Requiem por el milagro español – por Inés Núñez García

El gobierno está preparado para pedir el rescate a la UE ante los 45 millones de espectadores que asistimos en primera fila a la función.

¿Cómo se ha llegado a esto? Todavía recuerdo al Sr. Abadía de plató en plató relatando el comienzo de la crisis, como si de una parodia se tratara. También a la plana mayor de la banca reiterando afirmaciones como que los activos de sus entidades estaban limpios y sus cuentas saneadas. Parecía que España asistiría a la situación como mera espectadora y no como protagonista. ¿Hemos vivido un sueño? Está claro que sí.

Nuestra estructura económica descansa sobre cuatro patas: Sector exterior – Construcción – Demanda interna – Turismo. De éstas, las tres últimas están en crisis y la primera no es capaz de compensar la crítica situación de las demás. Con un motor al 30% de su capacidad está claro que no podemos funcionar y por tanto, se demuestra que nuestro modelo no sólo no ha funcionado, sino que si no se plantea un cambio, el panorama no mejorará ni en el largo plazo.

¿Se trata de que las agencias de calificación son malas y nos tienen manía? ¿Nuestros socios europeos realmente nos ignoran? ¿No será que nadie nos cree? Si lo analizamos un poco no es tan descabellado pensarlo: recapitalizaciones irrisorias, niveles de paro desorbitados, decisiones aplicadas ahora que mañana no tienen validez…

¿Por qué no se ha pedido la ayuda hasta ahora? Muy simple: necesitamos los apoyos de nuestros socios, pero ¿Hasta qué punto están dispuestos a asumir todos nuestros excesos? Como siempre volvemos a la fábula de la hormiga y la cigarra, pero claro, ¿Cuándo nos acordamos de ella? Cuando ya no hay nada que hacer y todos respondemos a las mismas cuestiones ¿Y si…?

Para hacernos una idea, en 4 años en España se ha pasado de una tasa de desempleo del 9% al 25% mientras que Alemania la ha bajado del 9% al 6,5%. La deuda externa representa el 90% del PIB y la guinda del pastel la representan nuestros bancos, que en conjunto han pedido el 31% de todo el dinero que el sistema financiero europeo debe al BCE.

Hemos despertado de nuestro sueño de manera brusca. Hemos pasado de un modelo de crecimiento estudiado por universidades, a un empobrecimiento acompañado de deudas muy superiores a lo que podemos afrontar. En otras palabras, será muy difícil que el país pueda generar en el futuro la riqueza necesaria para pagar a los acreedores que nos reclaman desde hace ya tiempo.

Con esta situación todavía me rio cuando leo que Cristiano está triste.

Inés Núñez García. Madrid.

Cartas de los lectores. El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 5 Octubre 2012.

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