El ministro de industria, energía y turismo, José Manuel Soria casi como que dijo a esos mineros que caminaron cerca de 500 kilómetros que su marcha había sido en vano ya que no se cambiaría la decisión de recortar en un 65% unas subvenciones que ya se habían firmado el pasado año.
Ese anuncio llegó el mismo día en que Mariano Rajoy, presidente del gobierno español anunció esos famosos recortes que han movilizado a todos los sectores sociales, incluso a algunos policías a los que tanto se criticó por ir contra los protestantes. El tema es que esa negativa de Soria no ha frenado las ganas de los mineros por continuar su lucha, sólo que las protestas generalizadas los ha hecho más silenciosos. “Tenemos que seguir hasta el final, no tenemos otra solución”, comentaban varios mineros en Madrid el pasado 11 de julio. De hecho, hay padres de familia, mineros, que siguen encerrados en el ‘Pozu’ Candín, día tras día, en una dura tarea, a sabiendas de que el gobierno de Madrid no hace amagos por dialogar. – seguir leyendo
– Vengo de la Cuenca Minera Asturiana – por Bárbara Bécares
Los mineros son un colectivo caracterizado por luchador. Estas protestas comenzaron a finales de mayo tras anunciarse un recorte que consideran injusto y que dejaría a muchas familias sin ingresos no son las primeras de la historia de la minería. En los últimos años, como cada vez hay menos mineros y más prejubilados, las cuencas estaban más calladas, pero los habitantes de estas regiones no olvidan los continuos parones que los trabajadores del carbón provocaban cada vez que veían sus derechos pisoteados. A veces conseguían ser escuchados. Muchas otras veces no.
Esta vez no se sabe cómo acabará, por ahora los vecinos de las comarcas mineras no han sufrido grandes cortes en sus carreteras desde el pasado día 11 ya que los mineros se han unido a otras grandes protestas que movilizan el país los últimos días.
Pero hubo otras grandes movilizaciones en la historia, y también otras pequeñas. Entre las grandes, de entre las más destacadas fue ‘la huelgona’ que empezó con 25 picadores del ‘Pozu’ Nicolasa, en la cuenca minera del Caudal, y que terminó uniendo a 20.000 trabajadores mineros de toda Asturias en el año 1962, en plena dictadura franquista cuando las manifestaciones podían tener peores consecuencias para los protestantes. Lógicamente fueron reprimidos por las fuerzas de seguridad del régimen, pero consiguieron más de lo que lograron esta vez: que el ministro secretario general del movimiento, José Solís Ruiz, fuera a negociar con los trabajadores, y que subieran el precio de cada tonelada de carbón para su venta, además de acordar sacar a los encarcelados y acabar los despidos. En esa misma mina, ya que estamos recordando, 14 mineros perdieron la vida por una explosión de grisú en 1995.
Otra huelga destacada de la historia minera tuvo lugar en el año 1958 cuando comenzaron a despedirse a trabajadores del ‘Pozu’ María Luisa, en Langreo y, nuevamente, la solidaridad minera unió en aquel momento a 15.000 trabajadores de diferentes pozos de Asturias que se paralizaron en apoyo de sus compañeros. Esta protesta tuvo como resultado, además de las detenciones y ataques por parte de las fuerzas del movimiento, consideradas como especialmente represivas porque el gobierno de la dictadura sabía lo peligroso que podría ser para la estabilidad del norte del país las protestas mineras, la creación de la primera Comisión Obrera en el ‘Pozu’ La Camocha de Gijón, una forma de autoorganización obrera que se fue extendiendo al resto de España en los años posteriores, tanto es así que el sindicato actual CCOO toma como punto de inicio de su historia estas organizaciones surgidas casi de manera esporádica. Algunos de los detenidos fueron trasladados a la Prisión Provincial de Madrid, conocida como la «Cárcel de Carabanchel» donde se les encerró en la galería que estaba aislada del resto de la prisión y destinada a militantes comunistas y condenados a la pena de muerte.
Y cómo olvidar una de las más conocidas. Fue la huelga del año 1934, en plena II República Española. No sólo surgió de Asturias, donde llegó a proclamarse una República Socialista Asturiana, también en el País Vasco y en Cataluña y acabó arrastrándose por otras muchas regiones de España y supuso una gran crisis para el gobierno central. Pero volviendo a los mineros, de acuerdo con los historiadores, este gremio estaba muy bien organizado además de que, por su trabajo, disponía de dinamita y armas. Asturias acabo en pocos días en manos de los mineros que atacaban ayuntamientos, cuarteles de la Guardia Civil e iglesias y que se hicieron con importantes activos como las fábricas de armas. En 10 días se consiguió la creación de un ejército de 30.000 trabajadores. Todo esto fue la llamada ‘Revolución de Octubre’.
En la actualidad, son otros tiempos afortunadamente. Los mineros no están en una situación tan desesperada como podían estarlo en años franquistas o a comienzos de este siglo XX, pero el espíritu revolucionario se mantiene. No son terroristas, como muchos medios y políticos los quieren presentar. Si fueran terroristas no recibirían el apoyo de sus vecinos o de los representantes del Partido Popular de los concejos mineros, como está sucediendo. Sólo son trabajadores que defienden sus derechos y que piden al gobierno central que cumplan un plan ya firmado hace un año entre sindicatos y Unión Europea.
Sin embargo, aunque sean tiempo mejores, siguen siendo difíciles. Muchos de los mineros quedarían en la calle a causa de esos recortes a sabiendas de lo difícil que es encontrar un trabajo en regiones como Asturias y mucho más ahora con la crisis económica. Son padres o madres de familia que quieren mantener a sus hijos sin necesidad de tener que emigrar y que no quieren pasar a engrosar esas crecientes listas del paro y tener que malvivir de ahorros o de las ayudas que sus familias les puedan dar. Por ello, parece que “no queda otra solución” que la lucha.
Redacción. España. El Inconformista Digital.-
Incorporación – Redacción. Barcelona, 21 Julio 2012.