Sección de Sociedad
La luz al final del túnel – por Elena Rodríguez
La montaña rusa en la que se encuentra la electricidad parece no tener fin. Este ir y venir de subidas y bajadas deja anonadada a gran parte de la sociedad, que ve impotente cómo su recibo de la luz describe unos gráficos peculiares.
Desde hace varios meses la cuestión energética ha supuesto un punto importante en la agenda del Gobierno debido al intento de la subida de la electricidad de hasta un 11% en diciembre del pasado año.
Por aquel entonces la patronal eléctrica, Unesa, aseguraba que el grueso de la subida se debía a los costes del sistema producidos por las decisiones políticas, sobre todo por las primas de las energías renovables. No obstante, las organizaciones de consumidores aseguraban que se debía a las deficiencias del mercado y al proceso de formación de precios de la energía; es decir, planteaban que los precios mayoristas se elevaban artificialmente por las compañías en los días previos a la subasta para conseguir una tarifa alta.
Pero el tarifazo del 11% consiguió frenarse a tiempo y “sólo” se subió un 2,3%. Todo un logro desde el Gobierno, a pesar de que a lo largo del año hubo cuatro subidas (3% en enero; 1,2% en julio; 3,2% en agosto, y 3,1% en octubre) y solo una bajada (6,6% en julio). Desapareció el tarifazo y desaparecieron las subastas, esas eternas subastas en las que la manipulación vagaba sin descanso, para dar lugar a un nuevo sistema energético que se llevaba reclamando muchos años.
En este sentido, en febrero se ha dado conocer la decisión de suprimir el sistema de subastas y de ejecutar una reforma eléctrica efectiva. Desde el Ministerio de Industria destacan como una de las principales características del nuevo sistema energético la fijación de los precios, ya que a partir del 1 de abril se tendrán en cuenta la evolución real de los mismos, frente al modelo anterior en el que se tomaba como referencia las subastas y cuyo resultado no se correspondía con los resultados finales del mercado. Todo ello parece un avance en el modelo eléctrico y una forma de suavizar el ataque a los hogares españoles, pero lo que se ahorrará por una parte se perderá en otros puntos del recibo de la luz (como algunas cuotas fijas del recibo, que aumentarán).
Dentro de este nuevo sistema se incluyen ocho eléctricas para fijar el precio de la luz (Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, E.ON, EDP España y otras tres nuevas debido a la elevada implantación en las zonas en las que operan Cide HC-Energía, la Empresa de alumbrado eléctrico de Ceuta y Gaselec). Sin embargo, no se conoce en profundidad si este nuevo modelo esconde algún tipo de “letra pequeña” en el que estas eléctricas salgan beneficiadas, ya que a pesar de haber un aparente consenso, lo cierto es que las compañías pierden una gran suma con el nuevo sistema.
Se plantean grandes cambios en el modelo eléctrico. Cambios que eliminan la tarifa regulada (conocida como TUR) para que el precio de la luz lo decida el mercado y varíe cada día y cada hora, y por consiguiente mantenga en un continuo estado de incertidumbre a los consumidores. Además, se presenta una tarifa personal, dependiendo del consumo de cada uno, que solo será aplicable a aquellos con contadores digital, así como una opción de pago anual en un principio más transparente pero también más cara.
Por su parte, Alberto Nadal, secretario de Estado de Energía, asegura que “para el 1 de abril habrá un nuevo sistema mucho más sencillo y transparente que permitirá ahorros importantes para los consumidores domésticos. En el sistema anterior el precio de la energía se establecía mediante subastas, que convertían el precio del mercado mayorista de electricidad, que fluctúa cada hora, en un precio constante durante un trimestre. Era muy complejo, con gran número de intermediarios y generaba un alto sobrecoste para el consumidor. En el nuevo sistema desaparecen las subastas y se tomará como precio de la energía el que efectivamente haya habido en el mercado eléctrico durante el periodo de consumo del recibo”. Es decir, desaparecen a priori los intermediarios financieros y se establece una relación consumidor-comercializador.
Sin embargo, desde diversas asociaciones de consumidores y de la oposición se cree que este nuevo modelo es un mero parche para limpiar la imagen del Gobierno y evitar nuevas pesadillas antes de Navidad. Un modelo que finalmente será menos transparente todavía y que dará más posibilidades a las compañías eléctricas, ya que tendrán más poder en sus manos.
¿Pero cómo afecta esto a las familias? En un primer momento cabe pensar que la factura de la luz bajará en las circunstancias adecuadas y que la manipulación desaparecerá, pero esta utópica idea no termina de calar en los hogares españoles. La cruda realidad es que miles de familias agudizan cada día el ingenio para poder llegar a fin de mes y que la pobreza energética se está haciendo cada día más palpable.
Podría decirse que un hogar está en situación de pobreza energética cuando es incapaz de pagar una cantidad de servicios energéticos suficiente para satisfacer sus necesidades domésticas o cuando se ve obligado a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética de su vivienda. Las causas que generan esta precariedad energética son diversas, pero sobresalen los bajos ingresos del hogar, el mal acondicionamiento de la vivienda o los precios elevados de la energía (como es el caso).
En España, como en la mayor parte de los países a excepción de Reino Unido, no existen estadísticas específicas que reflejen unos datos concretos, por lo que no podemos conocer con exactitud cuántas familias no pueden permitirse satisfacer sus necesidades básicas. No obstante, el INE afirmaba el pasado año que alrededor del 20% de la población española vivía por debajo el umbral de la pobreza, por lo que podemos hacernos una idea de la difícil situación en la que nos encontramos. Cada vez es más complejo hacer frente al recibo de la luz por lo que las familias vuelven a un modo de vida muy austero.
Pese a que las eléctricas españolas dicen que su negocio es ruinoso en España y que solo obtienen márgenes en el extranjero, lo cierto es que su nivel de beneficio estás entre los mayores de Europa. Iberdrola y Endesa fueron la segunda y la tercera eléctricas europeas que más beneficio obtuvieron en 2012, pero eso no les impide mantener unos precios desorbitados. Queda por ver si con la entrada en vigor del nuevo sistema de tarifación del Gobierno se alcanzará un equilibrio añorado por mucho, o si por el contrario, la situación favorecerá de nuevo a las compañías.
En mes y medio conoceremos la respuesta, pero lo más probable es que ahora que veíamos la luz al final del túnel… no vamos a poder pagarla.
Elena Rodríguez Flores. Madrid.
Colaboradora, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 19 Febrero 2014.