Hace poco hemos asistido a la apertura de las negociaciones pera el ingreso de Turquía en la Unión Europea. Es conocida mi oposición a la entrada turca en la UE, donde unos pocos progresistas nos oponemos a ella. Me gustaría llamar la atención sobre algunos cosas que han sucedido estos días.
Se han publicado encuestas en toda Europa sobre el grado de aceptación de los turcos en la Unión, los resultados son abrumadores, la mayoría de los europeos mostramos una oposición clara y rotunda a la apertura de las negociaciones con ellos ¿Por qué los políticos europeos aceptan las negociaciones con la opinión pública en contra? El nivel de rechazo español ronda más del 60%. ¿Por qué el gobierno de Zapatero apoya la negociación? En consecuencia surge una pregunta ¿Qué democracia tenemos, que la gente piensa una cosa y los políticos hacen la contraria? Da la sensación de que estamos volviendo a un hacer político ya practicado en el siglo XVIII, conocido como el despotismo ilustrado “todo para el pueblo pero sin el pueblo”.
Antes de haber aprobado el inicio de las negociaciones, resultan sospechosas las declaraciones del subsecretario de Estado norteamericano, Nicholas Burns que afirma rotundamente “Turquía pertenece a Europa”. Es notorio que los a norteamericanos no les interesa una Unión Europea fuerte y la inclusión turca disgrega más ya su precaria homogeneidad. La ministra de Asuntos Exteriores austriaca, defiende el veto para que no se abra la negociación, mostrando la opinión pública austriaca un rechazo del 80% a la adhesión turca. Entonces se produce la presión de la Secretaria de Estado norteamericana Condolezza Rice sobre Austria, que acaba cediendo. ¿Por qué el gobierno austriaco cambió tan pronto de parecer, sin haber variado la opinión de la población? No tardaremos en saber las ocultas y vergonzosas razones de este cambio, los trapicheos políticos, el chalaneo de intereses, etc., que lo han provocado. A mi como europeo me ha producido vergüenza y rabia, que aceptemos las injerencias norteamericanas en asuntos estrictamente nuestros. Ningún político europeo ha dicho nada, esos mismos que compiten en patriotismo, en colocar banderas cada vez más grandes, etc. ¿Cómo han permitido esto sin sonrojarse y sin elevar la voz exigiendo una mínima independencia?
La izquierda europea tiene una concepción beatífica de Europa, cuando casi sin fisuras defienden la integración turca, como si Europa fuera una ONG, donde su ingreso significa la curación de todos los males, y de los riesgos de ser arrastrados por los radicalismos religiosos.
Siento muchísimo el papel que el llamado progresismo político juega en Europa, por un lado, alentando las ampliaciones como la de Turquía, para la que no está preparada ni política ni socialmente y con un rechazo como nunca se ha visto. ¿Es la izquierda europea y española autista? Yo creo que sí y con gran pena opino que no tiene además solución. Por el otro lado con todo tipo de ampliaciones nos alejamos del proyecto de una Europa política, económica y socialmente fuerte que pueda servir de modelo y ejemplo para otros países, llevando todo esto a una zona de libre comercio regido por el neoliberalismo para alegría de norteamericanos e ingleses. ¡Qué triste papel el de esta izquierda europea!.
La república turca instaurada por Kemal Attaturk fue un estado laico y democrático, en el que la mujer accedió a unos derechos que en aquellos tiempos aún estaban vedados en la mayor parte de Europa. Pero esos principios podemos decir que no se mantienen actualmente en Turquía. Gobierna un partido islámico, que promete a Europa lo contrario de lo que hace, intentando por un lado adecuar las leyes a los principios que se le marca, pero su forma de aplicación es la contraria. Da la sensación de que están construyendo una fachada muy linda y bonita, pero el interior del edificio es otra cosa. Nunca como ahora se han visto en Turquía tantos velos, y los derechos de las mujeres serán muy democráticos pero la práctica social es la contraria. La evolución actual de las sociedades musulmanas que se mueven en unas estructuras políticas formalmente laicas, no son precisamente alentadoras, sintiéndose un proceso de islamización de difícil conciliación con el laicismo oficial.
Hay una realidad que es clara y diáfana, Europa no está preparada para más ampliaciones, mientras no se clarifiquen conceptos e ideas claves para su funcionamiento y menos con ampliaciones tan conflictivas como la turca.
Es hora, de que los europeos nos movilicemos y tengamos claro que la palabra “democracia” significa participación activa en nuestros asuntos, y que no hagan y deshagan unos políticos más interesados en su propio bienestar y en atender a grupos de presión que en representar el sentimiento de la población.
En este país, para vergüenza nuestra, los políticos no tienen en cuenta nuestras opiniones. Se celebró el referéndum de la Constitución europea sin un solo debate, con un 90% de los españoles sin conocer el texto. Ahora el gobierno de Zapatero apoya el ingreso de Turquía, cuando la opinión pública muestra su rechazo. No sabemos porqué nuestro gobierno apoya tal ingreso, ni por supuesto por que no ha alentado debate alguno sobre la cuestión. ¿Será está la democracia de calidad de la que nos habla Zapatero? Ya vale de despotismo ilustrado y que nos dejen de tomar a los ciudadanos como menores de edad.
Edmundo Fayanás Escuer. Pamplona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 23 Octubre 2005.