50 años del asesinato de John F. Kennedy – por Francesc Sánchez

John F. Kennedy addresses nation on Civil Rights - Wikimedia Commons

El pasado 23 de noviembre los americanos conmemoraron los cincuenta años del asesinato de John Fitzgerald Kennedy. La eliminación del presidente que vamos a tratar en este artículo nos da pie también para hacer un repaso tanto de su política nacional, en un país en el que existía una segregación racial que se traducía en importantes desigualdades sociales para los negros, como internacional, en un mundo que vivía una Guerra Fría en la que en más de una ocasión se estuvo al borde de una guerra nuclear.

«La tiranía, la miseria y la guerra son los verdaderos enemigos del hombre. El hombre tiene en sus manos la capacidad de abolir toda forma de miseria humana y también toda forma de vida humana. Debe escoger entre las dos». JFK

John Kennedy se convirtió el 20 de enero de 1961 en el trigésimo quinto presidente de Estados Unidos relevando al republicano Dwight D. Eisenhower, el general que venció a los nazis en la Segunda Guerra Mundial (*1). Procedía de un clan familiar irlandés y católico enriquecido durante la gran depresión que siguió al crack bursátil de 1929. Su padre, Joseph P. Kennedy, pasó de los negocios a la política, llegando a ser embajador de Estados Unidos en Londres. John Kennedy desde el principio empezó pegando fuerte y a ser molesto para el gran capital. Me refiero al proceso contra cierto número de industriales y de grandes organismos capitalistas por haber violado las leyes antimonopolio (Sherman Antitrust Act). Estos industriales estaban imponiendo a la población precios altísimos que distaban mucho de los costes de producción, y Kennedy insistió en que no solo debían ser sancionados si no que también debían ir a la cárcel para dar ejemplo a los demás. En el proceso que se desarrolló en Filadelfia cuarenta y cuatro conocidos industriales fueron condenados (siete de ellos fueron trasladados a la prisión de Montgomery County en Pennsylvania).

Los Estados Unidos del momento -como en parte sucede actualmente- era un país donde había grandes diferencias sociales enfatizadas por la segregación racial (sobre todo en los estados del sur). Por esta razón Kennedy se preocupó por mejorar la educación de los jóvenes y por terminar con la segregación. En cuanto a lo primero decía cosas como éstas:

«Yo sueño con un porvenir brillante y hermoso para nuestra América, un porvenir en el que las realizaciones artísticas sean recompensadas al igual que las realizaciones industriales; un porvenir en el que América sea respetada por todos, no sólo por su fuerza, sino sobre todo por su cultura».

Por esto una de las primeras medidas que Kennedy llevo a cabo fue pedir al Congreso 5.000 millones de dólares para la enseñanza pública, para que «todos los norteamericanos pueden aprender a ser hombres».

En cuanto a la situación de los negros, el problema de la segregación racial y la falta de derechos, por mucho que el país había tenido una guerra de Secesión en la que la emancipación de los esclavos fue una de las razones de fondo, se mantenía en muchos estados. En 1957, mientras los demócratas del sur introducían todo tipo de enmiendas a la ley para la aplicación de los derechos civiles para hacerla inoperante los disturbios se iniciaban: grupos de fanáticos racistas e integrantes del Ku Klux Klan quemaron la universidad para negros de Albany, y en Arkansas impedían la asistencia de los jóvenes en las escuelas públicas, por lo que el gobierno en ambos casos tuvo que enviar tropas para restablecer el orden. Gobernando Kennedy tuvo que enviar agentes federales a Alabama para terminar contra la violencia contra los negros. En el mes febrero de 1963, el presidente presentó al Congreso una propuesta solicitando una ley para terminar con la segregación:

«Un niño negro nacido el mismo día que un niño blanco en cualquiera de los estados de la Confederación, tiene la mitad de posibilidades de terminar la escuela elemental, una posibilidad contra tres de llegar a ser un profesional, el doble de posibilidades de convertirse en un desocupado crónico y la probabilidad de vivir siete años menos».

El 20 de mayo pidió al Congreso la promulgación de nuevas medidas antirracistas para proteger a los negros de las continuas violencias del fanatismo. El Tribunal Supremo volvió a proclamar que la segregación racial era anticonstitucional pero la violencia aumentaba en los estados de Mississippi, Alabama, Georgia, Arkansas y Virginia, produciéndose cientos de asesinatos en manos del Ku Kux Klan. Tras la muerte de Kennedy tanto las manifestaciones racistas como la violencia aumentaron (esta violencia tuvo su respuesta contra los blancos más reaccionarios desde el movimiento de los Musulmanes Negros conducido por Malcom X).

En cuanto a la política internacional John Kennedy empezó con mal pie porque heredo la operación de Bahía Cochinos de la administración Eisenhower. En abril de 1961 algo más de un millar de anticastristas, exiliados en los Estados Unidos y entrenados por la CIA en Guatemala, intentaron invadir la Bahía de Cochinos en Cuba (también Playa Girón). Kennedy dio luz verde a esta operación pero ante la dura resistencia que encontraron estos soldados aficionados en la isla no quiso implicar ni a la marina ni a la aviación estadounidense. Posteriormente (finales de 1962) los anticastristas fueron repatriados a cambio de alimentos, medicinas y tractores, valorados en 53 millones de dólares

Mientras en Extremo Oriente las cosas para los norteamericanos tampoco marchaban muy bien, se vislumbraba una guerra entre el Vietnam del Sur (aliado de EEUU que contaba con 15.000 soldados americanos que asesoraban al ejército vietnamita) y el Vietnam del Norte (aliado de la URSS que recibía todo tipo de armamento soviético), en la noche del 12 al 13 de agosto de 1961 en Berlín los alemanes del este levantaban en el muro (*2). Esto había sido precedido por una escalada de la tensión cuando los soviéticos y los norteamericanos situaron todos los tanques frente a frente en la línea que separaba sus respectivos sectores. El telón de fondo que llevó a la construcción del muro probablemente fue la constante huida de alemanes del este hacia el sector occidental que era alentada desde la Republica Federal Alemana. El telón de acero separó a partir de entonces físicamente tanto Berlín como el occidente capitalista del oriente comunista.

Sin embargo la peor crisis que tuvo que lidiar John Kennedy con su homologo soviético Nikita Jrushchov fue la que se produjo en el mes de octubre de 1962 en Cuba cuando un avión U2 fotografío en la isla unas instalaciones sospechosas. Estas instalaciones eran rampas de lanzamiento para misiles de medio alcance que podían llevar cabezas nucleares y que podían ser lanzados fácilmente sobre territorio norteamericano. John Kennedy ordenó un bloqueo naval sobre la isla para impedir que llegaran buques con armamento y finalmente los dos líderes llegaron a un acuerdo: Nikita Jrushchov hizo volver los mercantes y desmanteló las instalaciones en Cuba a cambio de que John Kennedy prometiera no invadir la isla y de que desmantelara unos misiles nucleares en Turquía que amenazaban a la Unión Soviética (para la Crisis de los misiles en Cuba puede verse la película Trece días de Roger Donaldson).

Tras este episodio John Kennedy comprendió lo cerca que las dos superpotencias habían estado de una guerra nuclear y si hacemos caso de sus palabras empezó cierta distensión.

«No un compromiso, sino una petición: que ambas partes inicien desde ahora la búsqueda de la paz antes de que las fuerzas tenebrosas de la destrucción desencadenadas por la ciencia arrastren a la humanidad a una autoaniquilación deliberada o accidental. Recomencemos, pues, de nuevo, y recordemos las dos partes que un comportamiento civilizado no es un signo de debilidad y que la sinceridad debe ser siempre demostrada con los hechos. Nunca debemos negociar por temor, pero tampoco debemos temer la negociación. Que ambas partes consideren los problemas que las unen antes que profundizar en los problemas que las separan. Que ambas partes formulen serias y precisas propuestas para el control de armamentos y pongan el poder de destrucción bajo el control absoluto de todos los países. Que ambas partes busquen que la ciencia descubra los prodigios antes que los horrores: exploremos juntos las estrellas, conquistemos juntos los desiertos, combatamos juntos las enfermedades, escrutemos juntos la profundidad de los océanos, alentemos juntos las artes y el comercio».

Se puede mencionar también que Kennedy fue el que dio el impulso necesario a la competición espacial con la Unión Soviética. La carrera espacial, en principio por el bien de la ciencia bajo la divisa de Kennedy de La Nueva Frontera, formó parte también de la Guerra Fría.

Asesinato de John Fitzgerald Kennedy

El 22 de noviembre de 1963, John Kennedy, durante una visita a la ciudad tejana de Dallas, mientras circulaba su comitiva por la plaza Dealey, fue mortalmente herido al menos de dos disparos. La investigación de la policía de Dallas, aunque varios testigos mantuvieron que oyeron disparos y vieron humo tras un montículo cercano, sostuvo que los disparos se habían producido desde el edificio del Deposito de Libros. En este Deposito trabajaba Lee Harvey Oswald, el que presuntamente horas después mató a un policía cerca de su casa y luego se fue a ver una película al cine, lugar donde fue detenido. Oswald después de ser interrogado por el FBI (negando toda implicación) y mientras era trasladado fue asesinado ante las cámaras por Jack Ruby (dijo que quería vengar el asesinato de Kennedy), un administrador de un club nocturno con vinculaciones con el crimen organizado.

De Lee Harvey Oswald se dijo que era un activista pro castrista que había vivido en la Unión Soviética durante algún tiempo (de hecho ahí conoció a la que sería su mujer). Pero más allá de esto poco pudo aportar tanto la policía de Dallas, el FBI, y la Comisión Warren. Tampoco explicaron la facilidad con la que Oswald entró en la Unión Soviética y luego volvió a entrar en los Estados Unidos. La teoría de que detrás del magnicidio estaba Fidel Castro o los soviéticos no tenía consistencia y por eso no prosperó. De hecho John Kennedy desde la resolución de la Crisis de los misiles había logrado cierta distensión con la Unión Soviética y con Cuba (prueba de ello fue la instalación del famoso teléfono rojo que ponía en contacto la Casa Blanca con el Kremlin). Por lo que la versión oficial se quedaba en la teoría del lobo solitario aunque este, como comprobó el FBI, difícilmente podía haber efectuado en solitario -aún siendo un excelente tirador que no era el caso- tres o más disparos desde su posición y con un fusil de cerrojo anticuado.

Por lo tanto cuanto menos hubo un complot. Aquí no vamos a entrar en los detalles del magnicidio y de la teoría de la conspiración, que a lo largo del tiempo se ha convertido en un lugar común de la cultura americana contemporánea, pero dejaremos caer algunas posibilidades. Descartada la teoría del lobo solitario que estuviera motivado por razones propias o por encargo de Fidel Castro o los soviéticos, tenemos la posibilidad de un complot que llevaran a cavo los racistas del sur para dar un mensaje al estado por su legislación de derechos civiles. La aparición de Jack Rudy sellándole la boca a Oswald nos establece una conexión con la mafia perseguida contundentemente por Robert Kennedy. Pero quizá por lo que hemos visto hasta ahora cobre fuerza la relación entre la mafia y los anticastristas: tanto unos como otros perdieron importantes propiedades y negocios en Cuba tras la revolución y estaban desengañados con Kennedy. Por otro lado tenemos la teoría defendida por el periodista Thomas Buchanan que acusaba a la propia policía de Dallas de complicidad. Este periodista formuló la hipótesis de una intervención de los propietarios de pozos de petróleo tejanos porque Kennedy tenía la intención de revisarles los impuestos. Otro periodista, William Manchester, comprobó que varías personas que podían haber visto u oído algo fueron asesinadas o se negaban a hablar del asunto. Oliver Stone llevo al cine (JFK: Caso Abierto) las investigaciones de Jim Garrison, el fiscal del distrito de Nueva Orleans, que rebatió contundentemente la versión oficial de la Comisión Warren, empezando por la famosa bala mágica que impacto al menos siete veces. Jim Garrison no dudó en asegurar que Oswald había sido un cabeza de turco y que el asesinato de John Kennedy había sido un golpe de estado en el que podían estar implicados desde los anticastristas hasta elementos del complejo militar industrial (que denunciaba tiempo antes Eisenhower) como del propio gobierno, que de una u otra manera apuntaban a su sucesor, Lyndon B. Johnson. Más recientemente se especula con que John Kennedy quería que el estado emitiera su propia moneda para no depender de la Reserva Federal. En un episodio de la serie Expediente X el que asesinó a John Kennedy, Martin Luther King y Robert Kennedy fue el fumador.

Estados Unidos tras la muerte de John Kennedy y durante el gobierno de Lyndon B. Johnson entró a saco en la guerra del Vietnam llegando a desplegar en ese país hasta medio millón de soldados: el resultado fueron cientos de miles de muertes -más de 50.000 muertos norteamericanos-. Una trayectoria internacional de Estados Unidos bastante alejada de la que John Kennedy deseaba:

«No una paz norteamericana impuesta al mundo por las armas, no la paz de la tumba; la paz verdadera, esa forma de paz que hace que la vida en la tierra sea digna de ser vivida, esa clase de paz que consiente que los hombres y los pueblos se desarrollen, que esperen y que edifiquen una vida mejor para sus hijos; una paz no sólo para los americanos, si no para todos los hombres, una paz no sólo para nuestro tiempo, sino para todos los tiempos. Una paz mundial que llegue aparejada una tolerancia recíproca, igual que la paz de una comunidad no exige que el hombre ame a su vecino, si no que le considere como un semejante, con las mismas virtudes y defectos, y como tal pueda mirarle con benevolencia».

Anotaciones:

1. Dwight D. Eisenhower fue el comandante supremo de los aliados en el Frente Occidental en el territorio europeo durante la Segunda Guerra Mundial. Entre otras funciones hay que decir que fue el organizador del desembarco en el norte de África (1942) y en Normadia (1944).

2. Alemania tras la Segunda Guerra Mundial quedo ocupada por un lado por los ejércitos aliados (EEUU, Gran Bretaña y Francia) y por el otro URSS. La ciudad de Berlín -incrustada en la Alemania ocupada por los soviéticos- fue divida en cuatro sectores, los ocupados por los aliados occidentales que pasaron a denominarse Berlín Occidente y el sector soviético que correspondía a Berlin Oriental.

Documento relacionado: filmación de Zapruder

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 27 Noviembre 2013.