Lo triste y lo groucho – por Juan Miguel de Mora

Uno de esos pensadores anónimos que, sin fama ni reconocimiento, tienen talento y sentido común dijo que lo malo que tiene la vida es vivirla. Y amplió que es difícil vivir debido a nuestra especie, cultivadora perenne del odio, el rencor, la vileza y otras lamentables características nuestras que, salvo la envidia, no sufren otras especies del reino animal, y espero que ningún etólogo me contradiga.

Lo peor de Estados Unidos no es que sea un imperio que domina y doblega al mundo “democráticamente” sino que el vulgo, la masa estadounidense, está tan orgullosa de ser imperio como cualquiera de sus políticos. Se sienten dueños del mundo, aunque sólo lo disfruten sus amos. Y ahora resulta que un periodista inglés, Alan Riding, también ha caído en esa debilidad, si hemos de creer lo que publicó en “Babelia” (1045, 03.12.2011) José María Ridao comentando un libro de Riding “Y siguió la fiesta. La vida cultural en el París ocupado por los nazis”.

Ridao tampoco canta mal las rancheras, como decimos en México: se diría que ambos tienen un secreto rencorcillo contra Francia. El hispano quizás porque Francia no estaba preparada para recibir 500.000 mil refugiados españoles en 1939 y tuvo que meterlos en playas, por lo cual sufrieron mucho, pero por culpa de Franco, León Blum y Daladier y no del pueblo francés. Riding nació en Brasil de padres ingleses, y de facto es estadounidense: tal vez como británico Francia le repele por su modo de vivir, un escándalo para las mojigatas familias inglesas. Y como estadounidense ¿podría perdonar a Francia haber regalado la independencia al país de Washington? Una flota de guerra, cinco mil soldados regulares, Lafayette y sus voluntarios (todos franceses) derrotaron a Inglaterra y no los colonos inconformes con los aranceles del te. Nadie perdona un favor y menos si es tan grande.

Hans Georg Gadamer, el filósofo de la hermenéutica dice que “un conocimiento objetivo sólo puede ser alcanzado desde una cierta distancia histórica”.(H.G.Gadamer “Verdad y Método”, I, p.368) pero ya se ha visto que si bien eso es conveniente no es imprescindible.

Tuve amigos personales que lucharon (y algunos murieron) en la Resistencia, como Lise London, mi gran amiga de las Brigadas, aún firme como una roca, y André Camp, casi un hermano, que perteneció a una red dedicada a salvar y enviar a Inglaterra aviadores aliados derribados sobre Francia. Hay testimonios sólidos de las acciones de la Resistencia en la invasión de Normandía; placas en calles y plazas de París con los nombres de resistentes muertos por los nazis; existieron Rol Tanguy, el Coronel Fabien, Pierre Semard y los carteles de la Gestapo sobre resistentes; los fusilados en Mont Valérien el 23 de febrero de 1942, la red clandestina del Museo del Hombre, y en el mismo mes, en 1944, la red Manouchian; Vercors y los maquis que lucharon en el monte.. Y el señor Ridao, que nació en 1961, se toma la libertad de decir: “Desde el punto de vista de la historia, el mito de la Francia resistente no pasa de ser una clamorosa inexactitud, por no decir una mentira”,

La historia la escriben los que no la vivieron, careciendo de autoridad moral para juzgar y denigrando a los que, en última instancia, murieron por ellos.

Y ahora pasemos a un tema muy relacionado:

Groucho Marx

Hemos comentado aquí cosas que ocurren en España, como dejar libres los fines de semana a psicópatas y asesinos que aprovecharon para matar otra vez.

Eso es nada: ni a Groucho Marx se le hubiese ocurrido una paranoia como esta, esquizoide, epistemológica y propia de quien tenga escachifollado el hipocondrio paradigmático.

Transcribimos sin comentarios:

EL ESTADO PAGÓ 40.000 POR VIUDEDAD

Llorenç Morell, condenado en 2007 a 18 años de prisión por la audiencia de Gerona (Cataluña), recibe del Instituto Nacional de la Seguridad Social —desde 2005— 592 euros al mes, más dos pagas extraordinarias. Hasta la fecha ha cobrado más de cuarenta mil euros de las arcas públicas.

El 21 de julio de 2005 Morell había matado a su esposa de diez puñaladas por la espalda. Al día siguiente solicitó la pensión como viudo y se le concedió. En octubre de 2007 es condenado a 18 años de cárcel. En abril de 2008 el Tribunal Superior confirma la sentencia, que incluye una indemnización y se inician trámites para ver si el asesino puede pagarla. Tras más de tres años de papeleo se averigua que tiene una pensión por ser viudo. (“El País”, 9/12/2011).

¡Pobre Groucho Marx!

Juan Miguel de Mora. Ciudad de México.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 13 Diciembre 2011.