La pasada noche tuve ocasión de ver en la televisión autonómica catalana, en el siempre interesante programa La Nit al día de Mònica Terribas, una esclarecedora entrevista al coordinador general de Lokarri, Paul Ríos. Uno de lo asuntos tratados, con mayor detenimiento, fue la preocupación que había en el entorno aberzale sobre la huelga de hambre de De Juana Chaos. Paul Ríos, argumentó que en la izquierda aberzale, mayoritariamente existe una voluntad por aceptar la vía política para la resolución del famoso contencioso, pero que sin embargo la muerte de De Juana Chaos, podría dar más argumentos a un sector duro ?que nunca ha visto claro este proceso y que justifica el terrorismo de la banda armada? para imponerse a la mayoría.
La exposición de Paul Ríos nos viene a decir una vez más lo que ya sabíamos, hasta que punto las tesis de unos pocos se imponen a la mayoría, mediante la fuerza y la coerción ?en este caso emotiva y en la propia izquierda aberzale?, sin que se contemple, o cuanto menos se perciba, que ésta es una de las causas eficientes del porqué aún existe la violencia en esas tierras. Ahora pasemos a hablar de De Juana Chaos.
La huelga de hambre que está llevando a cabo De Juana Chaos obedece a una serie motivos que deberían tenerse en cuenta. El primero de ellos es que el reo ?en función del código penal tardo-franquista? ya ha cumplido la condena que le fue adjudicada hace veinte años por el asesinato de veinticinco personas. El segundo motivo es el delito por el que se le acusa, y por el que permanece actualmente en prisión provisional, el haber escrito dos artículos en donde ?según el tribunal? se vierten amenazas contra personas. Por este delito la Justicia, después de una puja entre las partes, le ha asestado doce años de prisión.
En espera de que la sentencia sea recurrida y termine siendo firme, De Juana Chaos decide empezar esa huelga de hambre, y tanto la izquierda abertzale como la derecha española le dan la máxima cobertura, los primeros convirtiéndole en un símbolo de su resistencia, y los segundos en una horrible bestia que merece morir en prisión.
El asunto pues parece delicado y no hay por ningún lado la mínima responsabilidad que las partes deberían de tener si tienen en estima los conceptos de la libertad individual, la Justicia, y los derechos humanos.
Contrariamente a lo que se ha dicho, De Juana Chaos no es libre de hacer lo que quiera con su vida porque está encarcelado, pero tampoco es cierto que el Estado lo haya sentenciado a muerte, porque la huelga de hambre, aunque para él obedezca a motivos, ha sido decisión suya el llevarla a cabo.
Esta argumentación circular nos lleva al papel de la Justicia en este caso, en dónde lógicamente no quiere sentar un precedente para otros presos, dejándole en libertad, pero en dónde la sentencia por esos dos artículos, parece del todo desproporcionada, y por lo tanto es cuanto menos cuestionable.
Finalmente nos queda la máxima de los derechos humanos, tan citada y olvidada cuando conviene tanto por unos como por otros, pero que se limita a recordarnos que todo hombre tiene derecho a la vida. En peligro de muerte para De Juana Chaos en función de ésta máxima, y al ser un preso bajo la custodia del Estado y por lo tanto no disponiendo plenamente de su libertad, la Justicia y la Institución Penitenciaria deben hacer lo posible para que el hecho no llegue a consumarse. Obligándole a alimentarse, convencerle de que desista, o dejándole en libertad hasta que la sentencia sea firme.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 3 Febrero 2007.