El velo pintado – por Mari Luz Rodríguez

El libro que nos ocupa se trata de una novela sólida, magistralmente construida y con una hábil descripción psicológica de unos personajes a los que el lector tiene la sensación de haber conocido íntimamente. Una novela en la que la experiencia femenina del amor, de la pasión, del adulterio y del afán de redención, desembocan en un mayor conocimiento de uno mismo y de los demás.
El escritor Somerset Maughan nos sumerge mediante su narrativa densa en un mundo habitado por personajes complejos y llenos de contrastes; este autor retrata a la perfección la complejidad de la psicología humana y profundiza cual psicoanalista en el alma de cada uno de ellos. Los personajes femeninos están muy logrados en toda su obra y pocas veces nos encontraremos con un autor que sepa plasmar tan bien como Maughan la psicología de los personajes femeninos. Las protagonistas de sus relatos suelen ser antiheroínas de carácter fuerte y osadas, con claras ambiciones personales y sexuales, mujeres atractivas, cautivantes y muchas de ellas infieles o vengativas.

La novela narra la vida de Kitty Garstin, una hermosa joven londinense de familia acomodada de los años 20 que debido a la presión social y familiar, se casa con un joven pretendiente inteligente, educado y moralmente intachable Walter Fane, al que apenas conoce y del que no está enamorada por temor a quedarse soltera y a que su hermana pequeña se case antes que ella. Así contrae matrimonio y se traslada con su marido que es bacteriólogo a Hong Kong, donde Kitty se enamora de Charlie Towsend, un vicecónsul inglés y frívolo de la colonia asiática, con quien será infiel a su marido. Descubiertas sus relaciones adúlteras y abandonada por su amante, nuestra protagonista se verá obligada bajo la amenaza del oprobio y de un divorcio escandaloso, a seguir a su marido a una remota región del interior de China azotada por el cólera en un viaje que cambiará la vida del matrimonio y que convertirá a Kitty en otra persona debido a la dura realidad del entorno y al contacto con la muerte. Una vez allí, con la muerte presente en todo momento, sus principios y todo aquello de lo que creía estar segura se tambaleará y cambiará para siempre su forma de afrontar la vida.

El libro consta de varias partes bien diferenciadas que van en paralelo a la evolución del personaje central del libro Lizzie que se convierte en protagonista absoluta del relato. El estilo elegido por el autor para narrar la vida de la protagonista, alterna muchas veces con la descripción en tercera persona contando y explicando los hechos en lugar de ser mostrados mediante diálogos y/o reflexiones interiores. Maugham en ocasiones se decanta por los diálogos entre los personajes dotando al texto de cercanía y naturalidad, y de una intensidad capaz de emocionar logrando acercarnos a los problemas y contradicciones de los protagonistas.

El personaje de Kitty sufre un drástico cambio; Somerset con su pluma nos describe pormenorizadamente la evolución psicológica de nuestra protagonista a través de sus vivencias y su cambio de vida. El libro tiene como tema central la redención de la protagonista tal María Magdalena, redimiéndose de sus pecados, expiando sus culpas a través del sacrificio, a la renuncia de los bienes materiales y a la entrega a los demás. El tema de la culpa y el remordimiento son dos de los ejes centrales del libro pero no los únicos, también contemplamos la vanidad, la ira, el orgullo y toda una serie de pecados que convierten a esta obra en toda una historia de pasiones humanas. La historia en sí, la sacó Maugham de un verso del Purgatorio de Dante, en el que un marido que sabe que su mujer ha sido adúltera, la envía a Pisa donde hay una epidemia de peste. Lo más logrado del libro es el perfecto perfil psicológico que traza de la protagonista y su devenir existencial a lo largo de toda la novela; en ningún momento nos produce rechazo el personaje central femenino y eso a pesar de que ya desde la primera hoja nos la retrata como una joven burguesa de la alta sociedad, caprichosa y casi carente de sentimientos y que al poco de casada se convierte en una adúltera sin remordimientos, pero lo que consigue más bien es provocarnos un sentimiento de lástima. Mientras que el personaje del marido no nos despierta ninguna simpatía a pesar de ser un personaje honesto y fiel a su esposa, pero esa infelicidad y amargura se convierte en el transcurso de la novela en odio acerval y en una sed de venganza hacia su mujer mediante el castigo no sólo físico sino psicológico que es la penitencia que le impone por sus faltas cometidas y el único camino posible para su salvación. En realidad la novela trata de la transformación o renacimiento de una mujer enfrentada a sí misma y a su cruda realidad, y va retrocediendo en el pasado de la joven en busca del origen de su forma de ser y comportarse. El autor es muy crítico con los estereotipos y roles que las sociedades fomentan y la infelicidad que dichos valores provocan en aquellas personas que no se rigen por estas normas; responsabiliza tanto a la sociedad de la época como al tipo de educación que se daba a las mujeres, destinada y avocada a concertar un buen matrimonio. Esta y otras situaciones se utilizan para mostrar la evolución de Kitty, tanto en el conocimiento de sí misma como en el de los demás, desde la debilidad de su amante a la personalidad atormentada de su marido.

Con respecto al autor, señalar que nació en París, 25 de enero de 1874 y murió en Niza en 1965 a los 91 años. A los 2 años muere su padre y es enviado a vivir con su severo tío e ingresado en un internado muy estricto en donde empieza a desarrollar una tartamudez que le acompañará de por vida. Una vez abandonado el internado el autor se dedicó a estudiar medicina, aunque lo que realmente le gustaba era la literatura. En estos años de dedicación a la medicina, no dejó aparcada su pasión literaria y siguió escribiendo, así Liza of Lambeth fue su primer gran éxito entre la crítica y el público y lo que convenció finalmente a Maugham, que ya se había licenciado, de abandonar la medicina y embarcarse en una carrera literaria que duraría sesenta y cinco años. Luego vendrían a Servidumbre humana (1915) calificada por críticos de la época como una de las novelas más importantes del siglo XX. Fue un viajero incansable y vivió en varios países; su producción fue muy excelsa, escribiendo teatro, novelas, ensayos y libros de viajes y se convirtió en uno de los autores que más adaptaciones cinematográficas ha tenido. Su vida personal fue muy tomentosa; era bisexual y tuvo un tempestuoso matrimonio fruto del cual tuvo una hija; alternó esta vida de manera ininterrumpida con relaciones homosexuales. Considerado como uno de los padres de la narrativa mundial de principios de siglo, autor denostado por muchos, adorado por otros, Somerset Maugham se convirtió en su época en un autor de los llamados hoy en día “superventas” debido a la agilidad, ironía, agudeza, cercanía y estilo directo de su narrativa. Escribió en un periodo en que la literatura modernista experimental, como la de William Faulkner, Thomas Mann, James Joyce o Virginia Woolf iba ganando la popularidad y el respeto de la crítica. Su narrativa divergía de estos escritores en que era más objetiva y descriptiva y no tan intimista ni abstracta como la de los susodichos. Entre sus obras más importantes figuran Conociendo a Julia, Al filo de la navaja, La luna y seis peniques y Servidumbre humana, quizás este último su libro más autobiográfico y más laureado por la crítica.

En 2006 se estrenó la segunda adaptación cinematográfica de la novela que fue llevada al cine en un par de ocasiones siendo la más reciente una adaptación de la mano del director John Curran e interpretada en sus papeles principales por Naomi Watts como Kitty Fane, Edward Norton como el atribulado doctor Fane y Liev Schreiber como el pretencioso amante Charlie Townsend. Con una duración de más de dos horas, la película aunque tiene el sólido guión de la novela, adolece de la frescura y brillantez de la pluma de este escritor y no logra que los espectadores conecten con los personajes como ocurre con la novela y eso a pesar de que la protagonista Naomi Watts consigue una destacada actuación, siendo una de las intérpretes más sólidas actualmente junto con actrices como Cate Blanchett o Kate Winslet. Mientras que en la novela sus páginas te acercan a la figura central de Kitty, la película hace un esbozo borroso y deleble de dicho personaje, rayando en lo ridículo; debido a la poca inmersión en su psicología se nos presenta a la protagonista como un ser vacío y sin sustancia difiriendo totalmente de su modelo narrativo; del doctor Fane decir un tanto de lo mismo, en la película se nos presenta como un atribulado esposo enamorado hasta los tuétanos de su esposa, que le perdona todo y más con tal de reconquistarla, nada que ver con el personaje que el autor refleja en su novela que se nos muestra como un ser cruel, amargado y lleno de resentimiento que hostiga a su esposa constantemente y cuya única finalidad es el sufrimiento de esta. Como no podía ser menos al tratarse de una película “made in Hollywood”, en el film los dos protagonistas se reconcilian y acaban perdonándose, conociéndose de nuevo y volviendo a enamorarse antes de la muerte de él, cuando en la novela este planteamiento jamás es así; nunca existe amor entre ellos y cuando el marido muere, ella acaba con la sensación de ver fallecer a un total desconocido, y con su muerte consigue redimirse y purgar su carga y pena física y psíquica. Señalar que un acierto de ambas creaciones es que no siguen un orden cronológico escrupuloso, de hecho la película comienza con el peregrinaje de ambos protagonistas hacia tierras de Mei Tan Fu y mediante repetidos flashbacks de Kitty, se nos va narrando y explicando la vida de su protagonista y el giro de acontecimientos que sucedieron y que les llevaron a este destino perdido en mitad del caos; esto es un acierto que añade aliciente a la trama.

Este es un libro que gustará a la mayoría de la gente por ser una historia que te atrapa desde un principio con una historia de amor trágico, con personajes atormentados e infelices y un mundo inmerso en un caos total, con la pandemia de la peste y la guerra como telón de fondo. El autor habla de temas intemporales de ahí que la novela siga atrapando a lectores de hoy en día y de cualquier lugar del mundo ya que el contexto en que se desarrolla la trama podría ser el escenario de cualquier país y nos muestra un elenco de personajes imperfectos pero reconocibles en la realidad cotidiana.

Como apunte final hacer referencia al título del libro El velo pintado que además es el epígrafe de la novela y que hace alusión a un soneto del poeta romántico inglés P.B. Shelley (1792-1822). En el soneto se dice que tras el velo de las apariencias, la vida no esconde amor, sino sólo miedo y oscuridad. Este título nos hace reflexionar acerca de cómo somos y la manera que tenemos de «pintar” la vida delante de los demás y ocultar la realidad de nuestros sentimientos detrás de un velo; nos viene a decir que los seres humanos somos velos pintados que escondemos muestro verdadero yo, y de eso versa esta novela, de un juego de máscaras, de no ser lo que aparentamos ser o de ser una pálida imagen de lo que somos y solo cuando descorremos el velo nos damos cuenta que en este juego nos desilusionamos dolorosamente.

Mari Luz Rodríguez García. Avilés, Asturias.
Colaboradora, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 9 Marzo 2009.