En estos momentos a nadie se le escapa que el sistema político y económico del mundo occidental, tal como está montado en la actualidad, es incapaz de resolver todos los problemas que la crisis está produciendo. No es una crisis económica, sino más bien una crisis de todo un sistema que durante décadas se ha aguantado gracias a la complicidad de las dos grandes fuerzas políticas que lo han dirigido.
Así en el caso europeo los conservadores (“La Unión Demócrata Cristiana” (CDU) en Alemania; “Partido Conservador” en el Reino Unido; “Partido Social Demócrata” en Portugal; “Partido Popular” en España; “Convergència i Unió” en Catalunya, entre otros, reunidos muchos de ellos en el “Partido Popular Europeo”) y los socialdemócratas, socialistas o laboristas como suelen denominarse (“Partido Socialdemócrata” (SPD) en Alemania; “Partido Laborista” en Reino Unido; “Partido Socialista” en Portugal; “Partido Socialista Obrero Español”; “Partit dels Socialistes” en Catalunya, entre otros, reunidos en un número significativo en la “Internacional Socialista”) son los que se han ido alternando en la labor del gobierno en sus respectivos países. Además dichos partidos se han apoyado y cuando se necesitaban para gobernar no han dudado en hacerlo (véase el caso más reciente en el País Vasco donde los socialistas pudieron gobernar gracias al apoyo de los populares)
Este hecho me recuerda tremendamente a la época de la restauración borbónica en España en la segunda mitad del siglo XIX cuando se iban alternando sucesivamente en el gobierno el “Partido Conservador” y el “Partido Liberal” para que todo siguiera igual y no perjudicara los intereses de las oligarquías del país. Lo mismo ocurre ahora pero con la diferencia de que ahora disponemos de sufragio universal. Los dos grandes partidos se van alternando y aprovechándose de los beneficios que da el ejercicio del poder, pues, no nos engañemos, en el caso de España muchos de sus políticos han visto que “trabajar” en la política les da mucho más beneficios económicos que con otra actividad. Corruptelas las hay, pero también hay que ser sensatos y no meter en el mismo saco a todos los hombres que se dedican a la política, pues políticos honrados también existen.
El sistema tal como está diseñado está fracasando. Simplemente por que es un sistema totalmente injusto. Una minoría de la población mundial “disfruta” de unos privilegios que la inmensa mayoría de la población humana no podrá acceder nunca y encima los avances conseguidos durante años de luchas y sufrimientos por la población trabajadora que componen ese club de países privilegiados se van recortando y eliminando.
Como historiadores sabemos que la humanidad ha ido cambiando y adaptándose a sistemas más propicios. Sistemas como el Antiguo Régimen que parecían sólidos e inquebrantables fueron sustituidos por otros más justos. Lo mismo sucederá con el que conocemos. El ser humano tiende a la perfección y será capaz de evolucionar y encontrar un sistema económico-político más justo y acorde en el cual no sea excluido ninguno. Ya ha habido en el pasado intentos de crear nuevos sistemas, como las dictaduras comunistas y todos sabemos lo injusto que eran para la población por eso de su fracaso.
En el caso de España, debemos recordar que era un estado sin tradición democrática y que hizo una transición de un sistema dictatorial a uno, supuestamente democrático, sin juzgar ni castigar a los responsables de la dictadura. Quedaron impunes los crímenes y el golpe de estado que derribó, tras una cruenta guerra civil, al régimen legal republicano, fue legitimado. Esta situación tan peculiar española provocó entre otras consecuencias que muchos de los franquistas no renegaran de aquella época oscura de nuestra historia y no solo eso, que los mismos se siguieran sintiendo orgullosos de aquella y del autodenominado “Alzamiento Nacional”. Todo ello y bajo la complicidad de los socialistas españoles: se desmontó un sistema para montar el actual y así también poder saborear los placeres del poder por parte de un sector que hasta entonces estaba excluido pero a cambio teniendo que renunciar a sus principios republicanos, pero todo sea por el poder. Se creían todos impunes, pues lo controlan, o controlaban todo. Hay sufragio universal pero interesa un pueblo que no piense y esté distraído con cosas banales para poderlo controlar. Me viene a la memoria por ejemplo como el PSOE en el poder con Felipe González manipuló a gran parte de la población con el referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN creando fantasmas y miedos.
Pero estas dos fuerzas políticas homogéneas y destacadas en los países del primer mundo, realmente están bajo el control de otros sectores que ni siquiera se presentan a las elecciones. Las que deciden quien debe vivir y quien morir.
Alberto Maestre Fuentes. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción, Barcelona, 24 Agosto 2012.