De Anguita a Rubalcaba – por Laura Morillas

Escucho y veo por todos lados, en los periódicos, televisión, tertulias…, noticias, argumentos y contra argumentaciones varias y repetitivas sobre el panorama político actual español. Me rebosan los oídos de tedio y preocupación con las mismas palabras cansadas expuestas por la derecha opositora, suspiro entre resignada y sombría ante las medidas que toma el Gobierno mientras el presidente anuncia un adelanto -abandono- electoral para noviembre.

Se me llenan los ojos de la incompetencia con la que se trata el asunto de los políticos corruptos -lo último ha sido ver a Camps dimitir como si éso fuera una heroicidad y a su partido ensalzarle como a un Mesías en tierra de herejes digno de ejemplo-. Apago el televisor cuando Rajoy desde su palco popular pretende que creamos que si gana las próximas elecciones dará a España la cura para todos sus males, de verdad de la buena y pasando como primera medida no por un plan económico eficaz y justo, sino por recortar derechos sociales –como recurrir los matrimonios homosexuales-. Dejo de leer el periódico cuando entiendo lo verdaderamente difícil que lo tiene Rubalcaba para revalidar el gobierno socialista una legislatura más en éstos tiempos oscuros de crisis que acaban de cernirse a nuestras espaldas.

Lejanamente en mi cabeza pienso en los partidos minoritarios y la ley electoral española que aún tengo la esperanza que algún día se modifique y les dé algo más de voz.

Una esperanza congelada se queda habitando en mi corazón con el nombre de Movimiento 15M, con ilusión y miedo a partes iguales dentro de mí, ilusión de que sirva de algo de aquí a las elecciones y durante ellas, miedo de que se quede todo en un manifiesto en la mesa del nuevo político que nos gobierne.

Hace unos días leía en éste mismo Inconformista Digital una carta de los lectores escrita por Alberto Maestre Fuentes con título «Por la legalidad de la República Española». Es una carta que recomiendo leer y de la que me quedo a mi parecer con una inteligente idea que cito textualmente y que trajo una brisa fresca a mi mente políticamente cansada: «…El príncipe franquista [se refiere a Don Juan Carlos, rey de España] transformó el régimen en una monarquía parlamentaria y para ello no sólo dispuso de la ayuda y colaboración de todo el aparato del régimen franquista del cual él mismo formaba parte, sino también obtuvo la legitimación de todos aquellos partidos históricos de tradición republicana que Franco había combatido. Estos partidos como el P.S.O.E y el P.C.E legitimaran esta “transformación” del Estado olvidando para ello la legalidad de 1931 que había sido aniquilada por las fuerzas de las armas por una parte del ejército español.»

Y es entonces cuando recuerdo a ése partido político español que aunque existe a la vez nos falta a muchos. Izquierda Unida (IU).

Izquierda Unida es una organización política española formada en 1986 como coalición de varios partidos de izquierda y republicanos, como el Partido Comunista de España. Fue fundada durante las movilizaciones para exigir la salida de España de la OTAN en 1986. En 1988 Julio Anguita pasa a ser su secretario general hasta su dimisión en 1998.

Es complicado analizar ése momento histórico y político en que se pasó de una dictadura a la democracia. Complicado analizar las decisiones tomadas entonces, las vueltas de tuerca que éstas han ido dando al cabo de los años y cómo hemos llegado a nuestro presente en vez de a otro alternativo. En algún momento durante todos ésos años, se desistió masivamente de buscar una nueva República, a pesar de que muchos partidos minoritarios siguen con ése objetivo, muchos militantes de IU y muchos ciudadanos también.

Lo que me resulta sencillo y cristalino es que Julio Anguita ha sido si no el mejor, uno de los escasos mejores políticos que nuestro país ha tenido. Un político que supo llevar a Izquierda Unida a su mejor momento -y es que no ha levantado cabeza desde que él dimitiera-, una persona íntegra fiel a sus ideales y consecuente -ha renunciado a su sueldo vitalicio como diputado porque ya tiene suficiente con su pensión como español-, alguien que sinceramente echo de menos hoy día tanto en el gobierno como en la oposición.

Entre tanto bipartidismo ¿dónde está ésa supuesta tercera fuerza política de hace años? ¿en qué momento, tras la salida de Anguita, perdieron fuerza no las ideas de Izquierda Unida sino los hombres que debían encargarse de que llegaran a buen puerto? Creo que con Julio Anguita a cargo de IU todavía se respiraba un aire de posibilidad, un sentimiento tras la superación de la dictadura y posterior democracia asentada de: podemos seguir alcanzando hasta un plano político superior más justo y libre. Pero ése aire y ése sentimiento se han ido oxidando y ni Frutos, ni Llamazares ni Cayo Lara (siguientes y actual secretario general) han conseguido más que ponerles tiritas.

Quizás parte de la fuerza y los ideales de ésa primera izquierda junto a nuevas y diferentes ideas y valores políticos se han ido calando entre los engranajes que han construido el Movimiento 15M, el cual ha evolucionado a partir de ahí y de un sin fin de diferentes fuentes con las que también está conectado, ya que lo que se pide en su manifiesto es independiente (y debería serlo) de cualquier ideología política.

Y es ahí, en mi opinión, en ése vacío de izquierda donde habita sin mucho ruido Izquierda Unida y en ése campo soleado y fértil donde ha nacido el heterogéneo y esperanzador Movimiento 15M, donde entra Rubalcaba.

Cualquier partido que gobierne un país va a tener errores y aciertos, y dentro de ambos tanto por culpa/acierto propios como por circunstancias externas casi imposibles de torear. No toda la crisis española, en el amplio sentido del término, es culpa del gobierno de Zapatero que finalizará el 20 de noviembre (20N) próximo. Hay errores suyos y mala gestión, pero también una situación económica muy oscura heredada (el asunto inmobiliario era una bomba de relojería que le hubiese explotado en la cara a cualquier presidente) y una situación internacional de crisis de difícil manejo. También ha tenido muchos aciertos, especialmente sociales en la primera legislatura.

Si Rubalcaba quiere ganar el pulso a Rajoy y la derecha que representa, tiene necesariamente que mostrarse más que capaz de superar los errores de Zapatero y de trascenderlos hasta conectar con los valores y medidas que propone en Movimiento 15M. Si no, no creo que lo consiga. La tendencia política europea no pasa mayoritariamente por la izquierda y los resultados de las últimas elecciones autonómicas/provinciales tampoco.

Rubalcaba necesita un golpe de efecto, rellenar el vacío que debería de ocupar la ilusión y el sentido más marcado de izquierda de IU, demostrar que puede lidiar con todo aquello para lo que la derecha cree que ellos habrían lidiado y lidiarían mejor que los socialistas, ganarse la esperanza y las ganas de los millones de ciudadanos que han de confiar en él para representarles justamente.

Quizás todo sea demasiado para un hombre -un partido-. Quizás consiga que se le dé la razón el 20N.

Hay todo un salto ideológico, político e histórico de Julio Anguita a Alfredo Pérez Rubalcaba. Siempre le he visto más carisma al primero, aunque el segundo creo que es la mejor opción política actual – en la actual Democracia o en una nueva República -. Pero Rubalcaba hoy día tiene algo que Anguita no tuvo en su momento electoral, posibilidad.

Laura Morillas García. Valencia.
Colaboradora, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 2 Agosto 2011.