Francia se resiste

Los estudiantes y los sindicatos franceses ante la reforma laboral de Villepin ultiman los preparativos de una importante jornada de protestas para el próximo martes 28 de Marzo. Las grandes movilizaciones del pasado fin de semana y la articulación autónoma de los estudiantes ?que desde hace semanas mantiene un verdadero pulso con el gobierno? acercan cada día más al país vecino a una huelga general.

Una Francia apenas recuperada de las llamas del pasado mes de Noviembre, se bate nuevamente en las calles con la policía; está vez por un motivo más claro y diáfano, un proyecto de reforma laboral que afectara sensiblemente a los más jóvenes, dejándolos inmersos en una precariedad y falta de expectativas nada prometedoras. – seguir leyendo

Chirac retira el CPEir a leerlo

La resistencia ~ Francesc Sánchezir a leerlo
Entre la Liberté, la precariedad laboral
y el botellón
~ Teresa Galeoteir a leerlo

Las primeras movilizaciones las iniciaron los estudiantes semanas atrás en solitario; poco organizados pero alzados en las aulas de las universalidades y lanzados a las calles, iniciaron los primeros paros y las primeras protestas. Los enfrentamientos con los antidisturbios en las calles de París y en la propia universidad de la Soborna no se hicieron esperar.

La ultima gran manifestación, en la que participaron aparte de los estudiantes los grandes sindicatos (CFTC, CFDT, CGT, etc.) llego a movilizar a cientos de miles de personas en París y otra cifra similar –diseminada? entre muchas otras ciudades francesas. En los disturbios que se saldaron con decenas de heridos y detenidos, un sindicalista quedó gravemente herido ?según los manifestantes? tras ser pisoteado y aporreado por la policía.

El primer ministro Dominique Villepin en los últimos días ha tratado de calmar los nervios, buscando un acercamiento con las fuerzas sindicales y los estudiantes, pero ha descartado retirar el proyecto de ley porque tal medida ?según sus palabras? seria interpretada como “una muestra de debilidad del gobierno”. Mientras la oposición se opone a los planes de Villepin y requiere que el proyecto de ley pase por la Asamblea Nacional para ser debatido, el presidente de la República Jacques Chirac aún no se ha decidido a estampar su firma en la ley.

El polémico CPE

La nueva ley laboral establece el Contrato de Primer Empleo que pretende ?según el gobierno galo? fomentar el empleo en un sector de la población con una alta tasa de paro, los jóvenes menores de 26 años. El proyecto de ley establece que las empresas podrán despedir a estos trabajadores sin ninguna justificación durante los dos primeros años de contratación.

Actualmente los jóvenes menores de 26 años que se disponen a trabajar están sujetos a la misma legislación que el resto de trabajadores.

Los contratos en Francia se inician con una duración de seis meses, pasando a ser indefinidos a partir de ese período de tiempo. Los conocidos como CDI (Contratos de Duración Indefinida) después del período de prueba obligan a la empresa a detallar los motivos del despido, y permiten al trabajador recurrir a los tribunales la decisión para su readmisión o para –en su defecto? una compensación económica.

La puesta en marcha del CPE (Contrato de Primer Empleo), dividiría a los trabajadores por edades, y alargaría a los jóvenes el periodo de prueba –siempre mucho menos remunerado que un contrato indefinido– de seis meses a dos años, dejándoles durante ese tiempo bajo la arbitrariedad de las empresas frente a los despidos, y sin ninguna garantía de contratación terminados los dos años.

Si la oposición consigue llevar la nueva ley a la Asamblea Nacional, podrá exponer sus argumentos y debatir alternativas, pero será incapaz de frenar la reforma por disponer la derecha de la mayoría absoluta. Así pues todo quedara en manos de Jacques Chirac y de la presión social que se de en las calles. Un escenario muy favorable al ministro de interior y líder de la derecha más radical, Nicolas Sarkocy.

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La resistencia
Francesc Sánchez

Villepin para sumar enteros a su proyecto de reforma laboral ha argumentado que en el Reino Unido y en España existe una legislación similar a la que él pretende aplicar en su país. Lleva razón y no está mal que nos los recuerde; acto seguido para ser honestos tendríamos que decir que no solo la legislación laboral es similar si no que es peor, y aquí casi nadie movió un dedo para evitar el actual desastre.

Pero no nos desviemos. La reforma laboral que plantea Villepin juega en contra de los jóvenes y difícilmente va a poder solucionar la falta de empleo; lo único que conseguirá es abaratar el despido y precarizar los mismos puestos de trabajo hoy ya disponibles.

Lo que está sucediendo en Francia recuerda vagamente a lo que sucedió en el año 68 del pasado siglo. Pero aunque en los dos momentos históricos ?éste también puede serlo? los jóvenes son los protagonistas, los fines, al menos de momento, parecen ser distintos. En el 68 los estudiantes de la Soborna pedían lo imposible y terminaron ?la mayoría de ellos? conformando un espacio mejor, pero también posible. Muchos de ellos terminaron en el Partido Socialista. Hoy en cambio la consigna más que pedir lo imposible parace ser la de resistirse a cambios no favorables. Está aún reciente y sin digerir la quema de Noviembre protagonizada por jóvenes, en su mayoría de procedencia muy humilde, y parece oírse un non-non que recuerda bastante a la oposición del ya muerto proyecto de Constitución Europea.

La resistencia es hacia la imposición de leyes laborales, y la supresión de ayudas y derechos, que con la coartada de revitalizar la economía nacional en un duro escenario internacional, juegan en contra de los ciudadanos. La negativa francesa, como en su momento lo fue la alemana y serán otras, es una resistencia hacia la perdida de aquello que en Europa se conoce como el Estado del Bienestar. Es al mismo tiempo un recelo ?en muchos casos justificados? al funcionamiento del mercado y a la perdida de la soberanía.

Ésta legitima resistencia ?cómo en su momento argumenté (*1)?, tiene el inconveniente de que si no es capaz de ir más allá de la negación, y no pasa a articular unas nuevas políticas ?que por fuerza han de ser europeas, o en su defecto plantear sin tapujos la disolución de la liga?, en la actual coyuntura, con un mundo bastante globalizado y funcionando dentro del vigente sistema económico, puede llegar a ser hasta contraproducente. El capital francés, como el resto de capitales europeos, ya dispone de un amplio margen de maniobra para hacer y deshacer a su antojo en el mercado común y en el resto del mundo; la reforma laboral que plantea Villepin va en esa sintonía. Si no se hace nada la caída será dura e inevitable. Más allá de resistir dignamente, es el momento pues de plantearse si hay que dar ordenadamente y cuidadosamente marcha atrás en la Unión, o empezar a plantear un modelo de estado europeo democrático y cercano a los pueblos, que tenga una única voz en el exterior y que sea capaz de controlar al gran capital.

(*1) El inconveniente de solo resistirse lo argumenté en La irrupción de la loca de Challiot – por Francesc Sánchez

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10 Abril 2006
Chirac retira el CPE

El presidente de la República Jacques Chirac ha decidido retirar la polémica ley que hacia posible el Contrato de Primer Empleo(CPE). La medida adoptada tras una presión de los jóvenes en las calles durante semanas ha sido interpretada como una victoria por los manifestantes.

En lugar del CPE Jacques Chirac, por recomendación del primer ministro Villepin, ha propuesto una proposición de ley de inserción laboral para los menores de 26 años. Esta medida, tras su paso por la Asamblea, establecerá que las empresas recibirán ayudas del estado por cada contratación de jóvenes que realicen. La inversión pública media por año superara los 150 millones de euros.

Tras la retirada del CPE, los sindicatos de estudiantes han manifestado que “el objetivo ha sido alcanzado” gracias a la “unidad sindical”. Las multitudinarias manifestaciones en las calles de las principales ciudades francesas se han ido terminado.

Redacción / Internacional. El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 22 Marzo / 11 Abril 2006.