El gobierno del Estado de Veracruz y la Embajada de España, ésta a nivel de agregado, no de embajador, han organizado una semana de conmemoración de la llegada del primer barco de refugiados españoles de la guerra, el «Sinaia» en el que vinieron unos 1600. Cabe precisar que lo que hizo México no fue nada más dar asilo a los que huían del fascismo franquista, sino que les ofreció trabajo, respeto y todo lo más posible. El medio cultural se abrió para todos los intelectuales, filósofos, poetas, pintores, profesores. Los catedráticos fueron admitidos de inmediato en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sin problemas y aunque sólo se recuerda a los más famosos como José Gaos o Joaquin Xirau, el hecho es que todos fueron admitidos en las universidades de aquí o de provincia y en igual medida sucedió con los trabajadores de otras clases y tipos. En la UNAM se creó y sigue funcionando una «Cátedra del Exilio Español» y entre el personal académico y dirigente abundan hoy los hijos y los nietos de los republicanos que se refugiaron en México, que ya son mexicanos totalmente integrados y uno de ellos, Barnés, incluso fue rector. Los que no pudieron superar la nostalgia por el terruño volvieron a España hace ya mucho tiempo. Creo que no es lo mismo admitir a refugiados y dejarles vivir y trabajar que recibirles con una serie de actos de homenaje (en 1939) darles trabajo y vida y setenta años después conmemorar su llegada. Así ha sido México con la República Española y los suyos, aunque en España, tras cuarenta años de dictadura francofascista la mayoría no lo sepa.
Juan Miguel de Mora. Ciudad de México.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 16 Junio 2009.