El 20 de Marzo de 2003 las fuerzas aéreas norteamericanas iniciaron los primeros bombardeos sobre Bagdad, la operación llamada shock and awe (conmoción y pavor) fue el inicio de una guerra en Iraq que a día de hoy, tres años después, aún no ha terminado.
Decenas de miles de civiles muertos directamente por la acción de las armas, y otras tantas decenas de miles de muertes más por la caída del Estado, son la mejor definición de lo que ha arrojado hasta la fecha una pretendida liberación de los iraquíes de una dictadura. – seguir leyendo
Samarra: dolor e ira ~ Pedro Prieto – ir a leerlo
Apenas ya nadie recuerda como empezó todo, entre otras cosas porque desde entonces los motivos que se han dado para justificar ésta guerra ilegal han ido variando; conforme la comunidad internacional por acción u omisión ha aceptado los hechos consumados de la invasión, los ocupantes han cambiado sus argumentaciones.
Las armas de destrucción masiva que según el Pentágono tenía el régimen de Saddam Hussein, y que fueron el primer motivo para justificar la guerra, jamás se encontraron; en ningún edificio gubernamental, búnker o bajo la arena del desierto se encontró armamento nuclear, químico o biológico. Tendrían que pasar al menos dos años hasta que finalmente las armas de destrucción masiva aparecieran en la ciudad de Faluya, cuando el ejercito norteamericano masacró a un importante número de civiles con fósforo blanco, y perpretó, sin importale siquiera la presencia de las cámaras, un sin fin de crimenes de guerra.
La ausencia de derechos y libertades, y la crueldad que ejercía el régimen iraquí, fue el segundo motivo para justificar la guerra, pero lo bien cierto es que desde entonces todo esto ha empeorado substancialmente. La caída de la estructura estatal, y la presencia de ejércitos extranjeros, ha reportado un incremento salvaje de la violencia, los secuestros, la tortura, y el miedo; desde la invasión, centenares de miles iraquíes por primera vez en su vida pasaron a quedarse sin trabajo y empezaron a conocer de forma rutinaria lo que es el hambre. Iraq hoy lejos de ser un país viable y democrático es un estado fallido en donde la única ley que existe es la del más fuerte.
La conexión del estado iraquí con el terrorismo internacional de cuño islámico, el tercer motivo para la justificación de la guerra, jamás se demostró. Lo que sí se ha demostrado durante todo este tiempo ?desde la destrucción del estado y el inicio de la invasión? es que el terrorismo internacional ha entrado de lleno en Iraq, provocando un número infinito de masacres entre los civiles. Extraños grupos armados cercanos a los postulados de Alqaeda y verdaderos escuadrones de la muerte contratados por multinacionales extranjeras siembran el terror entre la población.
En ésta infinita confusión premeditada ?y propiciada en muchas ocasiones por grandes medios de comunicación mal informados que ante la ausencia de periodistas sobre el terreno no han dudado en aceptar la versión oficial del ejército norteamericano?, las diferentes resistencias ?legitimas según los acuerdos de Naciones Unidas? son equiparadas con vulgares terroristas. Argumentación que no hace más que justificar nuevamente la agresión militar e invasión permanente que ejecutan los EEUU y el Reino Unido del territorio iraquí.
Tres años atrás millones de personas mostraron su rechazo a una guerra inminente sobre un país, Iraq, que en nada nos habia amenazado; hoy tres años después pese a que se han convocado un número importante de movilizaciones, la asistencia ha sido minoritaria.
Redacción / Internacional. El Inconformista Digital.