Rabat, el Rey de Marruecos, el Rey de España, grandes empresarios de ambos países y un mismo escenario.
El pasado 15 de julio, nuestro monarca cruzó el estrecho que nos separa para reunirse en Rabat con Mohammed VI, rey de Marruecos, seguido de un séquito de grandes empresarios de España y tres ministros del área de economía. Hasta aquí, los protagonistas de esta historia.
La llegada de D. Juan Carlos supuso un acontecimiento en el reino marroquí, con un cartel de bienvenida tanto en español como en árabe para así, fomentar las relaciones y el idioma entre los dos países. Una pena que estadísticamente hablando prefieran los marroquíes hablar en inglés antes que en español y tener el francés como segundo idioma. Como me comentaron en Tetuán, el 70% de los franceses conoce Marruecos; sin embargo, el 70 % de españoles, desconoce el país, con tan sólo 14 Km de distancia de estrecho que separa España de Marruecos. A partir de ahora se abre el telón y comienza la función.
El argumento de esta especie de teatro parece que se repite año tras año. Economía, inversión y educación son los temas que más se suelen tratar, pero ahí quedan aquellos tabúes que deteriorarían y quebrarían el diálogo entre ambos monarcas.
D. Juan Carlos, como representante supremo, ha servido como símbolo mediador entre los dos países para lograr así, una mayor relación entre sus empresas; mientras que las empresas francesas que ocupan la bolsa (CAC 40) tienen prácticamente todos, negocios en Marruecos; las empresas del IBEX 35 español apenas tienen presencia en este país en cuanto al índice bursátil; sin embargo, 20.000 son las empresas españolas, aproximadamente, que están instaladas en Marruecos. Ya mismo veremos fotografías de nuestro Rey y el de Marruecos en las futuras empresas españolas porque, como hay que recordar, es obligatorio que en cada negocio marroquí haya una foto de Mohammed VI o de él con su familia.
Según el Instituto Nacional de Estadística, se ha triplicado el número de emigrantes españoles en Marruecos por motivos laborales. Por otro lado, 230.000 siguen siendo los inmigrantes marroquíes en España, beneficiándose, aun así, muchos de ellos de la doble nacionalidad. Al pedir mano de obra cualificada creen que es mejor venirse a Marruecos, pero es una realidad aparente. Prácticamente todos los casos que he conocido han aterrizado en Marruecos porque en España no hay nada. Desde arquitectos y chefs de alto standing (hablo de “alto standing” cobrando como mucho 2.000 euros) hasta albañiles que no van a tratarles diferentes por ser españoles. Mano de obra barata mísera viviendo en barrios, casas… que no son muy de agradecer. Gente distinta, costumbres totalmente diferentes… ¿adaptación exprés? Cuánto me sigue recordando a mis abuelos emigrantes a Alemania que se fueron allí a trabajar a una fábrica sin saber el idioma, con una mano delante y otra detrás. ¿Tanto hemos retrocedido en el tiempo para que ya nos conformemos con tener un trabajo de albañil en Marruecos sin Seguridad Social?
Después del soliloquio propio de una tragicomedia, hay que destacar que nuestro monarca animó a Mohammed VI a seguir con las reformas proyectadas desde el año 2011, año clave por la Primavera Árabe, con numerosas protestas que menguaron en muy poco tiempo. Cierto es que a todo marroquí que preguntes, ninguno debería hablar mal ya que el rey alauí es venerado o mejor dicho, tiene que ser venerado, por todos. Casi todas las ciudades marroquíes están levantadas en obras, numerosas reformas en todas las áreas y lo que más destacan es que Marruecos ahora, es mucho más moderno y liberal. Eso sí, quién hable mal o critique al Rey, la cárcel, lo más seguro, es lo que le espera. Luego, añaden siempre una comparación con su padre Hassan II: “ese sí era malo, esa sí era una dictadura” Conviene recordar que el Rey actual posee el poder de designar los ministros, los administradores de distintas áreas del gobierno… y como rezaba una pancarta del Movimiento 20-F que se dio en varias ciudades marroquíes en el auge de la Primavera árabe: “el rey debe reinar y no gobernar” o “menos poder para la monarquía”.
Tres días intensos de reuniones con los temas que he citado antes; sin embargo, me faltaron algunos, como el conflicto saharaui en el que Margallo se mantiene en su discurso de hace años, dejando todo a la ONU; pero claro está, Mohammed VI ignora y no acepta las resoluciones dictadas por la ONU sobre este tema así que mejor no se habla, que se arreglen ellos. Nosotros venimos solo a por el dinero y los derechos humanos para las Naciones Unidas, que para eso están. Según Margallo la vía por la que ha optado Marruecos es la “buena” y no la “mala” como la de Egipto o Túnez. Claro, calladitos todos están mejor.
Por último, todavía no se han delimitado aguas territoriales, siendo aún conflictivas la zona entre Canarias y Marruecos. ¿Y de las fronteras de Ceuta y Melilla que son las más transitadas en toda África? ¿Para qué vamos a hablar de ese tema? Eso sí, el Rey como mediador ha logrado que extraditen a España por enfermedad, aún no se sabe si permanecerá en la cárcel aquí en España o saldrá en libertad, a un camionero detenido en Marruecos por llevar más de 8.000 kilos de hachís.
Si se logra hacer el proyecto de un tren submarino en el Estrecho de Gibraltar, similar al Eurostar, ya conseguirán esa relación que tanto desea España con Marruecos y viceversa, porque todo se basa en reducir el Estrecho, unir lazos y estrechar coronas.
Isaac Jiménez Martín. Tetuán, Marruecos.
Colaborador, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 22 Julio 2013.
Artículos relacionados en: Magreb, ese gran desconocido y Revueltas en el Mundo Árabe