Valor y libertad – por Luis Escobar Huerta

Muy señor mío:
Tras el varapalo que el Tribunal Supremo ha dado a Bush, obligándole a reconocer los derechos humanos en Guantánamo, un especialista estadounidense ha manifestado su esperanza de que sus conciudadanos recobren el valor suficiente para defender su libertad, que incluye la de los demás, sin entregarse a dictados como los de la infame “Ley Patriótica”, y a pánicos tan vergonzosos como los ligados al miedo al ántrax. Ya lo dijo otros estadounidense, B. Franklin: “Quien renuncia a la libertad por la seguridad, perderá la una y la otra”, y lo estamos viendo en el desorden cada día mayor en Irak, Medio Oriente y el mundo entero.

Quizá también nosotros, además de criticar con toda razón a los Estados Unidos, podríamos aprender hago de ese triste ejemplo, en vez de escudarnos hipócritamente en él para considerarnos, sin más, mejores. Porque la obsesión por la seguridad que nos inculcó la crisis que culminó en el 1936-1939, y la exaltación del “orden establecido” por un régimen autoritario basado en recorte de libertades, nos llevó a hacer una transición tan suave y, en tantos aspectos casi imperceptible, que nuestras libertades reales están aún en muchos aspectos todavía congeladas. Sólo treinta años después de la tranquila muerte del dictador nos atrevemos a condenar en el Parlamento, no solemnemente, sino como de pasada, su sangrienta tiranía; fecha en la que, a pesar de hacerlo con nocturnidad o excusas de “remodelar la zona”, todavía quedan algunas estatuas públicas, para no hablar de calles o plazas, del Generalísimo. Eso sí, tenemos el valor, y la libertad, de llamar a nuestra conducta una muy prudente transición, y ponerla como ejemplar para otros países.

Luis Escobar Huerta. Madrid.

Cartas de los lectores. El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 18 Julio 2006.

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