El enfermo sistema educativo español – por Edmundo Fayanás

Un nuevo curso acaba de comenzar y los problemas no sólo no se han solucionado sino que se han ahondado. Todos los informes que evalúan nuestro sistema escolar son concluyentes, y dando los mismos resultados, ya sea el informe PISA, el de la OCDE, etc.

Algunos de los brillantes gestores educativos de Navarra, en sus circulares de principios del curso 2005, incidían sistemáticamente en como hacer para que el siguiente informe PISA sobre Navarra salga estupendo, lo demás no importa. Estos personajes que dirigen nuestra educación sólo están preocupados de esa estadística, pero siguen sin entender que pasa en nuestro sistema educativo navarro y mientras nos restringen, presupuestos, proyectos y reducen profesorado, para que con esos ahorros puedan pagar los gastos del irreal canal de Navarra o de sus autovías.

El último informe de la OCDE es concluyente en algunos aspectos de los que analiza. El gasto educativo español en 1995 era del 4,6% del PIB, mientras que en el conjunto de los países de la OCDE era del 5,3% de su PIB, su diferencial era del 0,7% de su PIB, que significa mucho dinero. En ese año solo Turquía y Japón estaban peor que nuestro país.

La situación de 2003 es que el gasto educativo había descendido al 4,3% y el de la OCDE había subido al 5,5% siendo el diferencial de 1,2%. Este periodo coincide con las dos legislaturas del Partido Popular, que como podemos comprobar, abandonó a la educación, y si a eso añadimos que la educación privada mejoró ostensiblemente porque era prioritario para este partido, podemos concluir que la gran perdedora ha sido la enseñanza pública. Aquí en Navarra, el proceso ha sido el mismo, donde la enseñanza privada goza de bastantes privilegios, como por ejemplo la subvención de los bachilleratos cuando no es una enseñanza obligatoria.

En los Acuerdos de la Agenda de Lisboa del año 2000, se aprobó que para el año 2010, el gasto educativo de la Unión Europea debería ser del 6% del PIB anual. Está claro que lo firmó el PP y que lo iba a incumplir, como ha hecho con otras cosas, como por ejemplo el tratado de Kyoto. Donde en vez de aumentar el gasto lo estaba reduciendo. Desde el 2004, gobiernan los socialistas, y la situación ha mejorado algo, pero después de tres presupuestos ni siquiera llegamos al 4,6 del PIB en que terminamos en 1995. En consecuencia lejos de los acuerdos de Lisboa, mientras nuestras cuentas públicas presentan superávit de 1,5% del PIB.

¿No se sonrojan nuestros políticos del PP y del PSOE?

Está claro que una de las enfermedades de nuestro sistema educativo está en la falta de dinero y medios en educación. Se sigue considerando la educación como un gasto y no como una inversión. Mientras los poderes públicos no entiendan ese diferente concepto, poco hay que hacer.

Nuestro sistema educativo necesita fuertes aportaciones financieras ya sea en nuevas infraestructuras pero sobre todo en profesorado. Al mismo tiempo, que exigimos un aumento importante de fondos en educación, debemos solicitar que se haga de forma clara y eficiente para que este esfuerzo del país sea rentable. El dinero educativo es importante si es eficiente, pero además de esto hay otros problemas que se deben de solucionar.

Uno de los grandes retos del actual sistema educativo es la asimilación de la población inmigrante. En el curso 2006/2007, serán 600.000 alumnos/as inmigrantes que representan el 8,4 % del total, mientras que el curso pasado solo lo eran del 7,4%. El gran problema radica en que casi el 85% de este alumnado se escolariza en la red pública, existiendo ya algunos centros que se han convertido en auténticos guetos.

Podemos observar como su peso cae en las etapas educativas superiores. Sirva como ejemplo el curso 2005/2006 había 288.000 inmigrantes en primaria, 146.000 en la educación secundaria obligatoria. Sin embargo, al llegar a enseñanzas no obligatorias sus cifras caen espectacularmente con 21.000 en bachillerato y 24.000 en Formación Profesional. La falta de continuidad en los estudios es muy significativo en los magrebíes y algo menor en los sudamericanos.

Con la inmigración tenemos un grave problema y es que la administración educativa conduce a estos únicamente a la red pública, mientras que las otras redes no los tienen. Como hemos visto en Francia, los estallidos sociales son consecuencia entre otros aspectos de la mala integración de los inmigrantes. Aquí estamos cometiendo los mismos errores. Luego nos extrañaremos si no entendemos lo que está pasando.

La red educativa tiene capacidad para absorber a este porcentaje de alumnado, pero hay que distribuirlo de forma equitativa entre toda la red, públicos, concertados e incluso los privados puros. Debemos dedicarles más tiempo a este tipo de alumnado e incluso suavizar el paso de primaria a secundaria.

La situación en Navarra, con la actuación de la administración educativa de UPN, es harto preocupante, con una red pública a rebosar de alumnado inmigrante, los concertados apenas tienen porque los rechazan, mientras que los privados puros no los tienen, y en la red de euskera son casos excepcionales.

Otra de las cuestiones es la proporción de alumnos que dejan los estudios tras la etapa obligatoria, siendo la tasa de abandono del 30,8%, mientras que la de la Unión Europea es del 15,2%.

Los objetivos de Lisboa, se marcan como finalidad convertir a la Unión Europea en la economía más competitiva del mundo, marcando que para el año 2010 la tasa de abandono sea de sólo el 10%. Como vemos nos encontramos muy lejos.

Es llamativo que el fracaso escolar ronde el 30%, mientras que en los países de la OCDE se estima en un 12%. España tienen muy pocos titulados en Formación Profesional, un 21% mientras que los de la OCDE está en el 34%.

Es obvio que el crecimiento económico del país no ha tenido una repercusión positiva en el sistema educativo, como vemos por los resultados.

La educación debe convertirse en eje fundamental y vertebrador del futuro desarrollo del país, tal como sucedió en Irlanda. Esto significa que se debe invertir muchísimo más en educación, hasta llegar al porcentaje acordado en Lisboa, es decir, el 6% del PIB.

Pero este dinero debe invertirse de forma eficiente. Es necesario un gran pacto que dé estabilidad y fiabilidad al sistema y no permanecer al albur de cada partido gobernante. Hay que tener una visión de futuro, los temas son muchos e importantes pero en este consenso nos estamos jugando el futuro del país. La causa más profunda del fracaso educativo del país es lo poco que creen en la educación la mayor parte de los estamentos de nuestra sociedad. Tomemos conciencia y exijamos ese gran pacto educativo que tanto necesita nuestra sociedad.

Edmundo Fayanás Escuer*. Pamplona
Redactor, El Inconformista Digital.

*Profesor de Historia en Secundaria.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 30 Septiembre 2006.