La vida de María Bolena ha quedado siempre a la sombra de su conocida hermana Ana Bolena, segunda esposa del Rey Enrique VIII y tristemente famosa por acabar siendo decapitada por orden de él. A pesar de que para la posteridad la hermana más conocida fue Ana Bolena, no hay que menoscabar la figura de su hermana María, su relación con el Rey y su presencia en la corte inglesa del siglo XVI.
Siempre se ha hablado de la rivalidad entre las dos hermanas y aunque es cierto que su relación no era muy estrecha, no eran tampoco rivales ni enemigas y se ayudaron en los momentos más difíciles de su vida como veremos más adelante.
La familia Bolena fue tan conocida e influyente en el siglo XVI como la estirpe de los Borgia en la Italia Renacentista. Sus padres eran una pareja de nobles que en la Inglaterra de ese siglo se vieron beneficiados de los favores del monarca como resultado del importante papel jugado por sus dos hijas. Su padre realizó importantes misiones para la corona debido a su excelente formación y cultura así como a su domino de varios idiomas; Thomas poseía una gran ambición política y a esto habría que sumarle una gran frialdad que le convertían en todo un estratega, de hecho no escatimó en artimañas para lograr el mayor provecho con sus hijos utilizándolos como peones al servicio de sus ansias de poder. Los hermanos Bolena eran tres: Jorge, Ana y María; Jorge era el mayor de los hermanos y existen discrepancias entre los historiadores acerca de cual de las hermanas era la mayor y aunque no hay pruebas suficientes que permitan concretar con seguridad la fecha de su nacimiento, la mayoría se inclina más porque María hubiera nacido en 1508 y fuese la menor de las hermanas.
María Bolena, nació en el Castillo de Hever en Kent propiedad y residencia de la familia Bolena. Era hija del acaudalado diplomático, Sir Thomas Boleyn y de Lady Isabel Howard. Al tratarse de una familia aristocrática inglesa, María recibió desde su niñez una excelente educación; le enseñaron francés y estudió música, tocando instrumentos como el laúd, harpa y viola. Estuvo un tiempo al servicio de la Archiduquesa Margarita como dama de honor en Francia, hasta que su padre decidió llevarla de vuelta a Inglaterra donde enseguida le encontró un puesto en el séquito de la reina Catalina de Aragón, primera esposa de Enrique VIII, como dama de su corte durante los últimos diez años de su matrimonio con el monarca.
Contrajo matrimonio en dos ocasiones y se casó antes que Ana, algo inaudito y motivo por el cual muchos creen que María era la hermana mayor. Su primer marido se llamaba William Carey, un caballero de la cámara real de Enrique VIII y el enlace se celebró en 1520 cuando María aún no había cumplido los 12 años. Como esposa de un caballero de la corte, María participaba en todos los eventos de corte y se informaba de las políticas reales. Al poco tiempo de estar casados sobre 1522, es cuando se supone que empezó el romance con el rey Enrique VIII. Durante el tiempo que supuestamente fue su amante, su marido consiguió varios privilegios, al igual que toda su familia, así su padre Thomas Bolena se vio favorecido con esta relación consiguiendo varios títulos como caballero de Garter o Vizconde de Rochford, aunque futuramente la familia se vería todavía más beneficiada con la relación entre su otra hija Ana y el soberano. Durante el tiempo que estuvo casada con Sir Carey dio a luz a dos hijos: Catherine y Henry y aunque la paternidad de su hijo varón se atribuye a Enrique VIII, no hay pruebas fiables que confirmen que eso fuera verdad.
La relación de Enrique y María fue breve, terminando alrededor de 1525, porque en 1527, el rey ya había fijado su atención en la otra Bolena y estaba planeando casarse con Ana quien le había cautivado al poco de su llegada a la corte en 1522. Se cuenta que María fue además de amante de Enrique VIII de Inglaterra, también de su rival el rey Francisco I de Francia mientras servía en Francia y cuando su relación con Francisco terminó, María se embarcó supuestamente en muchas relaciones amorosas, que condujeron a su despido de la corte francesa y a su ingreso en la corte de Inglaterra. Algunos historiadores se preguntan si estas historias sobre la promiscuidad de María se exageraron en demasía para manchar aún más la imagen de la familia Bolena.
Continuando con la trayectoria vital de nuestra protagonista, decir que su primer marido William Carey fallece en 1528 debido a unas fiebres y que al morir le deja inmersa en un número considerable de deudas, razón por la que María entrega el cuidado de su hijo Henry a su hermana Ana Bolena, costumbre esta muy en boga entre la aristocracia inglesa, para que de este modo los familiares más ricos pudieran sufragar esas deudas. Ana consiguió que el hijo de María fuera educado en un monasterio cisterciense y consiguió para ella una pensión anual de cien libras, siendo el único miembro de los Bolena que se interesó por los problemas de nuestra protagonista, ya que su padre y su madre, con la frialdad característica que luego volverían a demostrar, no mostraron intención alguna en ayudarle en los problemas financieros en los que su marido la había situado.
En 1533 María ocupó el puesto de dama de compañía de su hermana cuando esta contrae matrimonio real con Enrique VIII. Un año después se casa en secreto con William Stafford, un plebeyo sin rango ni ganancias, por lo que todo el mundo coincide en pensar que fue un matrimonio por amor algo totalmente inusual según los dictámenes de la época, ya que no se encuentra otra razón de que opte por casarse con alguien de una clase social tan lejana a la suya. Cuando esto fue descubierto, la pareja fue desterrada de la corte por la misma reina Ana. Este comportamiento tan cruel se debió probablemente a que María descendía de una familia de noble abolengo, a esto se suma el hecho de tener una hermana como reina de Inglaterra, con lo que es más que probable que su familia planeara casarla con algún noble importante porque en ese momento los Bolena poseían un status muy importante y eran los más respectados del reino. Al destierro se unen sus ya conocidos problemas financieros, circunstancias que obligan a María a pedir al rey y a su familia que intercedan en su favor. Su familia volvió a demostrarle su desapego y únicamente fue su hermana Ana quien se apiadó algo de ella y le mandó enviar una copa de oro y algo de dinero, pero aún así siguió rehusando a que regresara a la corte.
Después de su retirada de la vida “pública”, pocos datos ya tenemos de su vida. Parece ser que vivió en Rochford con su marido, desde que la expulsaron de la corte hasta su muerte el 19 de julio de 1543. Su vida hasta la ejecución de su hermana en 1536 es difícil de concretar. Se sabe que no visitó a su hermana Ana cuando esta fue encarcelada en la Torre de Londres acusada de traición, brujería e incesto con su hermano Jorge, ni tampoco visitó a este que también fue condenado a muerte por traición e incesto, ni hay pruebas de que les hubiese escrito. La razón probablemente se debió a que María no quería ser relacionada con sus malogrados familiares para evitar más sucesos desgraciados ya que cuando Ana dejó de gozar del favor real, pronto el romance entre María y el rey fue mencionado para lograr la anulación del matrimonio de Enrique VIII con Ana Bolena.
Tras la ejecución de Ana, su madre se fue de la corte real, muriendo aislada sólo un año después de la muerte de su hija y su padre Sir Thomas, murió al año siguiente. Después de la muerte de sus padres, María heredó algunas de las propiedades de la familia Bolena en Essex y vivió el resto de sus días en el anonimato y en relativa comodidad con su marido. Finalmente falleció en 1543 y vivió para ver a sus hijos beneficiados de algún favor real, así su hija Catherine ocupó el puesto de dama de honor de las reinas Ana de Cleves y Catalina Howard y Henry Carey fue nombrado barón de Hunsdon y luego se convirtió en caballero de Garter.
Para los que nos fascina el período de la historia que cubre la etapa Tudor, Enrique VIII ha pasado a la memoria colectiva por sus líos amorosos, por el largo curriculum de esposas que tuvo y por ser un soberano cruel, despótico, egocéntrico y megalómano y aunque todo esto es cierto, estos hechos han ensombrecido otras facetas del soberano no menos importantes como el hecho de que fue la persona que incitó al famoso cisma dentro de la inglesa católica y que su ruptura definitiva con este credo le hizo fundar su propia religión, la anglicana, y en eregirse en jefe de esta nueva iglesia, que en la actualidad cuenta con más de 70 millones de fieles.
El contexto histórico-social de esta época está totalmente inmerso en la vida regia. La corte era el centro de la vida de cada súbdito de aquella época para bien o para mal. Cualquier noble o persona de posición que se preciase debía estar presente en ella y vivir inmerso en la vorágine de esa vida, los aldeanos o campesinos no podían permanecer tampoco ajenos a esta vida tan opuesta a su modo de existencia ya que tenían que pagar determinados tributos al monarca y este a su vez les podía compensar con determinados títulos o beneficios aunque en esa época la educación moral y existencial predominante era culto a Dios y la obediencia al Rey.
El papel de la mujer en esta época era muy limitado; en la corte la figura principal como era la Reina se conformaba con ser mera consorte como era el caso de Catalina de Aragón, primera esposa de Enrique VIII sin poder ni palabra en las decisiones políticas y reales, además el carácter despótico del Rey Enrique no toleraba que nadie ya fuese hombre o mujer le hiciera un atisbo de sombra por lo que cualquier figura que lo osase siquiera podía acabar con sus huesos en el patíbulo como fue el caso del pensador Tomás Moro que se opuso a su matrimonio con Ana Bolena y a la misma Ana Bolena que no era una esposa sumisa sino una esposa con voz y voto de la que acabó cansándose por no poder darle un hijo varón y que mediante difamaciones logró que la decapitarán argumentado traición, brujería e incesto. En el caso de María y de Ana Bolena como en la mayoría de los casos de personajes femeninos, la historia adolece de una misoginia marcada y de un profundo prejuicio en contra de mujeres ambiciosas, inteligentes y que no estaban dispuestas a ajustarse a los roles tradicionales y estipulados en la época que les tocó vivir. Este es el caso de nuestras protagonistas que pese a su juventud, quisieron cambiar el trascurso de la historia y apostar por nuevas reformas e ideas, pero lo único prácticamente que ha llegado a nuestros oídos de las hermanas Bolena es su desmesurada ambición y su no menos desmedida lujuria y lascivia.
Un libro recomendable acerca de la figura histórica bastante desconocida y no por ello menos fascinante de María Bolena es el de Philippa Gregory La otra Bolena, libro adaptado al cine en el año 2008 por el director Justin Chadwick e interpretado en sus roles principales por Scarlett Johansson como María Bolena, Natalie Portman como Ana Bolena y Eric Bana como el rey Enrique VIII; en el libro y en la película de forma novelada, se nos narra la vida de María Bolena en primera persona, sus inicios en la corte, su historia de amor con Enrique VIII y sus complicadas relaciones familiares en las que la codicia y el poder se dan la mano y en donde los tres hijos Bolena son fichas movidas a merced de la ambición y codicia del clan familiar.
Como anécdota curiosa señalar que María Bolena es antepasada lejana de figuras tan relevantes y conocidas como Winston Churchill, Diana de Gales y Sarah Ferguson.
Mari Luz Rodríguez García. Avilés, Asturias.
Colaboradora, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 11 Junio 2009.