Reseña del libro ‘La caja sucia’ (Telebasura en España) de Lorenzo Díaz.
Publicado en la Editorial La Esfera de los Libros.
‘La caja sucia’ – por Teresa Galeote
“¿Es cierto que la sociedad española tiene la televisión que se merece? ¿Sufrimos la programación más vulgar de toda Europa? ¿Por qué la aparición de las cadenas privadas no ha generado una mejor oferta, sino lo contrario?”. El periodista y sociólogo, Lorenzo Díaz, se hace estas preguntas y su libro no es otra cosa que una clara exposición del grado de deterioro en el que ha caído el ente público; servicio pagado por todos.
Todo vale con tal de ganar audiencia y beneficios, la profesionalidad y la creatividad del periodismo poco importa y, con dichas premisas, el morbo, el sensacionalismo y los montajes de todo tipo están servidos en detrimento de la información veraz y contrastada por diversas fuentes; no hay espacio para la reflexión, sólo para el espectáculo, incluidas las noticias que requieren análisis debido a su complejidad; en definitiva, todo se frivoliza.
Se da mayor cobertura informativa a la vida de famosos y famosillos (personajes que se enriquecen contando su vida privada) que a hechos trascendentes que requieren mayor reflexión. “¿Quiénes son los responsables: los productores sólo atentos a la cuenta de resultados, los espectadores, poco o nada selectivos con lo que ven, o los poderes públicos, cuya reacción todavía está por llegar? Y la pregunta del millón, ¿se puede poner freno a este desenfreno, o el fenómeno de la telebasura aún puede ir a peor?”. Ahí quedan las preguntas que lanza el autor del libro.
Lorenzo Díaz, con argumentos sólidos, citas y datos, muestra qué clase de televisión tenemos en España y cómo se financia. Todo ello expuesto en cuadros comparativos con algunos países europeos, así cómo otras formas de financiación y el porcentaje de anuncios que están permitidos; en esto último, la TVE se lleva la palma ya que no hay límite publicitario. Si además, como todos sabemos, cuenta con un gran déficit, convendremos que la televisión en nuestro país necesita profundas reformas.
Según Jean Daniel, premio Príncipe de Asturias de Comunicación de 2004: “El déficit de ideas impuesto por el periodismo audiovisual es una amenaza terrible”. Otra valiente pregunta que lanza el autor: “¿Está secuestrado el buen periodismo?”. También se recoge una declaración de Ignacio Ramonet “No es sorprendente que los periodistas se hayan vuelto más cínicos al estar insatisfechos con sus empleos en la época reciente”. La consecuencia en el mundo occidental desarrollado ha sido una espiral de cinismo en cuanto a la política y a la vida pública “.
Preguntados algunos profesionales del medio sobre la situación de la televisión estas son las repuestas que dan:
“La cultura audiovisual implica una nueva forma de entender el mundo y, sobre todo, está creando ciudadanos que se conmueven por imágenes más que por ideas. La televisión entretiene, divierte e informa, pero también deforma”. Nativel Preciados, escritora y periodista.
“Recabar audiencias y entretener son dos objetivos honorables , pero no todo vale para conseguirlo. Minimizar la influencia socializadora y culturizante de la televisión es cerrar los ojos de una realidad indiscutible. Es la forma de diversión más fácil y barata, más universal y democrática que haya existido jamás.» Victoria Camps, Comité de sabios.
“La televisión es un arma terrible y cuando queramos corregirla, quizá será tarde”. Narciso Ibáñez Serrador, director y productor de televisión.
Es lamentable que los códigos de la prensa sensacionalista se han adueñado de todas las televisiones, así como los anuncios: ambos copan gran parte de la programación.
Valga esta breve reseña del interesante libro de Lorenzo Díaz para seguir hablando y escribiendo de TVE. Mientras las productoras privadas han ido copando cada vez más los programas que ofrece la televisión pagada por los contribuyentes, se han ido arrinconando a los profesionales de la casa hasta el punto de pretender despedir a 4000 trabajadores. Los programas subcontratados a productoras hacen y deshacen a su antojo, pagan sueldos millonarios a personas por unos momentos de presencia en el plató, según un caché establecido; no se sabe con qué criterios. Programas como Mira quién baila, o 59 segundos son dos claros ejemplos de sueldos a la carta para los invitados.
La mala administración de TVE durante años la ha llevado al endeudamiento que padece, no el exceso de personal, ya que cuenta con una plantilla inferior a la televisión francesa, italiana e inglesa, así como su presupuesto. ¿Despilfarro, o premeditación?
Teresa Galeote. Alcalá de Henares, Madrid.
Redactora, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 8 Octubre 2006.