La estafa de las preferentes – por Isaac Jiménez

Preferentes, prima de riesgo, deuda, déficit… cuántos vocablos juntos y tan familiares. Día a día, los medios de comunicación nos consideran unos entendidos de estos términos económicos. “La prima de riesgo ha bajado” y concluyen afirmando que la mejora del país se va notando. O ¿por qué dicen que en un mismo mes hay cuatro millones de parados y luego sacan otra encuesta que dice que hay seis millones? Ni los del Gobierno se ponen de acuerdo para mentirnos.

Nos encontramos ante la misma situación en la que conoces en un evento familiar a tu primo segundo que estudia lo mismo que tú y ni siquiera te acordabas de su nombre. La gente sabe que existen estos términos, los aceptan y asienten; e, incluso, afirman saber las consecuencias o la procedencia. Luego llega la temida pregunta de: ¿qué es?, ¿qué significa preferente? Y ahí, se hizo el silencio.

Para todos aquellos que desconocen lo que significan las participaciones preferentes o no hayan seguido las explicaciones vespertinas del economista Gay de Liébana o del campechano Revilla, éstas son unas emisiones de deuda sin un plazo que está definido, es decir, un bono infinito en un banco que según los resultados que vaya dando, se va pagando. Por supuesto, no tienen una rentabilidad fija, ni es ningún tipo de depósito; por lo que, en caso de quiebra, no está asegurado en ningún momento que se les devuelva el dinero.

Durante estas semanas las noticias han ido fluyendo de un lado a otro. Desde una condena a Bankia por cambiar con “mala fe” preferentes por acciones, otra en la que Anticorrupción no ve delito en la venta de preferentes de Bankia; hasta el voto a favor y en contra en menos de 24 horas, de eliminar las quitas a las preferentes.

En mi habitual recorrido en autobús que me deja en Alcalá 1 que, para quién no lo conozca, se encuentra una de las sedes de Bankia, me he encontrado con decenas de pensionistas manifestándose; y, sobre todo, hablando con los policías y guardias que compartían con ellos su rabia. Lo que más me llamó la atención, aun así, fue la oficina que linda con Bankia que pertenece a la Consejería de Economía y Hacienda en el que hay colgado con celo un cartel grande que pone: “Nosotros NO somos Bankia”.

El problema de todo esto fue que aquellos vecinos, la mayoría pensionistas con todo su dinero ahorrado a lo largo de sus vidas, fueron un día a su sucursal más cercana y el empleado de confianza les recomendó a esa pareja de pensionistas invertir en una cosa que se llamaban preferentes; y por supuesto, ese dinero estaría seguro. Siempre que quisieran, lo podrían recuperar y lo único que daría serían beneficios. ¿Cómo no iban a fiarse éstos señores en su hombre de confianza que manejaba su dinero desde hace varios años?

No pecamos de ignorancia sino de confianza. Traición puede ser una de las palabras, aunque estaría bien remitirnos a nuestro Código Penal:

Art. 248 C.P: Cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno.

Los que con ánimo de lucro; es decir, con ánimo de tener más, de apropiarse de más, haya causado que el perjudicado haya caído, mediante su ignorancia y desconocimiento, en realizar un acto que le pueda causar algún tipo de daño y perjuicio a su persona. Que cada cual haga su interpretación.

Antes de empezar con los casos concretos, me gustaría ofrecer unos datos globales.

La Comisión Nacional de Mercado de Valores va a expedientar a nueve entidades financieras por la venta de participaciones preferentes y deuda subordinada. No se ha hecho pública la lista completa, pero algunas de las entidades sancionadas aparecen en los párrafos siguientes.

La cifra de afectados por esta estafa se puede elevar, según el Gobierno, a 300.000 particulares.

Lo importante de todo esto es que desde hace unos días, la Junta Nacional Arbitral de Consumo ya va dictando laudos favorables a los clientes de Bankia, devolviéndole el dinero a los afectados por las preferentes. Un proceso de arbitraje que se cerrará a final de este mes. Toda la información en la web de Bankia. Ahora sí.

No obstante hay que advertir que desde las Plataformas, despachos de abogados… se recomienda no firmar la solicitud de arbitraje sin antes haber contactado con un letrado. En estos últimos días, Bankia está realizando una campaña telefónica a los afectados, comunicándoles que pueden firmar una solicitud de arbitraje pero, no les informan de que pueden ver perjudicados sus derechos. No aprenden.

También está el hecho de que las nuevas acciones de Bankia cotizan en Bolsa desde del 28 de mayo. La intención es clara. Se compran acciones cuando valen muy poco y a partir de ahí, a esperar a otro “rescate”, “intervención”, “inyección” y así, subir las mismas. ¿Todo pactado?

Bankia no es el único. Otro caso es el de Novagalicia Banco que debe devolver 350.000 euros de unas preferentes a la viuda de un constructor que no le fue informada del riesgo de la operación y ella no quería depositar ese dinero.

De Madrid a Galicia y ahora, a Valencia. El Juzgado de Primera Instancia de Valencia ha condenado a Bankia a devolver los 18.000 euros que invirtieron en preferentes los clientes, en el que consta que no informaron a sus clientes de los riesgos que conllevaban el producto.

Y ya por último, nos vamos a Barcelona. Se ha dictado la primera sentencia contra Catalunya Banc y les obliga a devolver 30.000 euros a un matrimonio que, nuevamente coincidiendo con el resto de los casos, les habían informado que se garantizaba al cien por cien la devolución de ese dinero invertido y no les advirtieron que podían llegar a perderlo.

A partir de estas sentencias favorables se aprecia la esperanza en el horizonte. Una esperanza a largo plazo. Una esperanza de justicia.

Isaac Jiménez Martín. Madrid.
Colaborador, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 10 Junio 2013.