores también participan en varios eventos.
La “jeneusse” tiene voz en la vida cotidiana, y aunque, la jerarquía y el respeto a los mayores es una constante en la cultura joola, los adultos no deben entrometerse en los quehaceres de la juventud, “si me meto en los asuntos de la juventud puedo tener problemas con ellos” (Karafa, padre y etnógrafo local). Este organismo también gestiona los conflictos internos de los jóvenes, estos intentan solucionar los problemas por si mismos pero a su vez este mecanismo discrimina a aquellos que no cumplen con su cometido o no se comportan según lo debido.
La tarea más importante que tiene la «jeneusse» es la de cultivar los arrozales al final del hivernage (época de lluvias) y su recolección dos o tres meses después. Todos los jóvenes del pueblo están obligados a participar de este trabajo. Esta faena se impone como una obligación moral hacia la juventud, aprovechando su fuerza de trabajo. El trabajo se hace manualmente durante cuatro o cinco semanas. Entonces se tendrá que limpiar los campos, adobar la tierra y plantar los brotes de arroz. Seis días a la semana los jóvenes se organizan en diferentes cuadrillas para trabajar en los diferentes terrenos del pueblo. Al campo irán todos los jóvenes a partir de los 5 años, estos no realizaran las tareas más complicadas pero empezaran a aprender el uso del “kayandou” (herramienta para labrar el campo) y a plantar el arroz.
Las tierras labradas son propiedad de las familias del pueblo. Cada familia deberá alimentar a los jóvenes que trabajan en su campo y pagarles una pequeñísima cantidad de dinero (15 euros al día). El dinero recibido no se reparte entre los individuos sino que se lo quedara la asamblea para para pagar las fiestas que se celebran después del cultivo del arroz. La propiedad privada se gestiona y trabaja en comunidad y los ingresos de este trabajo se los queda la comunidad, juvenil en este caso.
El dinero ganado por los jóvenes se reinvierte en la misma población pagando lo necesario para organizar las diferentes fiestas. Esta celebración funciona también para agradecer y honrar a los jóvenes, “la lucha es la recompensa” del trabajo realizado para la comunidad. En esta ceremonia los papeles se invierten y los jóvenes pasan a ser el centro de atención de todo el pueblo. Estos desfilaran orgullosos por las calles bailando y cantando mientras todo el pueblo observa. Posteriormente empezara la temporada de lucha en la que los jóvenes del pueblo competirán contra otros pueblos o barrios. Los jóvenes se ganan el respeto del pueblo,“la lucha es el símbolo de tu pueblo”.
Este sistema de subsistencia se fundamenta en un respeto ancestral hacia los adultos, “los jóvenes están a disposición de todo el mundo, trabajando casi gratis”, el trabajo en los arrozales es una obligación fuertemente arraigada. Sin embargo se reviste de orgullo y tradición, los jóvenes están orgullosísimos de poder cultivar el campo como lo hacen.
El papel que juegan los jóvenes en la sociedad joola no es fácil. Los meses de vacaciones escolares coinciden con la época de trabajo en el campo, así que sustituyen las aulas y libros por el campo y el “kayandou”. Pero este arduo trabajo ofrece al colectivo juvenil un proyecto común que beneficia al resto de la sociedad, de esta forma se mantiene al colectivo unido hacia un propósito. También permite a los jóvenes organizar fiestas durante estos meses con la conciencia tranquila y sin ningún reparo con los vecinos. Más de una asamblea de fiesta mayor pagaría por esto.
Por otra parte, en España el colectivo juvenil esta disgregado en diferentes grupos y asociaciones. La gran diversidad de juventudes y experiencias juveniles no permiten visualizar con claridad cuál es el papel que estos han de tener en la sociedad. Los jóvenes son desposeídos de una responsabilidad hacia la sociedad en su conjunto. La mala concepción que se tiene de la juventud puede que aparezca a causa de no tener un papel definido ni una responsabilidad. En el caso joola estos definen claramente las funciones y deberes de los jóvenes y les dan la responsabilidad, que aun y pesar, permite a estos realizarse como individuos útiles y necesarios en la sociedad.
No pretendo obligar a nadie a ir al campo a cultivar arroz, ni a bailar el “etagai” para que la sociedad adulta los respete pero sí que considero importante una reflexión sobre el papel colectivo de la juventud en la sociedad española.
Adrià Castellón Allué. Dakar, Senegal.
Colaboración. El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 5 Octubre 2014.