Paz y dignidad – por Emilio Sales Almazán

“Sí… también digo, ‘Calma, John’, no tengo ganas de morir. Soy un cobarde… bueno, no un cobarde, pero no quiero morir ni ser herido en lo más mínimo… Nosotros vivimos minuto a minuto, apreciándolo aunque no temiéndolo. Porque podría ser el último día, ya sé que suena ridículo… pero te puede pillar un coche y todo eso”

John Lennon, del libro Lennon remenber.

Hace 25 años que uno de los mayores genios de la historia reciente fue vilmente asesinado, como no, por un “perturbado” norteamericano, digno espécimen de una sociedad como la estadounidense tocada por el manto de la violencia más descerebrada. Recuerdo nítidamente aquella noticia, la recuerdo al leer la prensa y la primera persona con la que comenté la tragedia. Era en el metro de Madrid y me encontré con Francisco García Salve, “El Cura Paco”, y dialogamos sobre el suceso.

Lennon era un poeta, un virtuoso vate, que unía a sus letras las más bellas melodías. A todo esto añadía su militancia por la paz. Le añoro, le añoramos, todas aquellas personas que creemos que la paz es posible si ponemos en su sitio a tanto desnutrido mental que dirige nuestra sociedad.

La muerte de Lennon nos hizo un poco más cautivos, nos llenó de tristeza y desesperanza, veinticinco años después nuestro mundo sigue inmerso en la guerra y la violencia, nada o muy poco hemos aprendido.

Sin embargo, de cuando en vez, de vez en cuando, surgen voces comprometidas, personas que mantienen un compromiso ético contra la barbarie. Varias personas me vienen a la cabeza, ciudadanos, normalmente sabios de cierta edad, como José Saramago, José Luis Sampedro, Leonardo Boff, etc. Me pregunto (no obtendré, lógicamente respuesta) que nos hubiera deparado John Lennon si las balas asesinas no hubieran segado su vida hace un cuarto de siglo.

Hoy las emisoras repiten “Imagine”, el canto de la libertad, prostituido como melodía de un anuncio de coches hace un tiempo. Desde luego que no me abstengo de oírlo, lo vuelvo a poner en el equipo, en varias versiones, una de ellas acústica que Yoko Ono (a mí no me cae tan mal, excepto cuando se pone a cantar) ha producido en un reciente disco llamado “Acustic”.

Con la armonía de fondo leo la información de otro espíritu ético que nos da golpes en el estómago ante tanta laxitud de comportamiento. Me refiero al Nóbel de Literatura, el dramaturgo Harold Pinter, y su discurso de aceptación del Premio que, grabado en video por su enfermedad, es transmitido a los reunidos en la Academia Sueca en Estocolmo.

Nos dice que “no hay grandes diferencias entre lo que es verdad y lo que es mentira” y de hecho pueden coexistir y es deber de la ciudadanía plantearse cual es la verdad y cual es la mentira. Esto lo estamos comprobando con la política de Bush y sus secuaces y el papel que EE.UU. se ha autoasignado en el mundo desde el final de la II Guerra Mundial, “los crímenes de Estados Unidos han sido sistemáticos, constantes, atroces, sin remordimientos, pero poca gente ha hablado de ellos”. Las mentiras que nos dijeron para justificar la invasión de Irak: “La invasión de Irak ha sido un acto de bandidismo, un acto patente de terrorismo de Estado, de desacato total al concepto de ley internacional”.

Denuncia, pregunta y acusa: “¿cuanta gente tienes que matar para que puedas ser calificado como asesino y un criminal de guerra?.. lo justo sería que Bush y Blair sean convocados ante el Tribunal Penal Internacional”, yo añado ¿sólo ellos?, NO. Hay más, Aznar ¿por ejemplo? Por todo ello nos hace un llamamiento a recuperar algo que casi hemos perdido, la dignidad humana. La dignidad de la que, por ejemplo, hicieron gala aquellos hombres comunes de todo el mundo para arriesgar sus vidas en defensa de la República española, en las Brigadas Internacionales. Pinter recordó a Neruda con unos versos del poema “España en el corazón”: “Generales traidores/mirad mi casa muerta,/mirad España rota”.

A pesar de tanta pérdida, de tantos jirones dejados por el camino, estas referencias nos dan alguna esperanza. En este día 8 de diciembre dos actos se entrelazan. Lennon para siempre. Imagina un campo de fresas.

Emilio Sales Almazán. Talavera.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 9 Diciembre 2005.