El juicio del Prestige

Tras once años del desastre del Prestige, la sociedad español conoce al fin el fallo del juicio que se ha alargado 9 largos meses. Ha supuesto el peor delito medioambiental en España, pero la sentencia no conforma a nadie: únicamente 3 asientos cubiertos en el banquillo de los acusados, y un solo condenado, el capitán Apostolos Mangouras, resumen un juicio que ha suscitado duras críticas.

En 2002 las costas gallegas sufrieron un terrible vertido debido al hundimiento del Prestige, cargado con 77.000 toneladas de petróleo. Supuso un duro golpe para la comunidad, pero la solidaridad de miles de voluntarios ayudó a restablecer una situación tan compleja.

Sin embargo, la única condena que se ha hecho efectiva ha sido la del capitán griego por un delito de desobediencia grave a las autoridades españolas (recordemos, este se había negado a remolcar el buque ya que consideraba que alejarlo no era la solución). Los otros dos acusados, el jefe de máquinas del buque, Nikolaos Argyropoulos, y el exdirector de la Marina Mercante, José Luis López-Sors, han quedado libres de toda culpa, e incluso han sido considerados víctimas del desastre.

Se salda por lo tanto con 9 meses de prisión del capitán y el pago de la restante tercera parte de las costas procesales. No obstante, los 4.000 millones de euros de gastos totales que cifró el fiscal en su momento permanecen en el aire; el Estado con esta sentencia ha quedado exonerado de toda culpa y responsabilidad penal o civil, lo que imposibilita cualquier indemnización. Además, la plataforma Nunca Máis reclama que lleguen las medidas preventivas que se habían prometido para evitar que un desastre de semejante envergadura se repita.

El fallo del jurado indigna a gran parte de la sociedad debido a que los verdaderos responsables de la catástrofe han quedado impunes. Únicamente Mangouras, cabeza de turco del desastre, ha sufrido las consecuencias de un hundimiento que extendió el petróleo por las costas gallegas y cuyos efectos perduran todavía en las aguas del noroeste.

Por otro lado, se ha determinado que la causa exacta del accidente es imposible conocerla a ciencia cierta, ya que se achaca a la antigüedad del buque el fallo estructural que sufrió. Además, el Gobierno de Aznar se beneficia de este veredicto al considerarse que aunque sus decisiones no fueron las adecuadas, no fueron determinantes para la catástrofe medioambiental. Sin embargo, diversos sectores como la nombrada plataforma Nunca Mais y asociaciones de pescadores o mariscadores, así como expertos en el tema, aseguran que la decisión de alejar el buque de la costa perjudicó gravemente la situación, ya que se propagó el vertido.

Todo esto hace replantearse a gran parte de la sociedad el significado de la justicia española, ya que los famosos hilillos de plastilina de Rajoy provocaron un desastre que es muy difícil de olvidar en Galicia. La sentencia de todos modos es susceptible de apelación, aunque probablemente los hechos no cambien demasiado. Lo que se reclama desde muchos sectores es un juicio diferente, donde “los acusados sean los verdaderos responsables”.

Redacción. España. El Inconformista Digital.-

Incorporación – Redacción. Barcelona, 14 Noviembre 2013.