Según el artículo 47 de la Constitución Española: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho…”
Tras leer estas palabras redactadas en nuestro “libro de la Democracia”, ¿qué es lo que no corresponde a esa realidad? Vamos a leer algunos titulares de estos últimos días:
“Los vecinos de A Coruña hacen guardia para que una anciana no sea desalojada por no pagar un recibo”. “Un jardinero se encadena a una sucursal bancaria para evitar su desahucio”. Y así, una lista interminable…
Cada día de esta democrática España escuchamos noticias de temas relacionados con los desahucios. Lo peor de todo son sus consecuencias: personas que deciden irse de este mundo debido a que le van a quitar su bien más sagrado, su casa. Una casa que han ganado con el sudor de su alma y que ahora se la arrebatan. Una democracia que arrebata el principio de dignidad. Además, para más inri, el número de desahucios está incrementandose de una forma alarmante.
Recomendaciones a que esas personas se vayan a una residencia, a que acudan a casa de algún familiar como única solución… Individuos que pronuncian esas palabras y que deberían reflexionar y cuestionar su nivel de humanidad.
No obstante y ante todos estos problemas, el Gobierno ha actuado. Todos los grupos parlamentarios han aprobado a trámite la iniciativa parlamentaria popular de la “Plataforma Stop Desahucios”. Un paso de gigantes será que se apruebe definitivamente.
La dación en pago con carácter retroactivo es lo aprobado a trámite. Recordemos que en la actualidad, si te desahucian la casa por impago, tu casa queda embargada; además, debes seguir pagando la hipoteca por una casa que no es tuya, es del banco. Con esta propuesta, si te embargan la casa, la deuda hipotecaria queda totalmente saldada. El carácter retroactivo es uno de los problemas que plantean alguno de los portavoces parlamentarios, como es el caso de Gorriarán, portavoz de UPyD: “La dación en pago es un instrumento legítimo y que se debe incluir en las leyes, pero no para resolver el problema a quienes ya han sido desahuciados sino para prevenir futuros casos como los que se están produciendo” En resumidas cuentas, se trataría de una “medida equivocada” y un “incentivo al impago”, según el portavoz de UPyD. Para este partido tan populista no todo es color de rosa. Habrá que cambiarles el color.
Figuras como las de Ada Colau, activista y portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, pone la voz de los afectados. El periodista Carlos Herrera dijo estas palabras sobre ella cuando ésta intervino en el Congreso: “Esta tal Ada Colau, que llamó criminal a uno de la banca y quería tirarle un zapato en una intervención parlamentaria, está aún minuto de ser la versión femenina de Willy Toledo. Los que quieren verse representados en buena voluntad, sensatamente y razonablemente, que no se dejen llevar por estos energúmenos, estos tíos vocingleros y poco más. Menos turba y más reflexión”.
Vaya, Señor Herrera, parece que han reflexionado y han hecho caso a estos “energúmenos”. Paradójico, ¿verdad? Gritó, sí, pero alguien tenía que actuar para que se le escuchara y se le escuchara de verdad. Hay que tener en cuenta que los diputados van a estar muy ocupados echándose la siesta o jugando al “Apalabrados” con sus nuevos “Ipads” y de alguna manera, Señor Herrera, hay que llamar la atención.
No quiero dejar atrás tampoco la labor de los ciudadanos ante este problema social. Barreras humanas impidiendo que desalojen al vecino que ha convivido con él. Es sumamente triste, si lo pensamos, el hecho de guardar o dejar tus fotografías, tus muebles… en definitiva, tu vida, ahí, a merced de la banca. Cuánto me recuerda esto a otros siglos de nuestra historia escrita…
La cuestión es que todos nosotros, los ciudadanos, estamos concienciados, o eso espero y creo, de lo que acontece actualmente en nuestro país e intentamos impedir por todos los medios que se cumplan estas injusticias. Además, es de destacar el gesto que hicieron los bomberos de A Coruña, hace unos días, al no querer desalojar a la anciana que iba a ser desahuciada y mostrando una pancarta en la que rezaba: “Rescatamos a las personas. No a los bancos”. Parece que aún existe la humanidad.
Cuando al rico le roba al pobre se llama negocio. Cuando el pobre pelea por recuperarlo, se llama violencia.
Según el Instituto Nacional de Estadística, en 2002 se contabilizaron en nuestro país en torno a 3,1 millones de casas vacías. Una década después, aún pendiente de la finalización del censo, se espera que la nueva cifra sea de entre 5 y 6 millones de casas vacías, es decir, un 20 % del total de viviendas en España.
El otro día, sin ir más lejos, en mi transcurso cotidiano en el autobús por el centro de Madrid, decidí ir contando los edificios que estaban cerrados y sin ser ocupados, ¿más de diez? Me quedo corto.
Por favor, pidamos que no se hagan más edificios para que estén vacíos. Pidamos que las casas no se queden sin sus antiguos habitantes porque les tengan que echar a patadas gracias a una pésima y pasada gestión bancaria, entre otras cosas.
– Si nos quitan la casa, no nos queda nada.
– ¡Falso! Os queda la hipoteca.
No queremos casas sin gente. Queremos a la gente en sus casas.
Isaac Jiménez Martín. Madrid.
Colaboración. El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 5 Marzo 2013.