El enigma Ortiz y los pepoes (una intriga en el marco de la L.O.E.) de Maximiliano Bernabé Guerrero

Poco imaginaba Jacobo, flamante aprobado en dos oposiciones, joven un tanto peculiar, chapado a la antigua y enamoradizo, el giro que iba a experimentar su vida cuando recibió una llamada de la Consejería de Educación en un tórrido septiembre. A partir de ahí, muy a su pesar, se ve convertido en profesor del sórdido instituto de Valdencinas, un pueblo distante unos cincuenta kilómetros de su ciudad, con una misión muy especial y secreta: encontrar a Luis Ricardo Ortiz, el encargado de la fotocopiadora, que ha desaparecido de forma misteriosa e inoportuna para los mandamases autonómicos.
El enigma Ortiz y los Pepoes por Teresa Galeoteir a leerla

El enigma Ortiz y los pepoes (una intriga en el marco de la L.O.E.)
Libro de Maximiliano Bernabé Guerrero

Lo que parecía una tarea anodina y absurda se va complicando entre unos altos cargos empeñados en aplicar la nueva Ley Orgánica de Educación a toda prisa, “a capón”, como dicen ellos, unos profesores con proyectos como implantar un plan de lectura que acabe con los libros, con la intención de que la lengua de signos sea el idioma oficial del instituto y con una obsesión patológica con el lenguaje políticamente correcto, un alemán enigmático y longevo, y sobre todo, los PEPOES, una terrorífica sociedad secreta de psicopedagogos con proyectos siniestros de dominación. Siempre con las advertencias de los jerarcas educativos a favor de una cierta manera de entender la pedagogía progresista, su máximo afán ha de ser que la opinión pública no se vea influida negativamente por la desaparición y la ley comience con mal pie. Se suceden encuentros y aventuras rocambolescas, incluso personajes que parecen regresar del pasado…

De pronto, un asesinato lo complica todo. Sin saber cómo, Jacobo pasa de perseguidor a perseguido en medio de pasadizos secretos. Sin embargo, el final proporciona un giro inesperado. A medias entre una novela policíaca clásica y una parodia delirante del género apocalíptico-conspirativo, todo salpicado con guiños al absurdo, El Enigma… se puede leer en dos niveles:

* Novela policíaca contemporánea y a veces delirante con una estructura de toda la vida: Planteamiento del problema y del detective, complicaciones y resolución. Para rebajar tensión y evitar cansancio al lector, a la mitad del libro se introduce una trama paralela en la forma de un relato de terror que introduce un enigmático alemán que vive en las cercanías del instituto.

* Como un feroz alegato en contra del estado actual del sistema educativo en España. Un sistema en el que mientras chicos alcanzan la mayoría de edad sabiendo leer con dificultad y sin saber resolver una ecuación, los psicopedagogos “pensantes” de cámara pierden el tiempo en disquisiciones de jerga bizantina de las que se alimentan los políticos encargados de las instancias educativas. Incluso se llegan a tocar temas de más calado como lo “políticamente correcto” y la crisis de valores de nuestra sociedad.

Enlace relacionado: – El enigma Ortiz y los pepoes, Editorial Ledoria



El enigma Ortiz y los Pepoes
Teresa Galeote

El enigma Ortiz y los Pepoes, es una descarnada parodia sobre el actual sistema educativo. El autor de libro, Maximiliano Bernabé, a través del protagonista, nos introduce en el centro educativo, La Gayola, para mostrarnos el funcionamiento de la L.O.E, nuevo modelo educativo a desarrollar.

Ortiz, un reparador de la fotocopiadora del instituto, y Jacobo, un brillante opositor que ha conseguido dos plazas; una de policía y otra de profesor, son los personajes claves de esta ficción, aunque el elemento central sea el sistema educativo actual.

La desaparición de Ortiz es el pretexto para mostrarnos una Educación Pública que apoyada en la L.O.E. aspira a convertirse en la columna vertebradora de un sistema que, lejos de ir mejorando, se deshace entre una burocracia educativa que aspira a simplificar la enseñanza. Un sistema donde las fichas reductoras intentan suplir la lectura comprensiva, donde claustro sobre claustro se magnifican hasta lo indecible, teorías inconsistentes, informes sobre informes. Así, queda poco tiempo para impartir conocimientos y, mucho menos, para la serena reflexión. En el Centro Experimental la Gayola, y orientado por las autoridades a desentrañar la desaparición de Ortiz, Jacobo va a tener oportunidad de mostrar sus dos facetas la de educador y la de policía. Allí, el protagonista irá de sorpresa en sorpresa.

La narración muestra el lenguaje retórico y grandilocuente de la dirección del centro, un lenguaje que huye de la sencillez, de la compresión de conceptos; un sistema reductor, donde lo que importa es ganar adeptos a través de mensajes confusos. El objetivo final es que las comunidades autónomas, convertidas en reinos de taifas, y bajo unas mínimas normas generales, puedan administrar la educación como crean más conveniente. Podrán resaltar propuesta, en detrimento de la historia generalizada del país; bajo ese principio, los reyes godos, entre otros, es un elemento a batir.

El texto muestra un lenguaje, burdo, precario, no sólo en los comentarios y diatribas del alumnado, sino en el que utiliza el profesorado, más preocupado por asuntos ajenos al centro, o por el resultado de las quinielas, que por crear en el centro un ambiente educativo y de convivencia. En todo este entramado se superpone el principio de acabar con un sistema antigüo, considerado elitista, que marginaba a las clases populares. Por el contrario, el nuevo modelo educativo pretende ser inclusivo, multicultural, con una educación horizontal, donde la autoridad del profesor no es lo fundamental, sino un valor a batir. Todo por la igualdad, aunque esta sea a costa de rebajar el conocimiento hasta límites insospechados.

Una palabra alertará a Jacobo, Pepoes. El misterio que encierra el vocablo lleva a Jacobo a unir la desaparición de Ortiz con tan enigmática palabra; investigación que rebasa las expectativas que la Consejería de Educación ha puesto en manos del flamante maestro-policía. Las advertencia de sus superiores no son suficientes para que Jacobo limite su curiosidad; instigado por la verdad, se meterá en una trama que va más allá de la pretendida innovación educativa. Un profundo resentimiento subyace en el pretendido cambio, un rencor escondido que aflorará en reuniones, un tanto exotéricas.

Escrito en primera persona, el narrador protagonista cuenta lo que le sucede y lo que a él le cuentan otros, y eso le llevará hasta un viejo alemán que vive aislado del pueblo donde se encuentra La Gayola. El hombre no le aporta casi nada sobre el misterio Ortiz, pero le cuenta su propia historia y la de la casa en la que habita. Esta historia podría contemplarse como una influencia cervantina, concretamente del Quijote; la costumbre de meter otras historias dentro de las aventuras vividas por el hidalgo manchego y su escudero. Como contrapunto al lenguaje depauperado y simplista que se utiliza en La Gayola, el protagonista se arma de recuerdos literarios; son continuas las referencias literarias de los clásicos, Fray Luis de León, Homero, Cervantes, entre otros.

El esperpento llega al límite cuando el género gramatical entra en escena; el masculino y el femenino juegan un papel importante en el nuevo modelo educativo. ¿Quién no recuerda la ocurrencia de Bibiana Aído, Ministra de Igualdad, cuando puso el sustantivo masculino miembro, en femenino, cuyo resultado es miembra, palabra inexistente; cosas de la igualdad mal entendida. Si bien está asumido el criterio de feminizar un lenguaje académico machista, llevado al extremo resulta risible, cuando no dramático; existen muchos casos en que se desvirtúa el concepto de género hasta lo indecible. La novela, por boca del profesorado, muestra el esperpento, así, al femenino puerta, se opone el masculino puerto, al masculino adolescentes, se opone el femenino adolescentas, al masculino acné, se opone el femenino, acná; hay más ejemplos que el lector descubrirá.

Intentando descubrir a los PEPOES, Jacobo se adentra en una investigación paralela; investigación que pone en peligro su persona y cuesta la vida de la anterior directora de dicha institución pedagógica. A modo de secta, los PEPOES no se dejan amilanar por los intrusos que no entienden los nuevos métodos educativos que la LOGSE introdujo y la LOE intenta desarrollar. La pugna entre lo antiguo y lo nuevo está presente en la dialéctica de los educadores, de educadoras y de la Consejería de Educación.

La repentina y sorprendente aparición de Ortiz deja patente que su desaparición sólo fue el pretexto para mostrarnos un sistema educativo totalmente depauperado, donde los centros educativos pretenden convertirse en lugares de acogida y custodia de la infancia y de la adolescencia. El autor, Maximiliano Bernabé, profesor de francés en un instituto de la comunidad manchega, no escribe desde el desconocimiento, sino desde sus propias experiencias.

Lo que narra la novela bien podría haberse expuesto en un ensayo, con datos descriptivos, con estadísticas, pero el autor ha preferido hacerlo en clave de parodia; una parodia que, a pesar de mostrar un panorama educativo desolador, nos permite la sonrisa. Quizá sea el reducto que queda a una ciudadanía decepcionada ante las promesas incumplidas por políticos y políticas burócratas, que se escudan en una retórica confusa, cada vez más alejados de la ciudadanía; ciudadanía, un vocablo de género femenino que no tengo la desfachatez de poner en masculino, no sólo porque quedaría estéticamente muy mal, sino porque la palabra no existe en el diccionario.

Una novela jocosa que no le dejará indiferente; su lectura desprenderá la risa, unas veces, y la indignación otras. Terminaré con una frase muy habitual, en estos casos, para que cada lector saque sus propias conclusiones: “Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia”.

Redacción. Cultura. El Inconformista Digital.-

Incorporación – Redacción. Barcelona, 10 Octubre / 22 Noviembre 2010.