El 11 de Septiembre nos pusimos muy contentos – por Sàgar Malé

Now Bloque es un pueblo afgano difícil de ubicar, incluso en los mapas de carreteras del propio país. Lo conocí en un viaje accidentadísimo para visitar un proyecto de la Asociación por los Derechos Humanos en Afganistán (ASDHA). Está ubicado en una zona montañosa del norte, en la provincia de Mazar-e-Sharif, a unos 50 kilómetros de Samangon, una eternidad en aquellas torturadas carreteras. Caminos engullidos por los valles, los ríos, pueblos que a simple vista no se diferencian demasiado de las piedras o los árboles.

Nuestro coche falló a medio camino, al caer de la noche, en un pueblo desconocido. Un anciano (que tampoco se distinguía de los árboles, de las hierbas o los ríos) nos acompañó en la noche a lo largo de cinco agónicas horas por un camino en pendiente, para guiarnos y asustar a los perros y los lobos, unos lobos que por cierto se comieron unos turistas un año más tarde en la misma zona. La vuelta fue tan «generosa» como la ida, cruzando caminos y pueblos en plena nieve y algunos grados bajo cero, finalmente bajando con un viejo camión, que nos costó como si fuera de lujo, conducido por unos «piratas» que , según nos comentaron para «tranquilizarnos», estaban comunicados por walkie-talkie con bandas de atracadores.

El pueblo (sobre) vivía y moría como los animales y las plantas del entorno, sin casi ninguna aportación exterior. Patatas, fuentes semipotables, barro y ramas para construir casas y sobrevivir el invierno, niños y niñas con claras muestras de desnutrición, no había médicos, ni escuelas antes de nuestro proyecto … nada. Una sociedad con codificadíssimes relaciones sociales jerárquicas, patriarcales, ancladas vete a saber cuando, basadas en una sociedad enfrentada a la Naturaleza, en el miedo terrible a la noche, en el odio a los soviéticos y los talibanes, sus peores invasores recientemente que habían sólo dejado heridas de guerra y latas de tanques por los caminos con los que los niños jugaban. Sólo una cosa venía del exterior: el material para fabricar alfombras, la principal fuente de esclavismo social de explotadores externos que les hacía trabajar 7 días a la semana, 12 horas con salarios que no llegaban a la supervivencia.

En los tres días que estuvimos allí, visitándolos y esperando que repararan el vehículo, coincidimos una vez con los ancianos líderes de la comunidad y se me ocurrió preguntarles por el 11 de Septiembre.

– Y vosotros ¿cómo conocisteis lo que ocurrió el 11 de septiembre? ¿Cómo reaccionasteis?
– El 11 de septiembre? Nos pusimos muy contentos. Alguien escuchó la noticia por la radio y yo inmediatamente convoqué a la gente del pueblo y les dije: tengo que dar una noticia muy buena, ha pasado algo que cambiará nuestras vidas. Ha pasado una desgracia muy grande y ha muerto mucha gente en América. Tenemos que estar contentos ya que han sido Bin Laden y el Mullah Omar que han matado esta gente, estoy seguro, y seguro que en breve vendrán a Afganistán, los expulsarán a ellos y a los talibanes, y por fin podremos librarnos de su tiranía. Alguien me preguntó cómo era posible que una desgracia tan lejana nos afectara aquí. Yo les dije que no sabía muy bien qué relación había pero que seguro que en breve nos liberaríamos de los talibanes.

Cuando le pregunté por las imágenes de las torres gemelas hundiéndose me dijo que no sabía de qué le hablaba, que no las había visto nunca.

Notas:

Para complementar este artículo puede visionarse el video En el 11 de Septiembre nos pusimos muy contentos

El artículo es la traducción del original en catalán L’11 de setembre ens vam posar molt contents publicado en el diario Capgròs.com

Sàgar Malé. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 12 Septiembre 2011.