Las dos caras de la señora Aguirre – por Teresa Galeote

No hay quien pare a la señora. Eufórica y segura de su poder reparte sus palabras y sus hechos por todas partes. Ella, que se llama liberal, se libera de todo prejuicio y va privatizando, poco apoco, la Sanidad y la Educación Pública. Es también conservadora y por ello quiere conservar los privilegios de los de siempre y sobre todo los de la jerarquía de la Iglesia Católica; no en vano tiene fieles colaboradores en los medios de comunicación de la Conferencia Episcopal.

La señora tiene muchos compromisos con los fuertes y eso es lo que más le importa; con los que menos tienen se compromete de palabra, pero no de hechos. La nuevas normas que han aprobado sobre escuelas infantiles nos llevan al pasado inmediato, a los años setenta. Fueron esos años muy difíciles para las madres trabajadoras que teníamos que aceptar escuelas en pisos o locales donde ni siquiera había un patio para el recreo de los niños. No teníamos otra forma de poder trabajar, aunque no por eso dejamos de reclamar escuelas en mejores condiciones y avanzamos en ese sentido, pero ahora la señora quiere volver a otros tiempos, a despojarnos de conquistas sociales que habíamos alcanzando. La señora Aguirre, libera a las escuelas infantiles de muchas de sus ataduras; las nuevas normas dictaminan que no hacen falta patios ni jardines en las nuevas escuelas, que las aulas podrán ser masificadas y el personal no necesitará titulación específica. La falta de plazas en educación infantil no lo soluciona habilitando más escuelas públicas, sino facilitando las privadas en condiciones que ya creíamos superadas. Veremos si las movilizaciones y las firmas recogidas hacen algo.

La liberal señora hace desaparecer el Instituto Madrileño de Salud Pública; instituto esencial para la prevención y vigilancia de la salud. Distribuye a médicos y demás personal sanitario para cubrir las plazas de los nuevos hospitales, de gestión privada, llevando a cabo un desconcierto bien calculado para debilitar la Sanidad Pública y fortalecer a la privada. El día 29 de abril hubo 15 concentraciones en Madrid para protestar por la situación de la Sanidad Pública madrileña. Una sanidad con la aportación económica más baja de todas las comunidades españolas; un 3,4% del PIB, cuando la media nacional es del 4,9%. Si a esta pírrica aportación se le resta la parte destinada a los conciertos privados estamos ante una grave ofensiva a la Sanidad Pública madrileña.

Muy liberal en este aspecto, la señora Aguirre muestra su cara más ultra-conservadora cuando se atreve a realizar un convenio con la Iglesia Católica que introduce en los consejos éticos de sanidad, sobre cuidados paliativos, a sus representantes. Recordemos que la jerarquía católica ya ha dicho que es de buenos cristianos sufrir hasta la muerte y pone el ejemplo de Jesús en la cruz; sesudas reflexiones. No se paran a pensar que entonces no existían los adelantos que hoy tenemos para pasar dicho trance de la forma menos dolorosa posible. La señora pretende recuperar la enseña que el régimen franquista tenía a gala; seguir siendo el baluarte espiritual católico de occidente. Flaco favor harían los partidos de la oposición en la Asamblea madrileña, si no pusieran inmediatamente una denuncia ante el Tribunal Constitucional. ¿No somos un Estado Aconfesional? pues óbrese en consecuencia.

La señora está invadida por la erótica del poder y es ese virus el que le da alas para volar sobre el nido del cuco y hacer y deshacer a su antojo. La soberbia que proporciona dicha erótica puede acabar con ella, pero antes de que eso ocurra ella y su partido pueden terminar con las conquistas sociales de tantos años. Qué bien le vino el Tamayazo a la lideresa; a los madrileños muy mal. La señora da para mucho. Tiene las dos caras de una misma moneda y las utiliza contra tirios y troyanos sin ningún pudor; cuando le interesa es liberal y cuando no es la más feroz de las conservadoras.

Lejos de facilitar la vivienda pública para aquellos que la necesitan, introduce en los precios de la vivienda protegida madrileña un aumento del 25%. Libera a los promotores permitiéndoles más beneficios en tiempos de crisis y penaliza a los que necesitan una vivienda para uso cotidiano. En la carretera 501, denominada de Los Pantanos, ha tenido que intervenir la Comunidad Europea para exigir un informe sobre el impacto medioambiental en la zona, pero ella sigue adelante sin pestañear.

Kafka ya definió ciertos signos de la sociedad moderna, de la impotencia del ciudadano ante un poder que anula. Bien podríamos definir la actual situación de la Comunidad de Madrid con una palabra: “kafkiana”.

Teresa Galeote. Alcalá de Henares, Madrid.
Redactora, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 2 Mayo 2008.