Si Cataluña no fuera España, ¿Cómo cambiaría la tele? – por Carlos Torres

( Nota: En el presente artículo no se habla de sentimientos, ni de derechos, ni de historia, y por supuesto, ninguna referencia a personas o ideologías. Aquí sólo haremos un somero análisis sobre las posibles consecuencias para la industria audiovisual española y catalana en el supuesto de que pertenecieran a países distintos.)

Para comenzar dos consideraciones, en el panorama internacional cadenas como AXN, Disney Channel, MTV, Paramount o Discovery, no entienden de fronteras y sólo aspiran a conquistar a la audiencia de todo el planeta. Por otra parte la situación actual entre España y Cataluña es de dependencia audiovisual mutua. Un número importante de productoras catalanas ( algo que no ocurre con empresas de otras zonas), triunfan entre la audiencia española, lo que las convierte en dependientes de ésta. De igual manera programas producidos en Madrid, Guipúzcoa o Sevilla necesitan del público catalán para afianzar o mejorar sus datos de audiencia. Si el presente equilibrio se rompiera por un motivo ajeno a la propia industria, provocaría cambios en todo el sector.

Una de las primeras consecuencias sería la posible desaparición de dos programas representativos de nuestra tele como son “Saber y ganar” y “Redes”, ambos producidos en Sant Cugat. ¿Quién tendría más derecho sobre ellos, el Centro de Producción o la RTVE como empresa productora? Ante una situación de ruptura lo más probable es que esos programas desaparecieran tanto de la televisión catalana, como de la española, con lo cual los espectadores resultarían perjudicados, en concreto y según datos de audiencia del día 13 de septiembre de 2012, los que no podrían ver “Saber y ganar” estarían en torno a 1.163.000.

El fútbol sería, sin duda, un tema espinoso dentro de esta teórica independencia audiovisual sobre la que estamos elucubrando. La solución aportada por el Presidente del Barça que equipara a Cataluña con Mónaco no la consideramos acertada, pues no admite comparación una simple ciudad turística, con el potencial social y deportivo catalán.

La teórica independencia plantearía un grave problema de derechos de emisión de la liga española. Los acuerdos alcanzados este mismo verano tras la llamada “Tercera guerra del fútbol” han afianzado aún más los lazos indivisibles que existían entre el Real Madrid y el FC Barcelona según podemos observar en lo publicado por Europapress. El acuerdo entre Mediapro, empresa radicada en Barcelona, y Canal+, con sede en Madrid, garantiza la emisión de fútbol durante tres temporadas. A priori la ventaja es para Canal+, pero la fuerza de Mediapro se mantiene intacta pues tiene contratos en exclusividad con Real Madrid y FC Barcelona, en vigor hasta el año 2020. No hace falta ser un experto en televisión, o en fútbol, para saber que si la liga no contara con la presencia de uno de los dos clubes, estaría abocada a un fracaso absoluto en televisión, tanto en audiencia, como en recaudación a través de los canales de pago ( Gol T –Mediapro- y Canal Plus Liga – Canal+). Por tanto, si la división estatal se llevara a cabo, supondría la ruina para ambas empresas que se han enfrentado hasta más allá de sus posibilidades económicas.

En cuanto a lo que es el tejido industrial propiamente dicho, compuesto por las empresas de producción de contenidos, alquiler de equipos y servicios, platós… Los efectos de la posible independencia tendrían diferentes consecuencias según hablemos de grandes productoras o de pequeñas y medianas. En cuanto a las primeras, tres de las más importantes nacieron y tienen su sede en Cataluña: la anteriormente mencionada Mediapro, especializada en cine ( “Vicky, Cristina Barcelona”, “Amador”…) y gestión de derechos deportivos; Gestmusic, especialista en programas de entretenimiento ( “Atrapa un millón”, “Tu cara me suena”, “Operación Triunfo”…); Diagonal TV, experta en series de ficción ( “Amar en tiempos revueltos”, “Bandolera”, “Isabel”…). Éstas tres grandes productoras catalanas tienen entre sus inversores a grupos nacionales e internacionales, así Mediapro, a través de La Sexta, está íntimamente relacionada con Globomedia (España), Televisa (México), WPP (Reino Unido), a los que se ha sumado Antena 3 (España). Las otras dos grandes, Gestmusic y Diagonal TV, pertenecen al Grupo Endemol (Holanda), que es propiedad de Mediaset (Italia) tras comprar acciones de Telefónica (España). Dentro de este puzle internacional la movilidad de las grandes productoras catalanas sería muy limitada en caso de independencia, pues todos los grupos de comunicación mencionados son propietarios a su vez de otras productoras con sede en Madrid y seguramente no querrían entrar en conflictos territoriales, lo que provocaría una redistribución de los programas a producir.

La situación para pequeñas y medianas productoras sería más complicada. Hay empresas catalanas que mantienen estrechas relaciones con otras de Madrid, como es el caso de los socios de Veranda TV o de Minoría Absoluta ( “Polonia”, “Cracovia”…) relacionadas directa o indirectamente desde hace años con Boomerang TV ( “El Diario de Patricia”, “La voz”…), por lo que podrían sortear sin problemas las fronteras audiovisuales. Sin embargo, la mayoría de productoras lo tendrían más complicado, o por lo menos, más costoso. Es llamativo el caso de El Terrat, una productora netamente catalana que consigue muy buenos resultados en español ( “Salvados”, “Alaska y Mario”…), de producirse una división territorial tendrían que elegir a qué país dirigir sus producciones, o bien duplicar los costes de producción para llegar a todos.

Lo que es innegable es que con una hipotética división geográfica, las productoras españolas perderían alrededor del 16% de audiencia potencial ( 7’5 mll. hb. en Cataluña), pero las productoras catalanas perderían aproximadamente un 84% ( 39,7 mll. hb. España sin Cataluña), eso sin contar que, a pesar del predominio de la CCMA en Cataluña y sus distintos canales, más de un 40% de la audiencia ve programas en español ( según datos del 13-09-2012 sobre 9 canales generalistas).

En un mundo dominado por los mercados y las multinacionales, poco o nada escapa a su control. La televisión representa como nadie a esos mercaderes y aunque en ocasiones parezcan tenderos de mercadillo, bajo ningún concepto querrán perder ni ingresos, ni cuotas de poder. Ese es el principal razonamiento que hemos utilizado para elaborar éste artículo. Las conclusiones finales corresponden a cada uno.

Carlos Torres Montañés. Madrid.
Colaborador, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 23 Septiembre 2012.