El pasado 22 de Febrero la SEPI y la Dirección de Radio Televisión Española anunciaron un plan de reestructuración, que en teoría tiene como finalidad una mejor racionalización de los recursos del ente público y la reducción del gasto en toda la corporación. Entre las primeras medidas adoptadas están previstas la eliminación de las desconexiones territoriales tanto en TVE como en Radio 5-Todo Noticias, como la desaparición de Ràdio 4 en Cataluña.
Ràdio 4, la radio decana en catalán de Cataluña, ha iniciado una serie de protestas exigiendo la entrada en el conflicto de la Generalitat y los partidos políticos catalanes. Fruto de estas presiones Ràdio 4 podría salvarse, pero su futuro es del todo incierto.
La directora de RTVE, Carmen Caffarel, en un artículo aparecido el pasado 5 de Marzo en el periódico la Vanguardia, mostraba como una solución viable la dependencia de Ràdio 4 a la CCRTV (Corporación Catalana de Radio y Televisión), manifestando que se podrían «buscar fórmulas para transferir la marca, la frecuencia, sus medios técnicos y humanos e incluso su emplazamiento».
Carmen Caffarel en el mismo artículo, ante los rumores de cierre de algunos centros territoriales de RNE y TVE, mantenía que la presencia de RTVE en todas las autonomías «está garantizada».
No obstante, como apuntan algunos trabajadores de RTVE, esta presencia se vería reducida con la supresión de las actuales desconexiones en Radio 5-Todo Noticias y los dos canales de televisión.
Preocupación justificada, si contemplamos que la supresión de las desconexiones en La 2 de TVE en Cataluña afectaría a una considerable franja horaria destinada a una programación en catalán, realizada íntegramente en los estudios de Sant Cugat del Vallés.
Finalmente la reestructuración podría afectar también a los estudios de producción que TVE tiene en Canarias.
El apunte crítico
Si bien es comprensible que la corporación de RTVE quiera lograr una mayor eficiencia, para tratar de reducir sus cuantiosas perdidas anuales y su abultado déficit, debería tener cuidado de no perder nunca la perspectiva de que el servicio público que presta a la ciudadanía es su principal razón para existir. Es por esta razón que las audiencias y el gasto que generan los canales y emisoras publicas, no deberían ser el principal criterio a seguir para decidir si un canal o una emisora debe de continuar existiendo.
Es también compresible que en función de la descentralización del estado y todas sus competencias, se quiera evitar un efecto de duplicidad en los servicios que ofrecen las empresas publicas. No obstante el carácter de los servicios que ofrece RTVE, como una corporación de medios de comunicación que ofrece contenidos tanto informativos como formativos, no debería de regirse por el mismo patrón que otras competencias públicas.
Bien al contrario, si lo que se pretende, dentro de una descentralización autonómica, es cada vez más una mayor cohesión y vertebración del estado de las autonomías, RTVE tiene un papel crucial a cumplir. De ahí que si bien la solución que dejaría a Ràdio 4 en manos de la CCRTV puede ser viable y acertada, no debería verse como la única.
Pues esta solución podría verse como una forma de desentenderse de las obligaciones que tiene RTVE con la difusión de las lenguas y culturas españolas distintas a la castellana. Y es en esta argumentación en la que es difícil de entender no solo esta dejadez de funciones, si no la falta de potenciación del catalán y las otras lenguas españolas fuera de sus comunidades autónomas de origen.
RTVE haría bien en sopesar que objetivos quiere marcarse, si pasar a ser a una corporación que se rija por los mismos criterios que un medio privado convencional, quedándose como una pequeña salvaguarda del estado para ofrecer propaganda estatal; o bien reconvertirse en una corporación pública que se rija bajo unos criterios profesionales e independientes, que sea capaz de articular la rica realidad cultural y política de este país.
Quizá RTVE haría bien en dejar atrás sus complejos frente a otros entes públicos extranjeros y privados españoles, y pasar a ser audaz. En tratar de lograr una mayor eficiencia y producción propia de calidad, sin regirse tajantemente por criterios empresariales, y mantener al mismo tiempo una posición territorial y formativa, que los medios privados son incapaces de ofrecer.
De producirse la desaparición de Ràdio 4 no tan solo sería, como hace hincapié Carmen Caffarel, una perdida sentimental para muchos, si no un error táctico y de principios; una mala reestructuración de RTVE sería paso atrás dado por una corporación pública, que no debemos olvidar, ha sido muy cuestionada desde sectores nada partidarios de la cosa pública.
Comunicado del Comité de Empresa de Radio 4 – ir a leerlo
Carta de apoyo del Secretario General APLI- RTVE – ir a leerla
Ref. Web: – Ràdio 4 és viva – Ràdio 4 (RNE)
Radio y Televisión / El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 7 Marzo 2006.