Dólar, dólar, dólar – por Edmundo Fayanás

Estados Unidos es a partir de 1945 la potencia hegemónica, basada fundamentalmente en dos aspectos, su superioridad militar y en el papel del dólar como reserva monetaria mundial.

Henry Kissinger dijo: ”quien controla el suministro de comida controla a la gente; quien controla la energía puede controlar continentes enteros; quien controla el dinero puede controlar el mundo”.

Al terminar la II Guerra Mundial, Estados Unidos tenía las mayores reservas del mundo en oro, la mayor base industrial y un gran excedente de dólares respaldado como vemos por el oro.

El sistema monetario de la época se basaba en los acuerdos de Bretón Woods, en el que el papel moneda en circulación debía estar respaldado por las reservas en oro de los Bancos Centrales. Así entre 1945 y 1965, la masa monetaria en dólares creció un 55%, dato que se corresponde con su desarrollo económico y con sus reservas en oro.

Con la guerra del Vietnam la situación cambió porque supuso un gasto financiero ingente, que originó que en 1968 sus reservas en oro llegarán al mínimo, pensando en la posibilidad de un crack financiero.

A mediados de 1971, el presidente republicano Richard Nixon rompe los acuerdos de Bretón Woods y niega el canje dólar/oro, pues no dispone de suficiente metal. Desde 1971, el dólar no se fija a una onza de oro, sino que “la máquina impresora” del Tesoro y la Reserva Federal, es la que dicta la cantidad de dólares en circulación. Como consecuencia se liberalizan los mercados financieros y se levantan los controles. Se permite que los bancos comerciales se asienten en paraísos fiscales, siendo ingresados fondos protegidos y derivados financieros no regulados.

Todos los productos claves del comercio mundial, incluyendo las armas, el petróleo, las drogas, etc. se pagan mayoritariamente en dólares. Como consecuencia de esto la demanda de dólares crece de forma exponencial en unas cantidades que no lo justifica el valor de su economía. Entre 1971 y 2001 la cantidad de dólares en circulación ha crecido un 2.100% fuera de la realidad de la economía norteamericana. Hasta ahora todas las monedas tenían un valor en función de la economía del país, si esta iba bien su valor aumentaba y si iba mal se depreciaba.

Como vemos, el dólar actual está fuera de cualquier realidad económica pero ésta al final acaba imponiéndose. Podemos decir que la economía más grande del mundo funciona porque recibe los recursos del resto de los países, principalmente desde Asia, que siguen adquiriendo masivamente sus bonos del Tesoro, con lo cual Estados Unidos cubre su déficit fiscal.

Con recursos externos se financian las descaradas rebajas de impuestos practicadas por Bush que favorece a los sectores ricos, se consiguen los recursos para mantener la costosa intervención militar de Iraq y Afganistán y todo el despliegue militar por todo el mundo.

Actualmente, el dólar es la única reserva monetaria global porque el euro no se atreve a dar el paso. Los Bancos Centrales deben de tener dólares suficientes de reserva como garantía contra las crisis monetarias y poder pagar sus importaciones petrolíferas y similares.

Mientras el dólar norteamericano sea aceptado como valor monetario, los Estados Unidos poseen una ventaja única, lo que le permite que el mundo acepte los devaluados dólares como pago por sus bienes.

El problema actual es el enorme débito con el resto del mundo, el endeudamiento interno ha alcanzado niveles alarmantes, especialmente en los últimos años. La deuda total tanto pública como privada, es de 34 billones de dólares, cuando en 1985 era de 7 billones de dólares.

Mientras el dólar sea la única moneda global, Estados Unidos y su sistema financiero ganan a costa del resto. El problema radica en que se ha permitido que este sistema monetario perverso, salga de todo control razonable, hasta el punto de que hay una amenaza de llevarnos a todos al borde del colapso.

La Reserva Federal confía en que el capital extranjero siga fluyendo para apuntalar los déficits del sistema económico norteamericano. Cada día necesitan 3.000 millones de dólares exteriores para que el país pueda funcionar, pues la capacidad de ahorro de los norteamericanos actualmente es nula. Están seguros de que sus socios comerciales siempre se verán obligados a comprar más deuda norteamericana para evitar que se desmorone el sistema monetario global, como casi sucede en 1998 con la crisis asiática y rusa.

Es tal la perversidad del sistema, que el proceso de globalización sufre grandes anomalías, como señala el economista Joseph Stiglitz cuando dice: “el dinero debería fluir de los países ricos a los países pobres, pero en los últimos años lo ha hecho en la dirección contraria”.

Aproximadamente el 67% de todos los recursos de los bancos centrales son dólares. El oro representa una mínima parte y el euro sólo un 15%.

¿Es esta situación sostenible en el tiempo? La respuesta es negativa. Aquellos lectores que me sigan, al igual que otros pocos articulistas llevamos tiempo denunciando esta situación de injusticia monetaria y su no sostenibilidad. La gran pregunta es ¿Cuándo dejará de ser el dólar el referente monetario mundial? Da la sensación que ese momento está muy cercano porque se están dando una serie de factores que llevan al dólar a un callejón sin salida y a enfrentarse con su propia realidad. Veamos.

La política económica realizada por Bush está completamente equivocada y lo que hace es debilitar más al dólar en un futuro, con los llamados déficits paralelos, fiscal y comercial. Las exenciones de impuestos a los ricos, que ha conseguido además de aumentar la injusticia social, es debilitar las posibilidades de actuación del Estado.

Muchos Bancos Centrales están realizando una diversificación de sus reservas, disminuyendo el papel del dólar y aumentando el del euro y el yen. En este sentido son significativas las declaraciones del gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan, cuando dice que están diversificando su cartera con otras divisas. El 72% de las reservas internacionales chinas están en dólares, poseyendo a estás alturas más de un billón de bonos del Tesoro norteamericano. ¿Qué pasará cuando los chinos cambien dólares por euros?

Varios países productores de petróleo ya empiezan a cobrar sus exportaciones en euros y no en dólares, Venezuela, Irán, Rusia, etc., lo que ataca directamente al dólar.

La propia debilidad de la economía norteamericana, en pleno proceso recesivo y con posibilidades de explosión de la burbuja inmobiliaria va camino de una depresión económica profunda en los Estados Unidos.

El 2007 será un año muy difícil para Estados Unidos. Estemos atentos que pasa con el dólar pues todos padeceremos las insensateces del actual sistema monetario a causa esta moneda.

Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 27 Enero 2007.