La Francia de los dos azules – por Isaac Jiménez

Sección de Reportajes
La Francia de los dos azules
por Isaac Jiménez

El declive, el hundimiento del Partido Socialista francés o el auge, el terremoto del Frente Nacional de Le Pen. Titulares en negrita que se han visto estos días en los brazos de los viandantes franceses, en las miradas del pueblo delante de sus televisores o en el rostro de los pasajeros del metro con sus correspondientes dispositivos electrónicos.

El azul marino que representa el partido del Frente Nacional de Marine Le Pen ha cubierto más ayuntamientos de lo esperado, batiendo su propio récord desde 1995 que apenas consiguió cuatro en toda Francia. Esta vez han sido once, concentrándose en el sur del país: el séptimo sector de Marsella, considerada una de las grandes metrópolis francesas, Fréjus, Bezier…, entre otros.

“Ultraderechismo” o “extrema derecha”, dos términos que van ligados al partido azul marino; no obstante, la líder del partido avisó de quién se refiriera al partido de esa manera se vería con la justicia, ya que esa ideología no representa al partido en cuestión. Le Pen expresó su descontento con la prensa que trataba de “demonizar” y dañar a su partido, que para nada forman parte de la extrema derecha debido a que en el mismo saco se encontraría Alba Dorada (partido neonazi griego), e incluso, aludió a Breivik, aquel individuo considerado de extrema derecha que asesinó sin piedad en Noruega.

Extrema derecha, sí o no

“Los orígenes del Frente Nacional no fueron de extrema derecha”- comentó la hija de Jean-Marie Le Pen, cuya faceta más conocida es la de negar a los inmigrantes no europeos que entren a Francia.

Tras esta declaración y otras perlas que soltó más antes de la campaña electoral de estas municipales, muchos periodistas empezaron a sacar a la luz los orígenes de este partido, fundado allá por el 1972 con militantes de extrema derecha, neofascistas, como François Duprat, secretario del partido elegido por Jean-Marie Le Pen hasta el día de su asesinato, reivindicado mediante un comunicado por el “Comando Souvenir” que terminaba de esta manera: “No olvidamos Auschwitz”; además de ser uno de los principales teóricos del nacionalismo de los años 70. Tradujo al francés y publicó el libro: ¿murieron realmente seis millones?, un libro revisionista del Holocausto judío.

Se podría nombrar también a Emmanuel Allot o más conocido como François Brigneau o también con nombres tales como Julien Guernec, o simplemente, Mathilde Cruz. Militante de extrema derecha que se adhirió al Frente Nacional, condenado en varias ocasiones por escritos antisemitas; además de reivindicar el poder que ejerce la comunidad judía.

Históricamente ya hemos podido ver cómo esa declaración hecha por la líder del partido cae por su propio peso. Pero, no sólo basta con mirar al pasado y quedarnos en él; importa el presente, ese presente que no le llama extrema derecha. No le llama así; sin embargo, todos los términos que ella emplea, los que desarrolla, le delata.

Los ataques sistemáticos a los extranjeros culpándolos como responsables de toda la crisis actual en el país galo y del paro, el odio hacia los sindicatos obreros; además, de querer prohibir las manifestaciones que van dirigidas a reivindicar los derechos de los “sin papeles”; una visión histórica de la Francia cristiana, nostalgia por aquella Francia colonial… hace que esta orientación hacia la extrema derecha para algunos sea bastante clara; para otros, se trata de salvar a Francia, a que todos amen de nuevo a su patria.

Normalización del Frente Nacional

No sólo en este país ha repercutido esta noticia del auge del Frente Nacional. Al otro lado de los Pirineos, el partido catalán Plataforma Per Catalunya felicitó al partido por los resultados obtenidos acogiéndose a que esta victoria avanza hacia el fin del bipartidismo y al fin de los discursos caducados. Hay que recordarle a dicho partido que los discursos populistas que declama Le Pen y sus camaradas también están bastante pasados.

“Ha nacido una tercera política francesa” se felicita a sí misma Marine Le Pen. Según una encuesta del diario Le Parisien, seis de cada diez franceses consideran que el partido tendrá que ser considerado como el resto de los partidos; sin embargo, el 62% de los franceses consideran que este avance electoral va a ser una “cosa mala” y no ha sido muy bien recibido.

Votar al Frente Nacional ya es normal. No se avergüenzan de gritarlo a los cuatro vientos; además, se han cuadriplicado los militantes del partido.

La derrota socialista

El giro “neoliberal” al que se le acusa a François Hollande, dentro de las filas de su mismo partido lo ha llevado a él y a su partido a una derrota espectacular en las elecciones municipales, llevando consigo un aumento de la UMP (que nunca había logrado un éxito destacable en las municipales) y del Frente Nacional, ya mencionado.

Malestar por la economía, datos del paro nunca visto antes y llamadas de atención por parte de Bruselas por no cumplir el déficit. Además de ser las elecciones con un récord de abstención. Un domingo 31 de marzo que no se respiraba ese ambiente de nerviosismo y de multitud, concretamente en la ciudad parisina en la que se amontonaban más colas en los restaurantes de comida rápida que en las mesas electorales.

La izquierda ha traicionado al pueblo, aunque en las grandes metrópolis ha aguantado mejor, no ha cumplido con las expectativas de aquellas personas en las zonas rurales. Decepcionados se han quedado. Qué mejor que una decepción para que el partido de Le Pen, con sus discursos populistas y aprovechándose de los vacíos de los discursos de las otras dos gran fuerzas, gane poder en estas zonas geográficas. La aspiración de crear un partido de masas se va cumpliendo.

Así se presenta la nueva tercera fuerza política francesa. Una líder enemiga de las élites y cercana a los pobres y a los excluidos; sin embargo, harta y asustada de las invasiones de los pueblos gitanos, rumanos; y, sobre todo, la comunidad musulmana. Ni de izquierdas ni de derechas. Protectora y a su vez, proteccionista. A favor de la pena de muerte y de la abolición del euro.

Así se presenta la renovada fuerza en Francia. Así se presenta el nuevo color azul marino francés.

Isaac Jiménez Martín. Metz, Lorena Francesa, Francia.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 2 Abril 2014.