La filósofa María Zambrano fue probablemente la española más importante de la segunda mitad del siglo XX, además de una de las figuras capitales del pensamiento español del siglo pasado, convirtiéndose en la primera pensadora galardonada con el premio Cervantes.
María Zambrano nace en Vélez (Málaga) el 22 de abril de 1904, hija del pensador y pedagogo Blas José Zambrano y de la maestra Araceli Alarcón. En 1921 María y su familia se trasladan a Madrid, donde se matricula por libre en la «Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid», siendo alumna y discípula de José Ortega y Gasset; cuando acaba la carrera de Filosofía, asume un papel de mediadora entre Ortega y algunos pensadores y escritores jóvenes sino opuestos sí bastante alejados de los planteamientos de Ortega. En 1931 se convierte en profesora auxiliar de la Cátedra de Metafísica en la «Universidad Central de Madrid» hasta el año 1936, y ya por esta época trabaja en la que va a ser su tesis doctoral “La salvación del individuo en Spinoza”. En 1933 comenzó a publicar sus primeros ensayos en la Revista de Occidente, precisamente de la mano de Ortega y más tarde colabora en otras revistas como Los cuatro vientos y Cruz y Raya. El 14 de septiembre de 1936 María contrae matrimonio con el historiador Alfonso Rodríguez Aldave, marchándose poco tiempo después a Chile al ser nombrado su marido segundo secretario de la Embajada de España.
En 1937, regresa a España y colabora en la defensa de la República siendo nombrada «Consejera de Propaganda y Consejera Nacional de la Infancia Evacuada». Durante los años de la 2ª República conoce y estrecha su amistad con intelectuales de la época como Luis Cernuda, Ramón Gaya, Miguel Hernández o Camilo José Cela a través de las “Misiones Pedagógicas” y de otras iniciativas culturales que en esos momentos desarrollaban y potenciaban el acceso a la educación y cultura “por y para todos” en un esfuerzo del gobierno por modernizar la nación y sacarla de su atraso secular tanto en materia económica como social. Al término de la Guerra Civil se exilió de España en compañía de su madre y su hermana Araceli y el marido de ésta instalándose finalmente en 1939 en México. Tras unas breves estancias en París y Nueva York se dirige a La Habana y de ahí a México.
En los estudios sobre su figura, su labor docente queda relegada en un segundo plano, centrándose más en su faceta de pensadora, escritora y filósofa, pero no hay que olvidar que se inició en la docencia en Madrid como profesora auxiliar de Filosofía en la Universidad Central y como profesora del Instituto-Escuela. También en la Universidad de La Habana ejerció su magisterio durante varios años, así como en la Universidad de Puerto Rico y en México. Su exilio forzoso duró aproximadamente 45 años, tiempo durante el cual residió en muchos países fijando México, Italia, Cuba (donde residió 13 años), Francia y Suiza (donde vive hasta su regreso definitivo a España) como principales países de residencia antes de su regreso definitivo a España en 1984, una vez vencidos sus temores de volver a una España cuya realidad teme que no coincida con la realidad de la que ella es depositaria, tras 45 años de ausencia. El periodo americano del exilio estuvo dominado por dos hechos decisivos personales: la muerte de su madre, en 1946, y su separación matrimonial, un año más tarde.
La obra de Zambrano se puede definir como intensa y original, ya que en ella desarrolló algunas ideas de la filosofía de Ortega, estribando uno de sus temas fundamentales en el análisis de lo que denomina «razón poética» y en la relevancia de lo que denominó el «saber del alma», que queda unido a su reflexión sobre la esperanza y sobre la urgencia de lo divino en la vida humana. Considera que la filosofía vital española se ha nutrido por partes iguales de platonismo y estoicismo. Su pensamiento, vinculado a las corrientes vitalistas del siglo XX, giró en torno a la búsqueda de principios morales y formas de conducta que fueran aplicables a los problemas cotidianos de la vida de los españoles y propone a esta razón poética como solución existente a la crisis existencial. Desde el razonamiento poético se aproximó a lo sagrado, el lugar donde se encuentra la explicación de lo trascendente, de la lógica del misterio, porque para Zambrano, la filosofía no era sólo una cuestión de conceptos, sino que debía abordar los problemas esenciales de la trascendencia y los grandes misterios de la vida humana. Es indudable que el exilio, como experiencia metafísica, produjo un cambio radical en la visión que Zambrano mantenía, primero, respecto a España y Europa y, algo más adelante, respecto al mundo. Ahora bien, a partir de 1955, el discurso de Zambrano se muestra traspasado por la impronta mística, de manera que uno de sus más grandes anhelos, la reconciliación entre pensar y ser, así como la solución a la crisis personal de la filósofa, en cuanto a exiliada, encontrarían un escape propicio mediante la introspección mística. Claros del bosquee es una obra definitiva en este sentido, ya que es concebida desde el dolor y la soledad más profundos.
Remontándonos a los orígenes de su legado, la obra de Zambrano es hija y heredera indiscutible de la Segunda República Española, contribuyendo al igual que Ortega a la llegada de la Segunda República en 1931, una época de brillantez y libertad intelectual en la que una jovencísima María había tenido la ocasión de mostrar su creatividad, su talento y su compromiso con la democracia y su compromiso político, el cual queda patente en muchas de sus obras y convirtiéndose en una de las figuras intelectuales antifascistas más destacadas durante la guerra civil. En los años de la dictadura en una España dominada por la censura y la vulgaridad, María Zambrano se convirtió en una figura sorprendente e inaudita en el panorama cultural española.
En su obra buscó la libertad y el saber, y a la vez logró unir en su pensamiento, filosofía, razón y poesía. Zambrano deja una obra donde se conjugan la inteligencia y la sensibilidad, además del eclecticismo y la diversidad. Fue una pensadora, ensayista, poeta y escritora muy prolija ya que su producción engloba ensayo, poesía, historia, teatro, etc. Sus mejores obras las concibió y publicó en el exilio como El hombre y lo divino (1955), El pensamiento de Séneca (1944), El sueño creador (1965), la mencionada Claros del bosque (1975). Otras de sus obras son: Los intelectuales en el drama de España (1937), Pensamiento y poesía de la vida española (1939), El freudismo, testimonio del hombre actual (1940) , Persona y democracia (1959), La España de Galdós (1960), España, sueño y verdad (1965), Delirio y Destino (1988), etcétera. En 1993 se publicó una extraordinaria antología de su obra completa, La razón de la sombra. En 1930, fecha en que publica su primera obra, Horizonte del Liberalismo fue fruto de los acontecimientos políticos de aquellos años.
Nos encontramos ante la construcción de un legado filosófico muy original, personal e impensable de haber permanecido la filósofa en España y no haberse exiliado; con todo es la gran desconocida de su generación para la mayor parte del público, porque sus escritos no llegaron con facilidad debido a la censura imperante durante la dictadura. Con el artículo de J.L. Aranguren Los sueños de María Zambrano se inicia un lento reconocimiento en España de su obra. A esto hay que sumarle una serie de reconocimientos y premios que le empiezan a otorgar en vida, como entre otros el nombramiento en 1980 de “Hija Adoptiva del Principado de Asturias” (su primer reconocimiento oficial); en 1981 es recompensada con el “Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades” por su larga labor filosófica y literaria, a su vez el ayuntamiento de su ciudad natal Vélez la nombra «Hija Predilecta»; al año siguiente, la Junta de Gobierno de la Universidad de Málaga acuerda su nombramiento como “Doctora honoris causa” y en 1989 se le concede el “Premio Cervantes”.
El 20 de noviembre de 1984 María Zambrano pisa de nuevo suelo español y se instala en Madrid, de donde salió ya en pocas ocasiones. En esta última etapa la actividad intelectual será incansable, de hecho su casa se convertiría en un intenso foco cultural de reunión donde se daban cita intelectuales de su talla junto con discípulos, amigos y seguidores de la humanista. El 6 de febrero de 1991, María fallece en Madrid, siendo enterrada en la ciudad que le vio nacer Vélez; después de su óbito, continuo recibiendo reconocimientos sociales, como el de “Hija Predilecta de la Provincia de Málaga” en 2002; en 2006 el Ministerio de Fomento bautizó con su nombre la Estación Central de Ferrocarril de Málaga; en 2008 se botó el buque remolcador de Salvamento Marítimo BS-22 María Zambrano en su honor y se constituye en Vélez la Fundación y el teatro que llevan su nombre.
María Zambrano fue uno de esos seres que sólo viven para descifrar el sentimiento. A la poesía y a la filosofía les otorga la virtud de objetivar la verdad buscada, de mostrarla a sus destinatarios y de iniciar a quien esté dispuesto a vivir en ellas. Se ha creado en su memoria una página web www.fundacionmariazambrano.org en donde aparecen diversos proyectos, exposiciones, certámenes literarios, jornadas, que versan sobre su figura entre otras cosas. También otra buena manera de acercarse a esta figura centenaria es a través del visionado de la reciente película española María querida(2004), dirigida por José Luis García Sánchez y con Pilar Bardem interpretando a la susodicha; el filme intenta conjugar la faceta creativa y didáctica de la filósofa. La película arranca con la muerte de la pensadora y escritora en 1991 y va contando las vivencias y las inteligentes disertaciones y conversaciones que mantenía con otra de las protagonistas de la cinta. Además la historia de ficción se combina con muchas imágenes documentales que nos acercan más a esta autora e impregnan a la cinta con un aura de documental, de hecho el proyecto se concibió inicialmente como un film documental, pero al final optó por rodarse como una película de ficción en torno a la figura principal de María Zambrano sin que tenga que estar siempre presente en pantalla.
Mari Luz Rodríguez García. Avilés, Asturias.
Redactora, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 22 Mayo 2010.