El asalto en aguas internacionales al barco Mavi Marmara y el asesinato de nueve activistas por parte de fuerzas de elite de la marina israelí es un punto de inflexión. Nunca antes Israel había estado más solo.
Seis barcos formaban la Flotilla de la Libertad, el más grande el Mavi Marmara, salió desde Estambul con más de 700 pasajeros, entre ellos diputados europeos, una diputada israelí –que ahora la llaman traidora-, y un premio novel de la paz. A 65 millas de la costa, en aguas internacionales, la marina israelí abordó el Mavi Marmara desde lanchas rápidas y helicópteros. Antes de tomar la cubierta del barco asesinaron al menos a dos personas. Algunos activistas les recibieron violentamente con sillas, palos y tirachinas. Fue entonces cuando el comando mató desde corta distancia al menos a siete personas.
Ha habido condenas por parte de muchos estados, unas más fuertes que otras, pero donde realmente Israel ha perdido la batalla es en la opinión pública. Millones de personas que se mantenían neutrales frente al conflicto entre israelíes y palestinos está vez han visto de lo que es capaz Israel y lo han censurado. El bloqueo a Gaza de repente ha salido a la luz con toda su crudeza, y hasta los egipcios han tenido que abrir temporalmente el paso de Rafah.
Turquía, fiel aliado en la región de Israel, en materia de defensa y comercio, prácticamente ha roto relaciones diplomáticas. Las asociaciones turcas que querían hacer llegar 10.000 toneladas de ayuda humanitaria a Gaza prometen enviar más barcos. Los iraníes, cercados por la comunidad internacional por su programa nuclear, también prometen enviar barcos bajo la bandera de la Media Luna Roja. En el seno de la Unión Europea, aunque tímidamente, se empieza a debatir sobre la necesidad de terminar con el bloqueo.
Gaza, digámoslo bien claro, es una cárcel para más de un millón de palestinos. Está rodeada por el ejército israelí por tierra y cercada por mar por la marina. Desde hace tres años está sujeta a un bloqueo marítimo bajo el pretexto de que a su costa llegaban armas. El paso egipcio de Rafah fue cerrado por la misma razón. Para contrarrestar todo esto se crearon decenas de túneles a través de los cuales se traía desde Egipto todo lo necesario. El cinismo israelí es tan elevado que ahora permite la entrada en Gaza de patatas fritas, refrescos y caramelos.
El problema según Israel antes era Arafat, Al Fatah y la OLP, y ahora se llama Hamás. Antes era la Intifada y ahora son los cohetes que se lanzaban desde Gaza. Israel afirma que tiene derecho a defenderse y por esa razón realiza operaciones de castigo colectivo contra la población palestina, ya sea en Gaza, en Cisjordania, o contra los civiles libaneses en el Líbano, queriendo castigar a Hezbolla. El problema según Israel es que Hamás es una organización fanática –votada en unas elecciones democráticas- que no reconoce el estado de Israel.
El problema según los palestinos son las operaciones de castigo, es el muro que encierra Cisjordania, es la ocupación permanente por el ejército israelí, es el robo de tierras en las que ahora hay colonias israelíes, es el presente para los campamentos de refugiados, que se reparten El Líbano y Siria. Para entender este último asunto nos tenemos que remontar al mismo momento de la creación del estado de Israel: en 1948 tras la primera guerra entre árabes e israelíes al menos 700.000 palestinos fueron expulsados de sus tierras. Hoy ya son más de 2.000.000. Fue lo que los palestinos llaman la Nakba. Los israelíes la niegan.
En 1956 los israelíes, al lado de los franceses y británicos, invadieron Egipto para hacerse con el control del canal de Suez. Fue un fracaso. En 1967 se produjo la Guerra de los Seis Días: Israel ocupó Jerusalén Este, Cisjordania, el Sinaí egipcio y los Altos del Golán sirios. El Sinaí fue devuelto a los egipcios, pero los Altos del Golán y Cisjordania siguen ocupados.
Desde 1952 gracias a la Ley del Retorno a Israel –tras más o menos 2.000 años de ausencia- miles de judíos llegan al país. El problema es que no tienen espacio y por eso construyen colonias en territorio palestino. Parece ser que los israelíes después de todo tampoco reconocen –pues lo ocupan permanentemente- el estado palestino.
El asalto al Mavi Marmara puede que pase a la historia. Los israelíes convirtieron en palestinos por unos días a cientos de activistas de multitud de países. La cuestión es si pasara como el punto de inflexión que desencadenó una solución al conflicto entre israelíes y palestinos o por el contrario algo bastante peor.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 13 Junio 2010.
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